tag:blogger.com,1999:blog-92130012527609182922024-03-11T04:23:32.499+01:00Individual o zonaUn blog para seguidores de baloncesto sin prejuicios. Por JJ NietoJJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.comBlogger692125tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-67206032072287542962024-02-04T16:23:00.003+01:002024-02-04T20:44:52.622+01:00¿Hasta cuándo, Catilina?<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLdFjB-u-k-xFZmHmIxGDM9JrSBfFfLKIX3PJyXA6_or0RhP82_iT4GPyKgQTaDcSR7KHySZfXSxD6SLHrnofKBCFev7hdbehxAzjuRSnz3SlUILeuKNlP23xKTYhyy7RXMVIK5Zz1W4EUG6eWJZMF8S85z03ubQNkuXLrT3n_u7au2nuojCFpgmWEYta6/s438/sancho%20lyttle.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="438" data-original-width="330" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLdFjB-u-k-xFZmHmIxGDM9JrSBfFfLKIX3PJyXA6_or0RhP82_iT4GPyKgQTaDcSR7KHySZfXSxD6SLHrnofKBCFev7hdbehxAzjuRSnz3SlUILeuKNlP23xKTYhyy7RXMVIK5Zz1W4EUG6eWJZMF8S85z03ubQNkuXLrT3n_u7au2nuojCFpgmWEYta6/w301-h400/sancho%20lyttle.jpg" width="301" /></a></div><br /> <p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Tal vez, después
de todo, no merezca la pena. Ni esta queja ni lo que hacemos a diario los que
nos enfrentamos a la tarea del baloncesto de formación</b>. Quizá solo sea un grito
en busca de consuelo o comprensión al universo Internet, a ese ente etéreo en
el que nos cobijamos mientras llueve, graniza o nieva fuera (porque llueve,
graniza y nieva, vaya que sí). <b>Ni siquiera sé si estas conclusiones son
certeras, seguramente estén sesgadas, sean parciales y no estén del todo
ajustadas a la realidad</b>. Pero aquí que las comparto, solo sea como terapia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Las hago tras un
partido infantil perdido por 46 puntos. También tras un partido junior igualado
y vencido (es lo de menos, de verdad) que fue arbitrado por un jugador de otro
equipo de la competición con el que media, aunque a mí me importe bastante
poco, una rivalidad local bastante enconada. Este chico es un gran chico, lo
conozco personalmente, pero no puede asumir esta responsabilidad, debió
declinar la designación de este partido, aunque solo fuera por no levantar
sospechas, seguramente infundadas. Probablemente con justicia, porque llegamos
tarde intentando defender duro, el saldo de faltas fue de 23 a 14 a nuestro favor:
de estas victorias poco se habla. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Lo que me preocupa
de verdad es que entrenemos a un deporte durante la semana y el domingo juguemos
a otro</b>. Que intentemos defender respetando las normas, el uso legal de las
manos, la verticalidad en los contactos contra el finalizador, y que nos
enfrentemos a una aplicación del reglamento totalmente distinta el fin de
semana. Hoy he estado mal, porque he estado muy mal alentando a mis jugadores para
intentar que se defendieran, ante un equipo de un año más, de un continuo uso
ilegal de manos y de continuas faltas de respeto al principio de verticalidad
que quedaban repetidamente sin sanción. Claro, no me quedó otra que emplear
expresiones como “pegad”, “sujetad” o “agarrad” para igualar la contienda.
Mirad si lo hicimos mal (pegar, sujetar o agarrar) que nos fuimos con 79 puntos
encajados y “solo” 17 faltas. Aquí volvimos a ganar: el rival solo hizo ocho
(claro). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i><span style="background: white; color: black;">El uso repetido y continuado de las manos del defensor sobre
el cuerpo del atacante debe ser siempre sancionado de forma inmediata.
Erróneamente, en muchas ocasiones se han interpretado estas situaciones como
innecesarias de ser sancionadas, empleando el lema de que "hay que dejar
jugar". Precisamente si el arbitro sanciona falta en esas situaciones,
entonces es cuando dejará jugar al que realmente quiere hacerlo. </span></i><i><span style="background: white;"><o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><i><span style="background: white;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Copio y pego una
interpretación del club del árbitro para un partido profesional. A lo mejor es
que en cantera, mini o preinfantil, prevalece un “dejar jugar” que es, en
realidad, un “impedir jugar” </b>porque el sujeto en proceso de aprendizaje tiene
muchas menos herramientas para salir de esa presión “en falta” autorizada por
unos árbitros jóvenes que han sido mal instruidos. Para intentar cambiar las
caras de cordero degollado con la que me miraban en busca de consuelo mis
jugadores no he podido permanecer callado, no he podido ejercer la empatía
habitual con los árbitros que empiezan, algo que suelo aplicar,
pero su criterio era claramente desfavorable e incompatible con la educación en
baloncesto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Es un craso
error que convirtamos el mini y la categoría infantil en selvas o anillos de
boxeo</b>. De ahí que tantas veces me haya mostrado contrario a la competición
temprana, sobre todo cuando está regulada de esta manera para que venzan los
mejores atletas y pierdan, porque pierden en cada combate, los jugadores más
habilidosos o creativos, que a duras penas pueden defenderse del nivel de
contacto permitido y avalado por los distintos estamentos federativos. Al final,
para compensar este hecho, <b>la intensidad y el ritmo de entrenamiento se
convierten en mantras necesarios para poder competir, relegando la enseñanza de
la técnica y táctica individual</b>, que son muy poco útiles cuando se puede impedir
el avance del poseedor con dos manos, con un uso del antebrazo claramente fuera
del cilindro o a "caderazos". <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span class="d9fyld"><i><span style="background: white; color: #202124; font-size: 12pt; line-height: 150%;">2.6.2 Principio de </span></i></span><span class="d9fyld"><i><span style="background: white; color: #040c28; font-size: 12pt; line-height: 150%;">verticalidad</span><span style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; orphans: 2; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;">. </span></i></span><span class="hgkelc"><i><span style="background: white; color: #202124; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Si
un jugador abandona su posición vertical (cilindro), saltando hacia detrás,
hacia delante o lateralmente y provoca un </span></i></span><span class="hgkelc"><i><span style="background: white; color: #040c28; font-size: 12pt; line-height: 150%;">contacto</span></i></span><span class="hgkelc"><i><span style="background: white; color: #202124; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> con un adversario que
cumple el principio del cilindro, este jugador será el responsable del </span></i></span><span class="hgkelc"><i><span style="background: white; color: #040c28; font-size: 12pt; line-height: 150%;">contacto</span></i></span><span class="hgkelc"><i><span style="background: white; color: #202124; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> por abandonar su
cilindro, sea defensor o atacante.</span></i></span><i><span style="font-size: 9pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Toda esta semana
habíamos estado trabajando la finalización con contacto. Buscábamos provocarlo
antes de iniciar la acción de canasta o, en el peor de los casos, aguardarlo
preparados y conscientes del mismo, con una base suficientemente estable para
soportarlo, absorberlo y emplearlo a nuestro favor. Pero claro, cuando este
contacto se produce en el aire, ante individuos con una base de fuerza aún no
constituida, los fallos se sucedían ante la mirada impasible de los dos jóvenes
árbitros. 2 a 18 fue el saldo favorable de tiros libres (para el rival), poco se habla, también, de estas derrotas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>En fin, debo
disculparme con los jugadores y con las familias, también con los árbitros si
de verdad, como parece, lo hicieron lo mejor que supieron y cumplieron, como
