Desandando el camino






“Caminante, son tus huellas el camino y nada más...”

Si en tierras castellanas a alguien, en medio de una conversación sobre el fútbol, el toreo o la vida misma, le da por decir “el poeta”, todos sabrán que éste, el poeta, no puede ser otro que Antonio Machado. Y desde esta estepa salpicada de pequeños oasis y rodeada de vastas montañas a la que cantó el poeta quisiera desearos un feliz año 2013 repasando lo que el 2012 nos dejó en forma de huellas que los vientos del presente intentarán borrar.



Y como este blog pretende ser un pequeño cuaderno donde expongo mi inexperta visión sobre el baloncesto seleccionaré de entre todas esas huellas las que tienen relación con este nuestro deporte. Y de entre ellas, a su vez, rescataré las que fueron producto de acontecimientos improbables, de actuaciones heroicas que sobresalieron, en su momento, sobre la anodina mar de mediocridad en la que nos bañamos habitualmente.



La primera gran batalla baloncestística del año se libró en el Palau Sant Jordi. El Barcelona se presentaba como gran favorito a la cita copera y sin embargo, de la mano de un Llull muy acertado y de un Carroll inspiradísimo el Real Madrid recuperó el trono y nos hizo a muchos, la gran mayoría, madrugar al día siguiente para pedir perdón por menospreciar sus opciones.






Otra copa, la de la reina, coronó a las chicas del Perfumerías Avenida en una mañana de marzo en la que todo hacía indicar que sería Ros Casares el equipo vencedor. Aquel cuento de la cenicienta inauguró una serie de posts dedicados al baloncesto femenino en los que repasamos la confrontación de modelos entre los finalistas de la Copa de Europa, Ros y Rivas, la posterior caída del rascacielos valenciano y también, cómo no, la increíble carrera de la mejor entrenadora de baloncesto que ha conocido este mundo, Pat Summit, a raíz de su retirada de los banquillos como consecuencia del Alzheimer.









Fue durante la primavera, también, cuando hallé el tiempo necesario para repasar acontecimientos históricos y rememorar figuras que deben traspasar el tránsito de las generaciones. Empecé con el cuento que las madres de Philadelphia leen cada noche a sus hijos durante la estación florida y seguí con el legado que la Universidad de Georgetown fabricó durante los años 80 con repercusiones que fueron mucho más allá del simple baloncesto. A su vez, imbuido por el panorama sombrío que se cierne sobre nuestras cabezas, quise comprobar las lecciones que nos dejó el pasado para intentar no incurrir en los mismos errores.












Un 14 de mayo, no como cualquier otro, el Olympiakos se alzó con el título de la Euroliga despertando entre los griegos un sentimiento casi olvidado. Aquel mágico final supuso el prólogo de una mágica sucesión de noches que supuso el fin de equipos mal construidos y tríos para el recuerdo, así como el nacimiento de una rivalidad colectiva y personal que desembocó en la explosión definitiva del jugador más determinante del baloncesto actual, Lebron James, quien reconoció haberse centrado, únicamente, en regresar a lo más básico.











Mientras tanto, en España, un triple mezcla de genialidad y fortuna y una sorprendente zona durante el cuarto partido de las finales, posibilitaron que el Barcelona se hiciera de nuevo con el título de liga. Aquella tarde, como si se tratara de una jornada electoral, todos salieron ganando. Y en realidad fue así porque si el equipo culé engrosaba su palmarés el Real dejaba marcado el estilo que le ha de guiar durante los próximos años. La apuesta es buena. Habrá que ver si ganadora.






La llegada del verano con sus tonos tostados y su calor abrasador me dejó, en lo personal, una fantástica experiencia durante el curso de entrenador que realicé en Valladolid. A nivel más general, por su parte, fue el verano de los Juegos de Londres y sus diecisiete medallas y media. Fue el verano en el que España ganó sin nueve y en el que Estados Unidos prescindió del cinco.








Carentes de fecha de caducidad. Así son los genios sobre los que escribí intentando no dejar en evidencia la distancia que nos separa. Tres grandes pasadores y un brutal finalizador, ídolo, por cierto, del más grande deportista de todos los tiempos, de un Michael Jordan al que también quise rendir homenaje recordando la figura más influyente de su vida, la de su padre.



Regreso al futuro (Magic Johnson)


El camarero (Toni Kukoc)



 



Numerosas horas frente a la inquisitiva pantalla han merecido la pena. La elipse que dibuja nuestro planeta alrededor de la estrella se cierra y en este viaje muchos sois los que me habéis acompañado a través de vuestros comentarios o con una simple visita. Sed felices y pensad que no hace falta que termine un año para hacer balance, que cada día la Tierra gira sobre sí misma, que cada minuto muere una persona a causa del injusto reparto de lo material, como consecuencia de una visión que en un espacio tridimensional quiso colocar al norte por encima del sur, al blanco por encima del negro y al Dios dinero por encima del esclavo amor.



UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz 2013 para ti también Juanjo y para este blog, que muchos seguimos casi entrada por entrada.

Un abrazo

Dani Legend

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