The Book of Basketball




Personal e inconfundible, la pluma de Bill Simmons nos deja cada semana multitud de artículos sobre deporte americano en sus columnas en ESPN.

El también llamado “Sportsguy” es uno de los más afamados periodistas deportivos de Estados Unidos. Para Simmons, el deporte no puede ser visto de forma aséptica porque en él entran en juego los comportamientos más primitivos del ser humano y de ahí que se declare seguidor de todos los equipos de su Nueva Inglaterra natal (Los Celtics, New England Patriots, Red Sox de Boston) y ferviente opositor de algunos equipos que por su actitud o por diferentes circunstancias simplemente le caen “gordos”, como los Indianapolis Colts o Los Ángeles Lakers.

Este verano, por recomendación de un buen amigo que se encuentra ahora mismo en los Estados Unidos, comencé la lectura de una de sus obras, de dimensiones casi enciclopédicas que me llevó horas, pero que en ningún momento me defraudó.

Si hay algo de pretencioso en este libro es su título. EL LIBRO DEL BALONCESTO más bien debería titularse EL LIBRO DEL BALONCESTO PROFESIONAL ESTADOUNIDENSE. Y es que en realidad se trata de un repaso a los mejores jugadores, equipos y anécdotas de la NBA desde sus orígenes con una mención paralela y necesaria a la mítica ABA del balón tricolor y los saltarines (David Thompson, Doctor J, George Gervin).

Bill Simmons no se casa con nadie. Reparte a diestro y siniestro hasta el punto de que recibió las amenazas del por entonces General Manager de los Knicks Isiah Thomas. De hecho, su encuentro poco más tarde en las Vegas es una de las miles de historias curiosas que se relatan en esta obra.

La parte central del libro consiste en una teoría del autor para transformar el actual Hall of Fame del baloncesto en Springfield en una Pirámide en pleno estado de Indiana, más concretamente en French Lick (hogar natal de Larry Bird). En esa pirámide los jugadores serían colocados por niveles en función de la categoría de sus carreras en función de unos criterios más que razonables. Sólo os adelanto que el mejor jugador del mundo para Bill Simmons llevó el 23 y jugó en North Carolina durante su carrera universitaria.

Pero más allá del contenido me quedo con la ironía sutil con que el autor trata los más variopintos temas. Como bien se apunta en el prólogo las notas al pie son una auténtica pieza de museo.

Sin duda toda una obra de culto que os recomiendo abordar con tiempo y paciencia. De momento no está editada en castellano, pero su lectura resulta más que comprensible.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

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