buenos funcionarios, las órdenes de sus instructores</b>. Normalmente me gusta ver
los partidos sentado, dar algunas correcciones, avivar de vez en cuando una
intensidad que, la verdad, no conseguimos tener con regularidad, pero hoy, amén
de querer salvar la diferencia existente exigiendo constantemente atención y
agresividad a los jugadores, he tenido que proclamar en voz alta, de manera
airada y, como digo, errónea, nuestro derecho a defendernos de un criterio
arbitral que corre el riesgo, por la incoherencia con el propio reglamento y
sus interpretaciones y, por tanto, con lo que deberíamos enseñar a diario, de
acabar con la justicia y los incentivos a querer mejorar técnica y tácticamente.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Podría haberlo
dejado estar, tragarme la bilis, relativizar y mañana seguir entrenando baloncesto
como creo que debe ser jugado, a expensas de ser poco competitivos en el
baloncesto del fin de semana. Pero he querido dejarlo por escrito, aunque sea
como una particular, por original, disculpa con mis jugadores y sus familias,
por elevar el tono en un juego que debe ser sobre todo de precisión, y por
tener que recurrir a esta "catilinaria", ─porque no creo en los cauces oficiales ni
las conversaciones de buen rollo con las que habitualmente nos toman el pelo─,
para expresar por escrito lo que pienso y siento. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-26474491800243640642024-01-30T12:27:00.002+01:002024-01-30T16:09:57.599+01:00Borges y el baloncesto, tal vez<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBUpZVYkPVLqVIlJUBOgu2TGREzIHoqeY2PIN6eKTB2Dy37NcRsvIXbZWTOMPMUbeNceyjCL3-j6MfBQp9CbxdDl8UjSIYVnZxohS148b4dy_1kEme3t5dtwvnoaYbiDQZQVD7PEwWxdTn428GVKJeNc9rwN0RqWzDlkRB0fU3v-pBHTMV4PNTtWvohIHn/s700/El%20universo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="490" data-original-width="700" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBUpZVYkPVLqVIlJUBOgu2TGREzIHoqeY2PIN6eKTB2Dy37NcRsvIXbZWTOMPMUbeNceyjCL3-j6MfBQp9CbxdDl8UjSIYVnZxohS148b4dy_1kEme3t5dtwvnoaYbiDQZQVD7PEwWxdTn428GVKJeNc9rwN0RqWzDlkRB0fU3v-pBHTMV4PNTtWvohIHn/w400-h280/El%20universo.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i>En aquel
Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola
Provincia ocupaba toda una ciudad, y el mapa del Imperio toda una provincia.
Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de
Cartógrafos levantaron un mapa del Imperio que tenía el tamaño del Imperio y
coincidía puramente con él</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hace unos días,
en uno de los numerosos viajes que emprendo rumbo a un polideportivo de nuestra
región o país, pude continuar la lectura de <b>Nuccio Ordine</b> y su obra <i><b>Clásicos
para la vida</b>,</i> cuyo título no pudo estar mejor elegido. En él se recogía el
extracto que he empleado como entradilla a este artículo de opinión, inserto en
<i>El hacedor</i>, libro de Borges en el que este reúne poemas, relatos y
ensayos de varias épocas en torno al eje común de su visión del mundo y sus
preocupaciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si la
preocupación de Borges versaba sobre los peligros del rigor científico, de la
búsqueda de la perfección en ese hilar tan fino que es solo la antesala de un
nuevo descubrimiento y que provocaría que la investigación perdiera todo su
valor, volviéndose esclava de sí misma, esta también es la mía en el mundo y
tiempo en el que yo me muevo. <b>Un mapa del tamaño del Imperio es, sin duda,
preciso, fiel reflejo de la realidad, pero en todo caso inútil para sus fines</b>,
al igual que toda esa ingente masa de datos que nos explica al milímetro lo que es y
debe ser el baloncesto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No se confundan,
amo el hecho de conocer por conocer, la investigación sin finalidad aparente,
ensimismada y críptica por definición para quienes no están familiarizados con
ella</b>. Pero también creo en la investigación que es consciente de sus límites y
se debe a la causa mayor que persigue, sea la cura de enfermedades, la fluidez
del tráfico rodado en las grandes ciudades o la mejora de las posibilidades de triunfo
de un equipo sobre otro en una cancha de baloncesto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Al igual que el
estudio de la retórica y el discurso y sus efectos en las conciencias que lo
recibían han hecho de la política, otrora un noble arte, un escenario ruin en
el que se miden cara a cara argumentos bien armados, pero en su mayoría zafios,
<b>el baloncesto corre el peligro de convertirse en un plano-secuencia ideado en
torno a la eficacia no siempre bien contextualizada de determinados jugadores,
jugadas, metodologías o, en fin, de la propia tecnología en sí misma</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si bien fueron
necesidades cotidianas las que hicieron avanzar la trigonometría; si la carrera
espacial nos ha traído adelantos tecnológicos que han hecho más cómoda y, por
lo general, mejor nuestra existencia, esta carrera sin límites por la
acumulación de datos y su interpretación, la mayor de las veces basada en
muestras pequeñas, sesgada por la limitada capacidad de sus glosadores, se me
parece mucho a la de esos cartógrafos que quisieron, sin poder, radiografiar el
mundo sin poder encontrar una escala más propicia y exacta que la del 1:1. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">De lo contrario,
tal y como sucede ahora, <b>en un escenario multifactorial y multivariable como el
del baloncesto, recurrir a análisis que para ser significativos se ven obligados
a descartar, a sabiendas, gran parte de la información que los descuadra o
invalida, es un auténtico brindis al sol</b> que tranquiliza conciencias y genera un
halo científico alrededor de un mundo que es esencialmente mágico, humano,
incierto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ojo, pese a ser
un escéptico por definición, no por negar el valor de la ciencia, sino por considerar
provisionales, como es lógico, todas sus conclusiones, sí creo en la necesidad
de la incorporación de los datos en el desarrollo de metodologías en el cuidado
de la salud del jugador e incluso en la conformación del aparato técnico-táctico
de los equipos. Pero siempre desde la conciencia de que, hasta el momento, <b>esta
base estadística nos explica el futuro en base al pasado pretendiendo que ambos
se parezcan</b>, en la medida en que toda la toma de decisiones va a venir
orientada por esta información antigua que, de no ser considerada obsoleta
desde su nacimiento, bien puede contribuir a esa redefinición de los patrones venideros</span><span style="font-family: verdana;">. Es decir, se trata de información que se justifica y explica a sí misma: su valor radica en la fe en sus conclusiones. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Pueden ser múltiples
las paradojas. Se me ocurre, por ejemplo, que, en la distancia, dos
planteamientos tácticos idénticos conduzcan a resultados muy dispares porque
dispares son los jugadores, los contextos o los rivales</b>. O que dos combinaciones de dos jugadores que incluyan a un mismo jugador resulten idóneas o letales para un mismo
equipo (¿es responsable del éxito o del fracaso?). En fin, nos movemos en un mundo multifactorial, enormemente variable, en
un entorno con tal número de combinaciones posibles que este intento de
sofisticación no conduce más que a conclusiones poco certeras, a visiones
estáticas de una realidad dinámica y a una imagen que, si en algo se parece en
la realidad, es en que algunos la consideran profética y hacen todo lo posible
por que se reproduzca fielmente, milímetro a milímetro y a través de sus
decisiones, en el gran mapa en tamaño real que es el baloncesto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, discúlpenme,
pero siempre me fascinó el comienzo de <i>Las ruinas circulares</i>, también de
Borges: <i>Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche, nadie vio la canoa de
