El arte del retorno





Todos los elementos, cuando están fuera de su sitio natural, desean volver a él; especialmente el fuego, el agua y la tierra.

(Leonardo Da Vinci)

No sé cuántas letras serán escritas en su nombre. Desconozco el número exacto de homenajes y textos elogiosos que se le dedicarán en el futuro, pero ni siquiera hoy, que tengo la agenda cargada de eventos, me atrevo a dejar pasar la oportunidad de dedicarle yo mismo una entrada de blog, por modesta que esta sea.

Stephen Curry, como muchos otros deportistas en el pasado, ha hecho del regreso a las canchas un arte. Porque si bien es cierto que no vuelve de una lesión grave que le haya tenido meses apartado de las pistas, también es verdad que su ausencia estaba empezando a resultar determinante en el transcurso de la eliminatoria ante los Blazers.

El número 30 de los Warriors comenzó el partido desde el banquillo, mejor dicho, desde una bicicleta estática donde trataba de mantener en una cifra ideal la temperatura de su maltrecha rodilla. Salió mediado el primer cuarto, con su equipo perdiendo por diez puntos, metió la primera, como suelen hacer todos los cracks de este calibre, y luego entró en una sucesión de errores (sobre todo en el triple, donde falló sus nueve primeros intentos) y aciertos (anotando en la pintura) que duraría hasta bien entrado el último cuarto.

Fue entonces cuando irrumpió el Curry MVP, el Curry a la altura de los más grandes de siempre, aunque no se les parezca en nada y, de nuevo, como tantas otras veces a lo largo de la temporada, ganó, gracias a la inestimable colaboración de Draymond Green y Klay Thompson (y de todo el equipo, se entiende), un partido que estaba perdido.

Curry pudo ganar el encuentro con un tiro apoyado en tabla en las postrimerías de los cuarenta y ocho minutos, pero para qué, si él ya ha visto lo que viene después, si él ya ha estado en el futuro. Cómo iba a dejarnos sin el récord de puntos en una prórroga, sin los 17 que anotó tras rebote, en contraataque, de tiro libre y, por supuesto, generándose tiros imposibles desde situaciones a cada cual más estrambótica.


Pues eso, un texto más, tan insignificante como cualquier otro que pueda ser escrito en este día de resaca, el día en el que con El arte de la fuga sonando de fondo, Curry dio buena cuenta de lo que debe ser El arte del regreso.  


1 comentarios:

Dumidei dijo...

Pues ojo que como Liwingston e Iguodala, y en menor medida Barbosa y Ezeli o Bogut, no estén bien en las restantes eliminatorias, los Warriors las pueden pasar canutas, si el tridente no se impone a las estrellas rivales.
Sobre Curry, pues no hay mucho que decir, eso sí paciencia, que lleva dos años gloriosos, dos no doce. Y siempre esperamos la bajada..
Veremos cómo se desenvuelve Draymond Green con las dos torres de Oklahoma, y veremos si Cleveland opta por lo mismo, sentando a Love.
De Curry no voy a hablar porque ya lo he puesto casi todo, solo tienes que pinchar en mi blog y ahí tienes opinión. Saludos.

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