Vámonos de Copa





Ocho equipos. Ocho aficiones. Siete partidos. Muchas sorpresas. Un campeón. Números que definen una competición,  la Copa del Rey, consagrada como la más emocionante de nuestro baloncesto.

Dicen, los que la han jugado, que ni siquiera una Final Four logra generar una atmósfera comparable a la del torneo copero. Las gradas se convierten en un mosaico de colores representando a cada uno de los conjuntos participantes. Las aficiones realizan largos viajes y se hermanan entre sí para compartir nervios y, también, alguna que otra copa nocturna para celebrar u olvidar, en función de lo sucedido sobre la cancha.

Números son, también, los que afirman que el Regal Barcelona lo tiene complicado para resultar vencedor. Por un lado, la maldición del anfitrión y, por otro, el hecho de que ningún equipo haya ganado en tres ediciones consecutivas así lo atestiguan. Sin embargo, y sirviéndonos de uno de esos tópicos tan repetidos como infalibles, el equipo de Xavi Pascual tiene muy claro aquello de que las estadísticas están para romperlas. Es más, los que entienden, y los que apuestan, lo tienen claro. La copa ha viajado hasta Barcelona para quedarse y al rey, si es que hace acto de presencia, no le quedará otra que hacer entrega del trofeo al genial Juan Carlos Navarro.

Sin embargo, a pesar de que muchos periodistas ya tengan preparado el titular del domingo con la foto de la plantilla del Regal celebrando la consecución del título, lo cierto es que quedan muchas dudas por resolver. Y es que tampoco el cuadro se ha mostrado clemente con los de azul y grana quienes, para empezar, tendrán que superar al equipo revelación del campeonato, el Lucentum Alicante. En el caso de ganar, y salvo sorpresa, se verán las caras con el Caja Laboral de un Dusko Ivanovic con amplia experiencia ganadora en el torneo.


Más fácil lo tendrá el Real Madrid de Laso para acceder al partido decisivo. En el camino medirá sus fuerzas con Fuenlabrada, un equipo muy bien trabajado bajo la batuta del segoviano Porfirio Fisac, y en la supuesta semifinal, se encontraría con el vencedor de un derby andaluz venido a menos por el mal momento por el que atraviesan tanto Cajasol Banca Cívica de Sevilla como Unicaja de Málaga.

Es ésta, la de 2012, una edición marcada por las ausencias. Ausencia de históricos como Estudiantes o DKV Joventut, equipos que en los años 90 eran fijos no sólo entre los ocho, sino entre los favoritos a la consecución del título. Ausencia de los “Men in Black” de Bilbao, el conjunto más en forma del momento tanto en España como en Europa. Más argumentos a favor de que se repita la final de los últimos años, de que se confirme el dominio del Barcelona sobre un Madrid que aún se encuentra muy lejos de los niveles de competitividad, defensa y control de las situaciones que exhiben los de Pascual.

Será una copa con nombres propios. Los de jóvenes que buscarán consagrarse como Mirotic o Lima. Los de estrellas que asumirán las posesiones decisivas como Navarro, Teletovic o Fitch. Los de técnicos que buscarán estrenarse como Laso o Chus Mateo; o los de Pascual o Ivanovic que intentarán asegurarse un hueco en el olimpo de los entrenadores.

Será, seguro, una copa para disfrutar. Dice, la tradición, que habrá sorpresas. Dice, el sentido común, que ganará el Regal Barcelona. Digo, yo, que lo importante es que se vea buen baloncesto y que nuestro deporte salga reforzado de un fin de semana en el que, al menos, los medios de comunicación nos tienen en el punto de mira. Que empiece el espectáculo.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

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