bambú sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que
el hombre taciturno venía del Sur y que su patria era una de las infinitas
aldeas que estás aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma
Zend no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-55027339804999369362024-01-17T10:16:00.002+01:002024-01-17T14:07:29.507+01:00Ronnie o los límites del entrenamiento<p style="text-align: left;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQVj4_cWFwYD7yHuunGVNV3gZQ5lQJHidWZ0yd268eEV9ZAz1i40XQJxTfCx270XgrNhtVCTt2s_ArJw7oK6hXnRxDXEaHRsJRhUyqk555cHp4I1eE24PHpitHgEPiFxt07qAKpX4XP0X1HfJZ7A3ijuta00bPSHT-yrfdUENMFnpN2nbwBwigXYftN3Re/s5689/Ronnie%20O%20Sullivan.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3793" data-original-width="5689" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQVj4_cWFwYD7yHuunGVNV3gZQ5lQJHidWZ0yd268eEV9ZAz1i40XQJxTfCx270XgrNhtVCTt2s_ArJw7oK6hXnRxDXEaHRsJRhUyqk555cHp4I1eE24PHpitHgEPiFxt07qAKpX4XP0X1HfJZ7A3ijuta00bPSHT-yrfdUENMFnpN2nbwBwigXYftN3Re/w400-h266/Ronnie%20O%20Sullivan.jpg" width="400" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Desde hace unos años sigo con gran interés el snooker, un deporte que podría parecer muy
simple, pero que, sin embargo, encierra en sí mismo dosis impensables de
estrategia, táctica y, por supuesto, técnica y habilidad</b>. También de preparación física,
pues tanto la resistencia como la elasticidad son dos componentes esenciales
para seguir pensando con claridad al cabo de varias horas y para alcanzar la posición de algunas bolas
realmente complicadas. Por no hablar del apartado psicológico en ese duelo que
se libra en la distancia: mientras uno juega el otro mira (o no) siendo muy
difícil ocultar la desconfianza, el miedo o el sentimiento de intimidación.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pues bien, el
pasado domingo, <b>Ronnie O´Sullivan</b>, de 48 años, se hacía con su octavo trofeo del
<b>Masters</b> sumando así un nuevo entorchado de la llamada triple corona, distinción
que también acompaña al <b>Uk Championship</b>, que ha ganado también en ocho
ocasiones, y el <b>Campeonato del Mundo</b>, cuyo trofeo ha levantado siete veces. En el
caso de los dos primeros torneos, Ronnie es ya el campeón más joven y el más “viejo”.
El UK lo logró con solo 17 años y el Masters con 19, y ahora de nuevo ambos con
48. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hasta ahora
había sido muy partidario del acceso paulatino a la competición, de la práctica
del multideporte, de la adquisición de una base atlética previa a cualquier
intento de especialización</b>. Y en realidad sigo siéndolo, pues opino esto para
el 99% de los casos y retraso cuanto puedo el reparto de roles en los equipos
de cantera que dirijo pues no me atrevo a hacer pronósticos sobre las
necesidades perceptivas y coordinativas que los jugadores podrían llegar a
tener en el día de mañana en virtud de la evolución futura de sus cuerpos, de
su ambición o de las demandas de sus futuros entrenadores. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Pero los genios
son otra cosa y nos ponen en nuestro sitio. A nosotros, los entrenadores, y al
conjunto de la población, a quien muestran sin piedad todas sus limitaciones al
situarnos ante un espejo en el que ni siquiera podemos vernos reflejados</b>. Lo
que llegan a hacer Ronnie O´Sullivan, Djokovic, Jokic o Messi queda fuera de las
fronteras del entrenamiento, de la práctica deliberada o de toda aquella
práctica organizada en torno a unos estándares marcados, queriendo o sin
querer, por el individuo promedio, el deportista común, la mediana de nuestra particular
curva de capacidades y talento. Y la de nuestros grupos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Elevar los
estándares de exigencia es clave para conseguir mejoras significativas en el
rendimiento de los grupos, pero los puntos de partida son muchas veces las anclas que nos impiden echarnos a la mar</b>. La capacidad de aprendizaje motor, de
comprensión de los espacios, para resolver problemas… Todas estas cuestiones
nos vienen dadas y pueden limitar las progresiones grupales e individuales de
nuestros equipos. Ayer mismo observaba cómo uno de mis preinfantiles se quedaba
mirando el balón que volaba tras un tiro en tres ocasiones consecutivas obteniendo
el mismo resultado: le quitaban el rebote. Está bien, mi parte de responsabilidad
está clara, el hábito no está creado ni consolidado, pero extrapolando la situación
más allá del teatro de la pista, lo cierto es que un individuo se encontró con
el mismo problema en tres ocasiones y quiso o pudo (por decirlo de alguna manera)
aplicar la misma estrategia tres veces con idénticos resultados negativos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La capacidad para
resolver problemas, para adquirir patrones motores, para percibir el entorno y
emitir juicios acertados sobre lo que está pasando a nuestro alrededor son
elementos muy vinculados a lo que podríamos llamar talento</b> y, además, dotan al
individuo de una autopercepción de la competencia y la capacidad que lo invitan
a entrenar más duro y de manera más creativa. Es decir, gran parte de los
objetivos que podremos alcanzar con nuestros equipos se basarán, en gran
medida, en las bases sobre las que se sustentan, no solo a nivel atlético, sino
también en cuanto a la velocidad de toma de decisiones y su nivel de éxito. ¿Podemos escapar de este laberinto? Vayamos a por uno más complejo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Por otro lado,
creo que el entrenamiento puede llevarnos a alcanzar una meseta de capacidades
mínimas, conocimientos necesarios para la competición, pero que el último salto
va a estar en manos de los jugadores y una adquisición autónoma en entornos
ajenos al de la práctica formal</b>. Aquí poco nos queda más que ser incentivadores
del entrenamiento fuera de pista y ver con mejores ojos todos esos ratos que
los chicos pasan con sus padres y hermanos mayores y cuyo rendimiento avalan
las estadísticas que muestran cómo la herencia de ese capital cultural y deportivo
conduce a una sobrerrepresentación de los "hijos de" (jugadores, entrenadores, gente vinculada al baloncesto) en selecciones autonómicas y
nacionales. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La perpetuación
de los mejores en la élite en deportes individuales como el tenis o el snooker
nos alerta de la presencia de genios, talentos irrepetibles que no veremos en
generaciones</b>, pero también nos muestra que el entrenamiento tiene unos límites
y que los puntos de partida, los estándares de autoentrenamiento, la percepción
de las propias capacidades y su inmediata consecuencia ─la resolución de
problemas cada vez más complejos con un éxito progresivamente creciente─, son aspectos
propios del deportista y su biografía sobre los que los entrenadores solo
podemos orientar desde una posición humilde y, en el caso de estos genios, de
pura y dura admiración. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS</span>
</span><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><br /></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-30747999355638440842024-01-01T11:56:00.000+01:002024-01-01T11:56:34.080+01:00¿Un arma cargada de futuro? <p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjep9GlOCkvZv23HNB6HnvB2XAbibxt3-clMe9KvXrTlNyXvzG35buSXIwP5moTFL-YWURTpR9qn2VlaL2hm3Jo5sz6fKYL_stzsleswujICSKfmOdwZTwDUZdpxsoTPelJFUFPjsmbQmrJmpNHqVFX-EBw1ar4B48bTE28TcCdhyy-6NRcD16ratRAE3FC/s1600/foto%20para%20blog.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjep9GlOCkvZv23HNB6HnvB2XAbibxt3-clMe9KvXrTlNyXvzG35buSXIwP5moTFL-YWURTpR9qn2VlaL2hm3Jo5sz6fKYL_stzsleswujICSKfmOdwZTwDUZdpxsoTPelJFUFPjsmbQmrJmpNHqVFX-EBw1ar4B48bTE28TcCdhyy-6NRcD16ratRAE3FC/w400-h300/foto%20para%20blog.JPG" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><br /> </p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Ya no me ocurre.
