Rescaten su mejor traje




Llegó el momento de rescatar del fondo del armario aquel viejo traje de diseño que teníamos olvidado. No, ese de marinero o almirante no. Mejor ese que utiliza cada Nochevieja o para esas bodas de sus amigos que le hacen replantearse su lugar en el mundo y si es mejor olvidarse de una vez de Madonnas o Hannahs Montanas (por utilizar dos mitos sexuales de generaciones muy diferentes para abarcar el amplio espectro de edad que sigue este blog. Si hubiera muchos comentarios femeninos habría de recurrir se me ocurre a George Clooney y Justin Bieber). Sí, justo ese.

Que para qué, me preguntan. No, no ha resucitado Elvis. Cómo va a resucitar si nunca ha muerto. Tampoco se trata de ningún funeral, al menos por el momento. Si es usted francés pensará que es 14 de julio y yo le tendré que decir que no, que es mucho más que todo eso, que es 31 de mayo de 2011 y que hoy comienza la madre de todas las batallas. Y no, viejo soldado ya licenciado, no se trata de la Guerra del Golfo ni yo soy Saddam Husseim entre otras cosas porque sigo vivo. Y si sigo vivo es porque existe un deporte llamado baloncesto que asiste, a partir de esta noche, al comienzo del mayor acontecimiento anual (aquí no busco el consenso con quienes preferís la ACB pero es que en algún aspecto hay que mojarse), las finales de la NBA.

Si hay alguien más contento que yo y que todo el resto de aficionados al baloncesto son los accionistas de American Airlines que verán cómo todos los partidos de la final, sean cuatro o siete, se disputarán en una sede con el nombre de su compañía (El American Airlines Center de Dallas o el American Airlines Arena de Miami). Ellos sí que tendrán problemas a la hora de elegir su traje.

Centrándonos en lo deportivo hay que apuntar que el factor cancha en el actual formato 2-3-2 puede jugar un efecto contradictorio. Para que esto se produzca es necesario que el equipo que empieza como visitante, en este caso los Dallas Mavericks roben un partido de los dos primeros y que aseguren el primero en su cancha. De lo contrario, como se demostró el año pasado, jugar sexto y séptimo en tu pabellón puede ser decisivo.

Sin embargo, toda esta teoría se vino abajo en el principal precedente del que podemos echar mano cuando se enfrentan Miami Heat y Dallas Mavericks, es decir, las finales de 2006. En aquel caso Dallas inició la eliminatoria con un 2-0 prometedor y, sin embargo, los Heat liderados por Wade y por una actuación arbitral muy sospechosa en el último cuarto del tercer encuentro, remontaron aquel partido y la eliminatoria para hacerse con el anillo en casa del rival.

Ciñéndonos a las plantillas, Miami me parece superior físicamente, mientras que Dallas puede presumir de un mayor "basketball IQ". Veremos qué se impone esta vez, si las piernas frescas o la cabeza fría. Y mira que me ha costado escribir esta frase con el calor que viene haciendo estos días...

En fin. Lo dicho. Vístanse de gala, apoyen a su equipo y si, como yo, son nostálgicos, piensen que todo era una pesadilla, que es 1984 y que la final la juegan Lakers y Celtics. El final, si me conocen, se lo pueden imaginar.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

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