Otra piedra en el camino





Retomo la actividad del blog con motivo de las últimas noticias relacionadas con el oficio de entrenador de baloncesto. Al parecer, el Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña va a exigir pruebas de capacitación y acceso a la nueva titulación requerida para poder entrenar en las categorías autonómicas negando, así, a partir del 1 de enero, la validez de la vía federativa por la que todos o la mayoría de los que hemos pretendido promocionar en este mundo hemos optado. Todo ello supondrá un coste económico y de oportunidad para los entrenadores y, sobre todo, un desafío para la moral de un colectivo que lleva años cumpliendo una labor educativa, y de inserción social, en paralelo a un sistema, el escolar, claramente insuficiente, lastrado por currículos excesivamente voluminosos y demasiados profesionales desmotivados y sobrepasados por la velocidad con la que se producen los cambios en el siglo XXI.

Leo también, en el blog de un compañero del CES, Alejandro Limón, que se le abrirá expediente y se le sancionará a todo aquel que sea denunciado por otros entrenadores, abriéndose de esta manera la veda para una caza de brujas a la americana. En cualquier caso, quisiera saber qué criterios se van a seguir para la homologación y convalidación de títulos y también en las entrevistas que habilitarán a mis colegas catalanes para ejercer. No creo que haya demasiados funcionarios que pasen de aficionados de baloncesto y puedan elaborar un buen interrogatorio sobre cómo atacar zonas impares o sobre cómo enseñar a proteger el balón en una entrada a canasta. La cosa parece que va de pagar, de aparentar y de diferenciarse. Otra boutade, en definitiva, del gobierno de la Generalitat, tan capaz de organizar consultas sin censo como de introducirse en una máquina del tiempo para querer profesionalizar un gremio que vive prácticamente de la caridad.

Este proceso de profesionalización, además de osado, artificioso y de dudosa validez jurídica (aplicación retroactiva), se equivoca al fijar el punto de mira en quienes, fíjense qué paradoja, más profesionalmente actúan dentro de todo este tinglado que es el baloncesto amateur y de cantera. Porque habrá entrenadores de toda condición e índole, pero la mayoría de los que he conocido en este tiempo son enamorados del baloncesto capaces de abandonar a su pareja, familia, mascotas y trabajos por viajes de medio y largo recorrido a lo largo y ancho de la geografía. Suyas y sólo suyas son las noches de sueño ligero que invierten pensando en cómo ayudar a los jugadores a ser mejores dentro y fuera de la cancha. Suyas, y sobre todo suyas, las derrotas que jalonarán el camino.

Las exigencias de regulación contrastan con el abandono institucional y empresarial (aunque hay excepciones a las que le debemos mucho) hacia todo deporte que no devengue beneficios inmediatos y tangibles. Me parece bien que insistan en la formación continua, en la mejora diaria y que nos exijan conocimientos pedagógicos y didácticos a la hora de enfrentarnos a un grupo. Me puede parecer bien, incluso, que no lo dejen todo a la honestidad de cada uno, sino que quieran regularizar la situación para evitar malas prácticas. Pero dennos los medios, aporten soluciones más ingeniosas para que quienes amamos este juego no nos veamos condenados a abandonarlo o a practicarlo a medias.

Dejo para el final una intuición. Creo que con esta reforma, impulsada desde la Consejería de Educación del gobierno catalán, pierde protagonismo el baloncesto como tal, con sus señas de identidad y su especificidad. El deporte, en este caso, se convierte en medio para la consecución de fines principalmente educativos. Y aunque ambos ámbitos, el deporte y la educación, estén firmemente entroncados hasta el punto de no poder diferenciarse en los contextos en que muchos desarrollamos nuestra tarea, a mí me gusta decir que soy entrenador de baloncesto. Porque enseño baloncesto y no otra cosa, aunque deseo que a través del baloncesto los jugadores aprendan valores universales como el respeto y la solidaridad.

En fin, si yo no les he convencido, tal vez lo puedan hacer los que elevaron esta petición en la web Change.org pinchando AQUÍ

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS


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