Con el baloncesto ya no me pasa, no siempre al menos. No estoy seguro de
quererlo más que ayer y menos que mañana, como sí ocurría en un principio</b>. Ni
siquiera de saber más cada día, lo que puede que sea probable, pero no siempre percibo
como tal, a pesar de estar rodeado de numerosos estímulos que facilitan este
aprendizaje: grandes profesionales y muy buenos jugadores cerca y la propia
práctica como gran maestra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero no estoy
seguro, decía, porque creo que, en el baloncesto, como en tantas otras facetas
de la vida, las nuevas tendencias no critican y asumen parte del legado de
aquellas otras que lo fueron en el pasado. Es decir, <b>tengo la sensación de que
los argumentos que avalan las nuevas tendencias invitan a una suerte de <i>tabula
rasa</i>, crean nuevas realidades que no facilitan el intercambio con el pasado
u otras fórmulas</b>. Por lo tanto, conocer lo nuevo no es siempre conocer lo
mejor, aunque objetivamente lo sea en la medida en que lo nuevo se ha aceptado
como lo real y casi único y obtenga resultados en la cancha. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Contribuye
también a esta suerte de desaliento la necesidad de hiperespecialización. <b>La
visión humanista y holística del baloncesto como un todo en el que los
apartados personales y humanos prevalecen ha dejado paso a una era pseudocientífica</b>
en la que los datos (no siempre relevantes o suficientes) construyen narrativas
y predestinan la realidad en la medida en que sus intérpretes profesan una fe
inquebrantable en su esencia divina. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Se complica la
creación de equipos, la determinación de causas colectivas, de horizontes a
alcanzar como grupo. <b>Los vectores que representan las carreras individuales no
siempre se alinean con el de los objetivos del equipo</b>. En una era en la que
todo el mundo te dice lo bueno que eres, te ayudan a disimular las carencias,
discuten con quien sea necesario para demostrar que su
hijo/representado/ahijado/amigo está en lo cierto la voz de la autoridad se
resquebraja y el entrenador se convierte en un encantador de serpientes que
intenta captar el voto del trabajador y el pensionista, por diferentes que sean
sus motivaciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Lo mismo sucede
en el baloncesto de formación, donde educamos a doce (en mi caso quince) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>seres que son lo más importante para otros
dos, tres o cuatro, a los que no siempre podemos pedir una visión objetiva de
nuestra labor educativa, pues acuden a las gradas con una suerte de prismático
que sigue las evoluciones de su hijo, al que suelen ver desanimado o falto de
confianza cuando juega poco o se ciñe a su papel dentro de un colectivo donde
las oportunidades, en el campo federado, terminan obedeciendo a una mezcla de
méritos y virtudes. Hablo a menudo con los padres y creo que a veces se sienten
culpables de no haber engendrado un atleta o un superhombre. Y alguno hasta se
pasa hora con los chicos intentando suplir la carencia de estos dones dotándolos
de una técnica exquisita, redoblando esas sensaciones de ansiedad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Es esta tendencia
hacia la competitividad que debe conducirles a una suerte de bienestar físico y
emocional la que me hace pensar si no somos antes que entrenadores terapeutas,
curadores de almas claramente sobreestimuladas y al mismo tiempo adormecidas
que soportan el carrusel de tareas que se les impone con un espíritu demasiado
sumiso</b>. A veces echo de menos preguntas en los entrenamientos. Esto por qué y
para qué. Me gustaría crecer espiritualmente y estar por encima de lo que
siempre ha significado el entrenamiento como tarea preparatoria para una
competición o método que provoca un incremento del rendimiento deportivo. Me
gustaría ser un procurador de oportunidades, un provocador, en el buen sentido, lanzar una llamada a tener un pensamiento propio y original. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Se me quedan
cortos los objetivos tradicionales del baloncesto de formación para cubrir y
responder ante lo que veo</b>. Ahora que se acercan las segundas vueltas de la
competición federada, me parece pobre la idea de competir mejor, de conseguir
mejores resultados. Hay decenas de recursos estratégicos o tácticos que pueden
ocultar mil carencias técnico-tácticas individuales. A nosotros nos han anotado
con conceptos que no aparecen en nuestra programación, es decir, nos dan
lecciones pertenecientes a otro curso. Y no vamos a responder de igual manera,
no vamos a actuar como autómatas si no hay una comprensión previa de los
elementos espacio-temporales básicos, un control suficiente del propio cuerpo,
una relación dichosa entre el jugador y el balón. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Para ello
necesito crecer espiritualmente. Todavía mis rotaciones han estado demasiado
informadas por el intento de competir mejor, de pelear el resultado. Me ha
guiado en exceso el ego del entrenador y me he olvidado de los objetivos
educativos y deportivos que están por delante. <b>La competición puede ser un
laboratorio si proveemos a todos los participantes de los materiales
necesarios, principalmente minutos, y, en todo caso, es una herramienta volcada
al futuro, no una radiografía del presente que es tantas veces un diagnóstico
del pasado</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Esto le pido al
baloncesto en 2024 en este ánimo de recuperar aquel viejo entusiasmo: que se
convierta, como decía Celaya de la poesía, en un arma cargada de futuro</b>. Los
datos y los rendimientos actuales de los jugadores jóvenes no pueden determinar
a qué jugamos, quiénes somos y seremos. Que lo hagan las ideas y el entusiasmo
con el que acuden cada día a entrenar. Y que tengamos la mente abierta y el espíritu
suficientemente generoso para no dejarnos guiar por la inmediatez y la rigidez
