Una rivalidad prehistórica





No sé por qué, pero la historia sigue jugando su papel cuando de enfrentarse a Francia se refiere. No lo entiendo, pero es así. Viejas pataletas, desaboridas reivindicaciones territoriales o engaños más o menos sutiles, asuntos monárquicos todos ellos, permanecen latentes en un tiempo, el actual, en el que Francia va por la Quinta República y en España se oyen voces demandando una tercera.

Pero no se trata de disparos en el pie, de safaris asesinos o de yernos caraduras. Se trata de deporte, o de lo que va quedando de deporte a medida que avanzan unos Juegos Olímpicos, los de Londres, que están convirtiendo a la apuesta de Phileas Fogg de dar la vuelta al mundo en un ejemplo de juego limpio. 

Y el deporte, o esa cara oscura que nos están mostrando los competidores en estos días, en su versión más profesionalizada, ha vuelto a poner a prueba las relaciones de buena vecindad entre España y Francia. En una competición como la vela demostramos que a kilómetros de costa no nos ganan. En un deporte en el que el contacto no está permitido (sólo faltaba) la mejor intuición, estrategia y destreza de nuestras regatistas les permitió imponerse en el cara a cara. Antes de la salida, las españolas ya habían conseguido que las francesas incurrieran en una penalización. Resultado: Victoria por 3 a 0.

En el balonmano, en cambio, dominamos los primeros treinta minutos, aquéllos que transcurrieron bajo los patrones y cauces más habituales del juego. Sin embargo, y aunque era previsible, una segunda parte mucho más física nos condenó a un final igualado en el que la fortuna nos dio la espalda. Seis exclusiones suenan a poco en un partido jugado con tal dureza. El criterio arbitral no favoreció al equipo más rápido y técnico y sí al más acostumbrado a bordear los límites del reglamento.

Por fortuna, el cuento del baloncesto sí tuvo final feliz. El partido se jugó a lo que querían los franceses, a pocos puntos y muchos fallos. De nuevo el manual de triangulaciones, pick and rolls y manos a mano de Scariolo resultó ineficaz y tocó apelar a la heroica. A la heroica y a un repertorio defensivo que le ha devuelto gran parte del crédito al propio seleccionador, un Sergio Scariolo que, además, encontró en Llull una solución al atasco ofensivo. Después de treinta minutos en los que jugamos andando en los últimos diez defendimos, corrimos y volvimos a ser felices. Lo hicimos con Llull en la base y a pesar de unos hermanos Gasol que se comen siete segundos de posesión cambiando de campo.

Pero bueno, quién no apostaría por una pareja capaz de articular una combinación de pases tan genial como la que nos puso cinco puntos arriba en el marcador. Ellos contribuyeron también a la mejor jugada defensiva del partido, la que inició un Rudy Fernández tan tocado físicamente como imprescindible, con un tapón a Tony Parker. Fue aquella defensa la que acabó de unir al equipo, la que acabó por devolverle su identidad tras varias jornadas de confusión. 



Así, mientras España se empeñaba en poner en cuarentena una rivalidad que no es tal porque siempre gana el mismo equipo, Francia recurrió a su gen más primitivo para acabar de destruir un espíritu olímpico al que numerosos deportistas, especialmente los profesionales (jugadores españoles de fútbol, jueces de esgrima, selección de baloncesto con la pantomima de Brasil y ahora la selección francesa de baloncesto) se han pasado por la piedra. 

Al mismo tiempo que en el taekwondo reinaba el respeto entre participantes llamados a golpearse, el O2 Arena parecía una junta de vecinos, una reunión comunitaria de caníbales dispuestos a pasar por alto cualquiera de las cláusulas del estatuto del buen gusto y el fair play. Turiaf y Batum se vistieron de asaltantes de camino, de viles asesinos a sueldo a las órdenes del Cardenal Richelieu. Trataron de retrotraer a la prehistoria una rivalidad que no tiene sentido ahora que las fronteras están abiertas, ahora que el Último Tango en París ya no es una pieza prohibida en España

UN ABRAZO Y A POR LAS SEMIFINALES

6 comentarios:

Vince dijo...

JJ como siempre un placer leerte.

