En manos de Marc





Menuda se ha liado con el “no” de Mirotic a la selección española. Con Ibaka recuperándose físicamente para afrontar los años centrales de su contrato con los Thunder, todo hacía indicar que el joven montenegrino sería un fijo del combinado nacional para el Eurobasket de Eslovenia. Sin embargo, no sabemos si asesorado por buenos o malos amigos, Nikola Mirotic ha querido ejercer su derecho a decidir cómo, cuándo y dónde y a decirle “no” a un proyecto que, aunque mermado, apunta a medalla.

A mí, como a todos, me hubiera gustado ver al ala-pívot del Madrid compartiendo cancha con Ricky, Calderón, Rudy, Marc y demás estrellas del equipo nacional. Así, podríamos haber cotejado su parecido con Garbajosa, su capacidad para ejercer ese rol de cuatro abierto tan necesario como indiscutible en el baloncesto actual. Pero quede aquí cerrado el debate, al menos por mi parte. Centrémonos en lo que tenemos, que es bastante, y analicemos nuestras opciones para conseguir un tercer entorchado continental consecutivo.

En la base no hay debate. Van los tres mejores de antes, de ahora y de luego. Prácticamente, Corbalán y Raúl López aparte, los mejores de siempre. La combinación de los tres daría lugar a un armador de juego inmaculado, talentoso y sereno. Como esa fusión no parece viable, queda en manos de Orenga la utilización separada o conjunta de sus habilidades. Si queremos jugar a un ritmo medio y controlar las pérdidas el extremeño será nuestro hombre. Si optamos por atacar la defensa del pick and roll contraria apuéstenlo todo, hasta la casa, por el Chacho. Y si preferimos apretar la subida de balón, provocar pérdidas y enloquecer el encuentro no lo duden, Ricky sigue siendo el mejor en esta faceta.

Y si a Ricky de uno le unimos a Llull de dos tenemos la mezcla perfecta para dinamitar los encuentros. En el perímetro sólo echaremos en falta la presencia de Navarro, nuestro jugador más fiable cuando los partidos se ponen calientes. Pero lo que echaremos de menos en la mitad ofensiva de la cancha lo ganaremos atrás, al poder defender, después de muchos años, con cinco jugadores. Si buscamos actividad de pies y manos Rudy de tres sería la mejor opción y, si por el contrario, buscamos fortaleza, un Claver trabajado físicamente en Portland, nos asegura mayor intimidación.

Aunque el regreso de Mumbrú parece merecido, imagino que San Emeterio será la primera opción para el puesto titular de alero. Aun así, cuenten con muchos minutos con doble base y Rudy al tres. La fórmula de poner a los mejores, jueguen donde jueguen y midan lo que midan, lleva años dando réditos en todo tipo de competición (equipo nacional de USA, España, Miami Heat) y los mejores, en nuestro caso, son pequeños.

Por esta precisa razón, parece evidente que la táctica ofensiva general, más allá de variantes, partirá del remozado modelo de “cuatro abiertos”. Ya no hay conflictos por el espacio, ya no hay gasoles que conjuntar. Ahora lo que hay es un vacío, un vacío interior que sólo un gran Marc Gasol puede llenar.

El trío de intendentes que forman Xavi Rey, Germán Gabriel y Pablo Aguilar parece no estar a la altura de las exigencias de un gran campeonato internacional. Los tres TT (Todo Trabajo Xavi y Pablo y Todo Talento en el caso de Gabriel) intentarán sumar y cumplir honradamente con que se les pida. Sin embargo, todos somos conscientes, Orenga el primero, de que todas nuestras opciones de medalla pendieron de un hilo en el período en el que Marc se mostró dubitativo acerca de su presencia con la selección este verano.

Por fortuna Marc dijo que sí y ahora pasamos a estar en sus manos, a depender de su nivel de motivación, de su capacidad de liderazgo, de que le respeten las lesiones y las faltas en cada partido. El mejor defensor del año en la NBA deberá multiplicarse atrás y tocar, al menos una vez en cada ataque, el balón delante. La ausencia de tiradores puros, de tipos que puedan salir del bloqueo y en un abrir y cerrar de ojos clavarla en la red, marca que nuestras mejores opciones de lanzamiento procedan de pases desde el interior, de pases que te dan medio segundo más para cuadrarte y lanzar, el medio segundo más que necesitan Rudy, San Emeterio, Mumbrú o los propios Llull, Rodríguez y Calderón. Y tan importante como que el balón llegue al poste medio es que entren esos tiros abiertos que le faciliten la vida al center de los Grizzlies.

Aunque aún resta tiempo para analizar, lo cierto es que esta selección transmite optimismo. Sin Gasol, Reyes, Navarro e Ibaka perdemos innumerables activos y, aun así, la simple presencia del mejor Marc de siempre me invita a apostar, como cada verano durante más de una década, al rojo de la selección española.



UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

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