de un sistema hecho para crear máquinas y consumidores, no seres libres, ni siquiera jugadores libres. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-9465138414523970782023-08-22T15:41:00.006+02:002023-08-22T16:41:06.794+02:00Los Estados Unidos del Baloncesto<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV31TkFTRqGK1CDZ4McFVf1uRdElQ_SH2cdbNkmURn-4c-wWfP7ETGmY1S5XoVuui4gIms10nHRo1wryZaRgqkOsxcYw7c9Y5Vow4a9J8J0CQzgA0a577YDZtlEgT6i6sGKSOWaQMQtwEsOspA0pyxFhOxCh2AFfMRpEGNCm3zcss7rIQpQDYx7CECed9G/s819/coast%20to%20coast.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="819" data-original-width="552" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV31TkFTRqGK1CDZ4McFVf1uRdElQ_SH2cdbNkmURn-4c-wWfP7ETGmY1S5XoVuui4gIms10nHRo1wryZaRgqkOsxcYw7c9Y5Vow4a9J8J0CQzgA0a577YDZtlEgT6i6sGKSOWaQMQtwEsOspA0pyxFhOxCh2AFfMRpEGNCm3zcss7rIQpQDYx7CECed9G/w270-h400/coast%20to%20coast.jpg" width="270" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i>Viaje con
nosotros si quiere gozar</i>. Ya la están cantando, ¿verdad? <i>Viaje con
nosotros a mil y un lugar. Y disfrute de todo al pasar</i>. Qué gozada, nunca
mejor dicho, esta canción de la Orquesta Mondragón con letra de Luis Alberto de
Cuenca. Tanto que creo que es la que iba tatareando <b>Fernando Mahía (A Coruña,
1990)</b> en su viaje por Estados Unidos a bordo de una Dodge Grand Caravan de
2001 y del que extrajo el magnífico libro <b><i>Coast to coast</i> (Contra, 2022)</b>. Un viaje al corazón del gran imperio guiado por el hilo conductor del
baloncesto, tal vez no el deporte más popular, pero sí el que mejor representa
el carácter mestizo y la condición multiétnica y multicultural del país. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No es
arbitraria, se lo dice un geógrafo, en ningún caso, la división por regiones
que introduce el autor para planificar su viaje</b>. Estados Unidos es también un
país de contrastes, un país en el que poco más de doscientos años de historia
han dado para mucho y han contribuido a explicar su actual distribución.
Senderos, cordilleras, océanos y climas explican una parte, pero puritanos, forajidos,
indígenas, políticos e incluso vaqueros, la mayoría hombres, pero también (y
cada vez más) algunas mujeres terminaron de configurar su territorio como un
mosaico en el que es fácil distinguir, como hace Fernando Mahía, al menos cinco
espacios diferenciados: Nueva York (y alrededores), El cinturón del óxido (
fundamentalmente El Medio Oeste), El Corazón de América (los Apalaches y las
grandes praderas), el Sur Profundo (marismas y casonas en torno al Delta del Mississippi)
o un concepto amplio del Oeste a partir de la expansión decimonónica a costa de
la población nativa y más allá de las Rocosas en busca de tierra virgen e
incluso oro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>En todos estos
lugares nos cruzamos con el baloncesto. ¿Por qué? Por lo universal de su
lenguaje, su equitativo, aunque a veces injusto, mensaje</b>. Una canasta fue
suficiente para que Larry Bird no heredara el destino de su padre (alcohólico y suicida). Una canasta fue
muchas veces el horizonte que guiaba el sueño americano, más allá de que su
final fuera triste o crudo. Fernando Mahía no evita cruzarse con los hitos
fundamentales de la historia del baloncesto, visita estatuas a las puertas de pabellones
y puntos de interés arqueológico donde estuvieron los templos ya derruidos.
Pero va mucho más allá y ahonda en los personajes secundarios de ciudades no
siempre conocidas por el gran público. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hay muchos más
perdedores que triunfadores en este libro, aunque no hay derrota completa en
sus biografías ni historia exenta de pasajes dorados</b>. Pero lo cierto es que al
autor le cuesta mucho dar con ellos, pues su existencia es anónima, ya sea
por vocación o necesidad. De la mano del autor conoceremos mendigos que fueron
pioneras, antiguas estrellas reintegradas en comunidades indígenas o <i>globetrotters</i>
que aceptaban su papel, y lo disfrutaban, a sabiendas del carácter
exhibicionista que tenía este equipo, una suerte de <span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">«</span>bomberos torero<span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">»</span>
del parqué. Entretenimiento para blancos ofrecido por empresarios blancos y
trabajadores negros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Me gusta mucho
la mirada de Fernando, el modo en que esta traspasa el espeso muro de lo evidente
o, peor, de lo aparente</b>; la falsa verdad que ya existía en el paisaje antes de
que su mortífero veneno llegase a los informativos y los espacios de debate. Y
me gusta mucho más aún su oído, presto siempre a escuchar a quienes conservan
una historia, presto siempre a distinguir de entre el ruido aquellas melodías
que constituyen la banda sonora del país, de sus ciudadanos y también del
baloncesto, tal vez el denominador común que mejor representa a una y otra
nación, a todos los Estados Unidos y a un mundo en general que, aunque critica el
modelo, no deja de imitarlo. <b>En Coast to Coast hay jazz, hay blues, hay salsa, merengue,
hay soul, hay sonido motown, hay hip hop, hay rock, hay pop en el sentido
amplio</b>. Quizá por eso, por no tener que elegir entre tanta buena música, entre
tanta historia resumida en acordes y notas diferentes, yo también canturreo el <i>Viaje
con nosotros…</i> mientras os invito a subiros en la Dodge de Fernando y viajar
sin viajar por los Estados Unidos del baloncesto. Disfruten de todo al pasar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-16325987320704774892023-08-15T09:44:00.001+02:002023-08-15T09:44:24.051+02:00Entrenar el inconsciente<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjj3IrtwAHN_fEbx5ZQdRXoF-QC_Z4gqAoSjlTh6t8HKnh8S6uxNA-apYCfbYdvNDHOOtWbENRys280ce_9KP0tt-am6eW70x1c7qUcw50CpgZrbEWAVXcXIx7pKWxWV74zRQXwusjM58PeuLksDu8V9t8Vu5CX99K6109z_xNKqMBUS4otavwo4fU-00Mo" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="500" data-original-width="317" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjj3IrtwAHN_fEbx5ZQdRXoF-QC_Z4gqAoSjlTh6t8HKnh8S6uxNA-apYCfbYdvNDHOOtWbENRys280ce_9KP0tt-am6eW70x1c7qUcw50CpgZrbEWAVXcXIx7pKWxWV74zRQXwusjM58PeuLksDu8V9t8Vu5CX99K6109z_xNKqMBUS4otavwo4fU-00Mo=w253-h400" width="253" /></a></div><br /><br /><p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">José Manuel López Navarro, autor
de <i><b><a href="https://www.amazon.es/ENTRENAR-INCONSCIENTE-humanista-entrenamiento-desarrollar-ebook/dp/B0CB77YNDH">Entrenar el inconsciente</a></b></i>, la obra que he tenido el placer de leer en
estos días, cuenta con una formación y una experiencia especialmente diseñada
para ser el entrenador de corte humanista que se anuncia a través de este libro.