La verdad es que el comportamiento de los Franceses hoy en la cancha ha dejado mucho de que desear, no solo por las antideportivas de Turiaf y Batum, sino tambien por la pilleria y malas artes de pietrus durante todo el partido en la defensa sobre Pau. Pero bueno hemos ganado y yo creo que llegaremos a la final.

Saludos

Anónimo dijo...

JJ... Dios ¿no me digas que te has cambiado el nombre y te haces llamar JJ ??????

Perdóname la frase, pero QUÉ HORTERA ERES !!!!!!!!!!!!!!!!

Partido demasiado bronco, duro. Yo prefiero ver otro deporte si lo que hay que ver es este baloncesto francés

Un saludo, JJ

BURGOS

Explorador dijo...

Al fin he visto un equipo con un entrenador peor que España. Francia. No sé, sigo pensando que al nuestro no le hacen ni caso. Porque si la jugada del último segundo del primer tiempo es ese balón a la olla y esperar que suba el portero a rematar... :DD

Y bueno, un matiz. En balonmano son más fuertes que nosotros, pero también mejores, en genral, aunque hoy les hicimos jugar mal, y nosotros estuvimos bastante bien. Pero su 6-0 es monstruoso, y aunque nuestra defensa con avanzado y cuidado especial con Leónidas ;) funcionó bien, nos falta un cañonero al que no le haga falta mucho para convertir goles...y ellos sí los tienen, y hoy no fue Karabatic ni Narcisse ni Jerome Fernández...pero su fondo es inagotable :(

Muy bien por los nuestros de todas formas :)

Un saludo ;)

Fervivaelbasket dijo...

Hoy se ha dado un magistral lección de lo que puede afectar la psicología en el deporte, dado que tanto Francia en baloncesto como España en balonmano se han visto superados por la temible barrera del complejo de inferioridad respecto a sus rivales, que, no obstante, esta vez no fueron nada superiores, pero supieron manejar la situación con cabeza.

Lo de Turiaf y Batum no tiene nombre, pero lo cierto es que a cualquiera se le puede ir la cabeza en un momento dado, asi que no creo que haya que darle más importancia de la que tiene (serían otros los que tendrían que sancionarlo por dicha conducta, no nosotros).

Me hubiese gustado que el balón lo hubiese recibido Ibaka, a ver si el valiente de Nico Batum le suelta la galleta que le soltó a Navarro, pero claro, lo fácil es pegar al más débil.

Hay que ver que buena es esta generación de jugadores nuestra. En semifinales sin jugar ni a las chapas, eso en el pasado no lo podíamos ni soñar, asi que disfrutemos de nuestro equipo.

Gran post como siempre JJ

JJ Nieto dijo...

@Vince. Es verdad, Vince, que los franceses se emplearon duro. No les quedaba otra. Eran más pequeños, menos técnicos y menos inteligentes. Aun así nos lo pusieron muy difícil.

@Burgos. Estoy de acuerdo. El juego del combinado francés es una dura prueba para los que nos preciamos de ser buenos aficionados. Es difícil de tragar.

@Explorador. Digamos que en el bloqueo ciego que le pone Rudy a Gasol éste no alcanza ninguna ventaja (ellos, lógico, cambian). Quedaba un segundo y la bola estaba en nuestro cuarto. No fue raro lo que acabó sucediendo.

En cuanto al balonmano... Estoy contigo. Echamos mucho de menos a un Gurbindo o a un Alberto Entrerríos. No creo, en cambio, que sean mucho mejores técnicamente. Para mí la diferencia en el partido estuvo básicamente en la dureza defensiva.

@Fervivaelbasket. Aunque es posible que exista el complejo de inferioridad que mencionas, creo que España queda eliminada en el balonmano por una jugada desafortunada y por la agresividad defensiva de los franceses y que gana al baloncesto porque Francia es la peor selección atacando una zona bastante activa como la que planteamos en el último cuarto. Es decir, no creo que fuera únicamente una batalla psicológica, sino que primaron aspectos físicos, tácticos, técnicos y, en el caso del balonmano, la suerte.

Muchas gracias a todos.

Juanpe Núñez dijo...

Con respecto a las agresiones, si se hubiesen producido en la NBA, lo tengo clarisimo. 4-5 partidos de suspensión y multa al canto

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