Su experiencia en la Armada como especialista en submarinos, su colaboración en
el deporte de los deportes, el atletismo, y su bagaje como preparador de
equipos en clubes como Estudiantes de Madrid, conforman un currículum difícilmente
igualable, no solo por el cuánto, que es mucho, sino por el qué, que es diverso
y polivalente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En este caso, libro y autor no
pueden caminar por separado, pues <b><i>Entrenar el inconsciente</i> es ante todo
el producto íntimo de la reflexión sobre la experiencia acumulada</b>. Una
reflexión orientada por un saber adquirido tanto a través de la teoría (se
citan numerosos libros muy interesantes) como fundamentalmente a raíz de la
práctica. Una reflexión en torno a una visión que probablemente sea anterior,
pues la consideración del deportista, del hecho deportivo y del entrenamiento, el
punto de partida desde el que nos aproximamos a la enseñanza de un deporte probablemente
proceda de un impulso anterior a su racionalización. Si José Manuel López
Navarro cree en una enseñanza basada en el deportista como protagonista, en un
enfoque holístico y en una metodología integral y esencialmente flexible no es
porque su trayectoria profesional lo haya orientado de esta manera, que
también, sino porque había un impulso previo, una forma de ser y estar en el mundo
en la que sus educadores tuvieron mucho que ver. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>De aquí nuestra responsabilidad
como entrenadores: algunas de las consecuencias de nuestras medidas y nuestros
actos van a permanecer en el tiempo en forma de recuerdo o cicatriz más o menos
consciente o visibl</b>e. De aquí que debamos ser autocríticos, estar en permanente
formación y planificar. En este sentido, aboga por el desarrollo personal de
los formadores, quienes deben ser prohombres de su generación, sabios o
conscientes de su ignorancia y ejemplos intachables de conducta. Humanos, sí; falibles,
sí, pero no más de lo necesario. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El libro hace un recorrido más o menos
ordenado del entrenamiento deportivo en torno a sus dos grandes protagonistas, el
deportista y el entrenador, sin desatender la importancia que pueden tener
otros actores, la competición y el entorno</b>. Y en este recorrido,
aunque es muy completo, nos vamos a cruzar a menudo con algunas de las palabras
clave y obsesiones del autor: el liderazgo del entrenador, el forjamiento del
carácter de los deportistas y el entrenamiento del inconsciente, aquel que
queremos que aflore el día D y en la hora H a base de haber invertido muchas
horas de práctica deliberada y repetición consciente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Reconozco que me gustaría estar
más en desacuerdo con José Manuel López Navarro, que alguno de sus principios
chocara con los míos y que del debate pudiera surgir un nuevo principio
mejorado y útil para ambos</b>. Pero, aun así, aunque mi visión del entrenamiento (aunque
mi formación y aproximación al deporte sean muy distintas de las suyas) es
semejante a la suya, he aprendido mucho. Sin pretender ser demasiado técnico, el
autor aclara muy bien conceptos propios del baloncesto a través del uso de
ejemplos. Sin procurar aleccionar, pues la narración destaca por su humildad y
modestia, su lectura, en pleno período de renovación de ideas y planificación y
programación de la próxima temporada, me ha resultado especialmente
clarificadora. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Por todo ello, que es mucho más
que la mera suma de sus partes, recomiendo la lectura de <i>Entrenar el
inconsciente</i></b>, idealmente antes de planificar y encontrarnos con la plantilla, pero
también después, para ponernos frente al espejo de José Manuel López Navarro y
confrontar nuestra experiencia con la suya, que es amplia y diversa, algo que
no siempre podemos hacer con nuestro director deportivo, con nuestros compañeros
o con nosotros mismos por falta de tiempo. De ahí mi consejo: <b>que la fuerza de
este libro os acompañe en esta y en próximas temporadas</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA
TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-33342761477831504552023-07-03T09:29:00.001+02:002023-07-03T09:29:26.411+02:00Oro, pero no de la misma madera<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhftaNQvzYs3gKy32nX_js0tWsUphg48LWbMBEoHz2kk0eogiZ2EBfP-Jn_-x6XlCYF2pA3oJjvkqSp_IjE7_q9oDAiXk-YrCouwxI_0w38lcFbsqGgHQadaICjuoLgmmG0cjfd-YW4TSaSBwHAPfiZtRjti2bRIuTTCN7dyl-x8uAwKM24DVwF625dmPxF/s813/seleccion%20junior.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="430" data-original-width="813" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhftaNQvzYs3gKy32nX_js0tWsUphg48LWbMBEoHz2kk0eogiZ2EBfP-Jn_-x6XlCYF2pA3oJjvkqSp_IjE7_q9oDAiXk-YrCouwxI_0w38lcFbsqGgHQadaICjuoLgmmG0cjfd-YW4TSaSBwHAPfiZtRjti2bRIuTTCN7dyl-x8uAwKM24DVwF625dmPxF/w400-h211/seleccion%20junior.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen encontrada en la web de la fbm</td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">De Murcia, Valladolid,
Palma, Sevilla, Barcelona, Alhaurín y, por supuesto, también de Badalona o
Madrid al cielo. <b>La selección junior española escribió ayer una bonita
historia venciendo a Francia en la final del campeonato del mundo sub 19 y
reeditando un título, el de 1999, que es el mismo pero distinto, pues se ha
logrado con claves absolutamente diferentes</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Los chicos crecen y ensanchan</span></b>. Nada tienen que ver Rafael
Villar y Sergio Larrea, bases de nuestra actual selección, con Raül López o
Carlos Cabezas. El base del Barcelona y el de Valencia Basket rondan o pasan
holgadamente el 1,90, mientras que el genio de Vic y el de Málaga se movían en
torno al 1,80. Este hecho les ha permitido contribuir en facetas del juego como
el rebote, la defensa toda la pista, incomodar la acción de los bases rivales a
la hora de iniciar y ejecutar los sistemas y plantear sistemas defensivos
distintos a los que un base de antropometría clásica pudiera haber hecho. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Navarros, pero de escuela (y más altos, largos y físicos</span></b>).
Juan Carlos Navarro fue, posiblemente, el héroe del campeonato junior de
Lisboa. Allí muchos conocimos su famosa “bomba” y su determinación para asumir
balones calientes en los minutos finales de los partidos como ayer hizo Jordi
Rodríguez, también con el número 7, especialmente en la canasta que concedió el
empate tras un fallo previo y con Baba Miller abierto a su derecha. <b>Jordi
Rodríguez no anda lejos de los 2 metros, juega las acciones de bloqueo directo
con pausa, ha pasado por la escuela de Badalona y maneja todas las caras del
balón, bastante bien ambas manos y tiene un tiro de manual</b>. También Lucas
Langarita se aproxima a este perfil, tras años de escuela y despensa en
Zaragoza, añadiendo a todo lo dicho un salto vertical que le permite hacer
mates por encima de los hombres grandes del rival. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Jugadores de rol más fuertes y rápidos</span></b>. Y más necesarios aún
de lo que lo eran en 1999. <b>Sediq Garuba e Isaac Nogués han sido jugadores
clave de la mejor defensa del campeonato, una defensa basada en el esfuerzo y
la agresividad en las primeras líneas que se iniciaba con un esfuerzo titánico
en la lucha del rebote ofensivo y en la defensa del outlet, en un next muy
agresivo (sin mirar atrás), amparado en las veloces rotaciones y en las figuras
protectoras de Almansa o Miller como último recurso</b>. En el marco de este
sistema defensivo, que a veces intercalaba flashes agresivos, casi 2x1 en los
bloqueos directos, los dos jugadores antes mencionados se han convertido en
auténticos valladares, cuyos robos, pérdidas forzadas, malos tiros que daban
lugar a rebotes claros… Han alimentado nuestro juego en transición y han
desquiciado a los mejores jugadores rivales. <b>Su inclusión en la lista y la
importancia que se les ha concedido en la jerarquía del equipo son uno de los
grandes aciertos del cuerpo técnico, pues Nogués no ha pasado de los 6 puntos y
6 rebotes en la EBA y el pequeño de los Garuba ha firmado números también modestos,
6 puntos y 3 rebotes en Cartagena, LEB Plata</b>. Ojalá puedan mejorar áreas
muy específicas de su juego (básicamente el tiro exterior) para que su carrera,
lejos de parecerse a la de nuestro querido Souleymane Drame, lo haga a la de
jugadores de rol que se han hecho hueco en equipos de Euroliga o NBA, como fue el caso del otro titán de aquella selección: Berni Rodríguez. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraph" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">4.<span style="font-feature-settings: normal; font-kerning: auto; font-optical-sizing: auto; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-variation-settings: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De las alcachofas de Sant Boi al mestizaje</span></b>. Si Pau Gasol era
ET para Andrés Montes, una rara avis que el periodista quiso explicar a partir
de su alimentación, Almansa y Miller son dos productos del mestizaje, de la
mejora de la especie que se da por la vía del intercambio, dos auténticos
privilegiados, nacidos para jugar al baloncesto y que, sin embargo, solo lo
pueden hacer de esta magnífica forma por la evolución de los métodos de
entrenamiento y de los preparadores, así como por la generación de ecosistemas
que permiten a jugadores tan altos formarse en el manejo de muy distintos
fundamentos, aunque su principal aval sean su altura y su envergadura. Su juego
de pies, su instinto para el rebote, el tiro de Miller… <b>En fin, ellos simbolizan
también, amén de una mejora genética y epigenética, el éxito de los
entrenadores españoles de provincias (Murcia y Palma en este caso), también de
los de la capital (ambos pasaron por el Madrid)</b>, aunque ahora hayan
decidido hacer las Américas para dar el último paso previo al profesionalismo,
algo que se comprende muy bien. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El triunfo de
anoche habla muy bien del trabajo silencioso de los formadores, de los avances en la preparación física, de la
implicación y saber estar de las familias y también del trabajo de la
federación en la monitorización de los perfiles, la conformación de los cuerpos
técnicos (el de la U-19, sin ir más lejos, realizó una labor impecable) y la
creación de sistemas de competición que han demostrado tener éxito en esta
primera escala formativa</b>, al menos en el cuidado de los mejores jugadores (hace
poco discrepaba sobre lo que los campeonatos de edad, en etapas cada vez más
tempranas, pueden hacer en los casos de maduración más tardía y también sobre
la brecha mental que generan entre los que están y quedan fuera por las
necesidades de hoy y no la visión del mañana). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Ahora el reto es
trasladar esta estructura a la siguiente etapa, un período clave que va desde
los 20 hasta los 23-25 años y en la que es habitual observar cómo los jugadores
consolidados, los tocados por la varita, llegan por sí solos (entre otras cosas
porque ya están preparados) y aquellos a los que aún les falta trabajo por
hacer se pierden en la maraña de las ligas LEB o actuando como cupo en ACB</b>. Recuerdo
casos como los de Miguel González, veo el estancamiento de Sergi Martínez, asisto
a las dificultades para consolidarse en la élite de la generación de 1998, felicito
a Pablo Pérez, un jugador que debutó en ACB y coincidió conmigo en Clavijo por
sus éxitos personales, ya lejos del baloncesto. No quiero verter sombras sobre
un gran triunfo, sino invitar a que, al igual que los éxitos de Gasol, Navarro
y cía animaron a los padres de estos chicos a apostar por el baloncesto quizá
con una mayor implicación de lo que lo hubieran hecho en su ausencia, el éxito
de estos nuevos juniors de Oro venga acompañado por cambios en las ligas o al menos
en la voluntad de los que las rigen y gobiernan, para que la proporción de estos
magníficos átomos que finalmente cristalice sea cada vez mayor. Estaremos atentos.
Comienza un gran verano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-20946246871957745372023-07-01T12:22:00.009+02:002023-07-02T08:56:58.520+02:00Hombre de fútbol, hombre de basket<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhTd0Q6F_njRF24-Q7vS4YhHaF63DOsTogaEsy7pOnqrchcZLx05nWAWvm7dKwTBWIs4-aRbWikNYkCh54ODiN67yC6qpLne3QrEfgPG3fzegFXZJiOsgqUZ7UD09N6DklyfwSYD_AKavc-BixL1u-jcy25YBvo7UELZayOwPa0bqbHeHSFHt1FaHKqwe9Y" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="856" data-original-width="552" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhTd0Q6F_njRF24-Q7vS4YhHaF63DOsTogaEsy7pOnqrchcZLx05nWAWvm7dKwTBWIs4-aRbWikNYkCh54ODiN67yC6qpLne3QrEfgPG3fzegFXZJiOsgqUZ7UD09N6DklyfwSYD_AKavc-BixL1u-jcy25YBvo7UELZayOwPa0bqbHeHSFHt1FaHKqwe9Y=w258-h400" width="258" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana;"><br /><br /></span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Qué sensación
tan bonita esa que sigue al cierre de un libro que te ha acompañado durante semanas
y cuya lectura has podido disfrutar como cuando eras un enano y ninguna
responsabilidad te esperaba a su finalización</b>, cuando no tenías ninguna
intención de hacer una reseña, solo recrearte en sus pasajes. <b><i>Hombre de
fútbol</i>, de Arthur Hopcraft, es el mejor libro que he leído sobre un deporte
que ya no sigo</b>. Publicado en 1968, sus reflexiones siguen vigentes cincuenta y
cinco años después y trascienden no solo el paso del tiempo, sino que alcanzan
la verdadera transversalidad de los deportes de equipo de oposición, espacio
compartido e invasión. Tanto que no me hubiera extrañado confundir a Matt Busby
con John Wooden o a Alf Ramsey con Juan de Dios Román. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hopcraft hace un
recorrido por el fútbol inglés desde su nacimiento hasta esos años 60 de progresivo
aperturismo, redondeados con la consecución del mundial que ellos mismos auspiciaron.
De los ingleses dice que aquellos días disfrutaron como nunca, sobre todo
aquellos trabajadores de las fábricas de las regiones más industrializadas y
alejadas de los centros de negocios. Qué pronto olvidaron los británicos que fueron
más felices abriendo puertas que cerrándolas. </span><span style="font-family: verdana;"><b><i>Hombre de fútbol</i>
es también un manual de historia sobre el hecho deportivo desde su perspectiva
científica, pero también desde la sociológica, política o empresarial</b>. En el
libro el fútbol pasa por diferentes estadios: nace, crece, se reproduce y se
asoma al abismo de la muerte, al menos en su forma original, para refundarse
continuamente siempre sobre la base de la conexión entre el césped y la grada,
entre el campo y la televisión. <b>El fútbol es el drama mejor contado desde los
tiempos de Shakespeare y, sin necesidad de guion, el libro que mejor entiende
una sociedad cansada de ver a señores de traje dando sermones que no se
aplicarán</b>.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El autor termina
su análisis en clave sectorial (directivos, árbitros, jugadores, entrenadores,
afición…) haciendo un vaticinio certero sobre lo que habría de pasar en el mundo
del fútbol</b>. No en vano acertó con el surgimiento de la Premier y con la natural
fusión y concentración del talento y los recursos económicos y el interés de
los equipos grandes por hacer valer la mayor importancia de sus mercados en el
reparto de los beneficios. Acierta también desoyendo las noticias que hablaban
de una Superliga europea: “ya tenemos bastantes competiciones internacionales
con la Copa de Europa, la Recopa y la Copa de Ferias”, afirma. <b>Condena al
semiprofesionalismo a los equipos con masas sociales en torno a los cinco mil
espectadores, aunque siempre les quedará la FA Cup para plantar cara a los
equipos más grandes y rendir un homenaje al fútbol modesto</b>. Es tan preciso
pronosticando el futuro que es hoy nuestro presente que, a veces, un tanto
despistado, pensaba que estaba leyendo un libro sobre nuestro baloncesto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i>La
capacidad de gestión solamente se premia con un refuerzo del ego o con la
satisfacción de los incondicionales tras la victoria sobre los adversarios. Y
en el fútbol estas recompensas son importantes, pero no dan de comer</i></b>.
Así se refiere a los directivos de entonces, que son en gran medida los de
ahora. Ante ellos cabe el aplauso por su pasión, pero cabe la duda sobre la idoneidad
de la profesionalización de ciertas figuras que a veces estos frenan para no
ver relegada su notoriedad. Este año he vivido muy de cerca una de las mejores
historias peor contadas, pero no puedo responsabilizar a nadie al respecto, pues nadie estaba al cargo de ello.
Todos los esfuerzos eran por amor al basket. Y todos son dignos de agradecer. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Y lo mismo
sucede, y concluyo, en el campo de los entrenadores, a los que no se paga
porque no se les exige, a los que no se exige porque no se les paga</b>. Nadie
llega a entender, o si lo entienden no lo consideran prioritario, que cuidar a
los entrenadores es cuidar a los jugadores y que cuidar a los jugadores es
cuidar a los clientes y que, de alguna manera derivada, también el futuro del baloncesto habrá de sostenerse sobre sus jugadores y futuros aficionados, sobre los
aficionados y futuros directivos, sobre los actuales directivos y, ojalá, futuros
profesionales. <b>En el estado actual no cabe la profesionalización de determinadas
estructuras, pero sin la profesionalización de determinadas figuras lo que no
cabrá en el futuro será el baloncesto, de ningún tipo</b>. En ninguna ciudad, por
grande que sea. El fútbol y muchas otras actividades nos seguirán comiendo el
terreno, sobre todo porque su historia es infinitamente más atractiva y democrática. Y porque
está infinitamente mejor contada. Entre otros, por Arthur Hopcraft. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS</span></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-24177803264175512062023-06-23T00:00:00.007+02:002023-06-23T07:54:48.366+02:00Crianza, reserva y gran reserva<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD_K6WLC_I-g7uVHz7pu9smhsdWm2v0rDM-aMFoUsU0Nj1yCR-TUZ6ADCPREJSskpIhs6xJGqfxj-JGKWs9i7coO0FjQLBz1Ezi8SyHNSHqHV12BxCBg5PoQp9WWAWif3Ne6zFp2Pfr9WHiNrc0zgJpONGxpd0roBFtnktt46wU9GWi4Fanep47F-SUnwh/s4608/Logro%C3%B1o.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiD_K6WLC_I-g7uVHz7pu9smhsdWm2v0rDM-aMFoUsU0Nj1yCR-TUZ6ADCPREJSskpIhs6xJGqfxj-JGKWs9i7coO0FjQLBz1Ezi8SyHNSHqHV12BxCBg5PoQp9WWAWif3Ne6zFp2Pfr9WHiNrc0zgJpONGxpd0roBFtnktt46wU9GWi4Fanep47F-SUnwh/w400-h300/Logro%C3%B1o.jpg" width="400" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hoy este blog
cumple trece años, o tal vez fue ayer, que diría Mersault a propósito de la
muerte de su madre en la obra <i>El extranjero</i></b>. No es que importe
demasiado, pero la constancia del paso del tiempo nos permite reflexionar sobre
esta dimensión, otorga esencia a los hechos acaecidos, aporta una sensación de
continuidad que permite llevar a cabo evaluaciones más o menos precisas,
autocríticas o, al contrario, autocomplacientes, de nuestro propio aprendizaje.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Y así uno
descubre que esta progresión nunca es lineal, que uno no se hace más viejo y,
precisamente por ello, más sabio</b>. Y no es solo por la sensación de ignorancia
que acompaña a cada hallazgo, sino por la presencia en ese cronograma
imaginario de hitos que justifican el silencio de tantas horas, el frío de
tantos inviernos. Uno de ellos fue aterrizar en Logroño, capital de la Rioja y del
vino hace cinco años y cinco días justos, en su calle Laurel, para conocer en
persona a Jenaro Díaz, entrenador del Club Baloncesto Clavijo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Aquí en Logroño
he experimentado en mis carnes el proceso de crianza: dos años en barrica y dos
en botella con un año entre medias de curación en tierras burgalesas</b> (mezclo
vino y embutidos en un guiño a mi lugar de origen), al que también estoy
agradecido. En este tiempo el zumo de uva que traía de Salamanca ha fermentado a
través de la observación, el diálogo y la experiencia, conectando con los
jugadores, ganando y también perdiendo. </span><span style="font-family: verdana;"><b>En el Club
Baloncesto Clavijo he preparado hojas de scouting, planes de viaje, borradores
de contrato. He hablado con recepciones de hotel, funcionarios de Extranjería, agentes
y también colegas</b>. He viajado a lugares paradisíacos y a muchos de los centros
de la España interior, vacía o vaciada, según gustos literarios o inclinaciones
ideológicas. He conducido y he sido pasajero, piloto y copiloto, asistente y
principal. <b>He procurado transmitir entusiasmo y tranquilidad a alevines, chicos
y chicas, infantiles, cadetes y juniors, he entrenado a equipos, pero también a
jugadores </b>previamente seleccionados, siempre poniendo la búsqueda de la
autonomía decisional por encima del seguimiento indiscriminado de normas o
conceptos.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>He intentado que
cualquiera de los jugadores pueda compartir cancha con otros cuatro que, con y
sin balón, sepan aprovechar la iniciativa que otorga la posesión del balón al
equipo atacante y provocar desequilibrios que culminarán en ventajas</b> que,
nuevamente a través de la técnica y la táctica individual, aprovecharán o incrementarán
mediante un buen uso de los fundamentos básicos y una inteligente ocupación de
los espacios. Todo ello sin olvidar que es el atletismo, en un
sentido amplio, el que da valor al conocimiento del juego, permitiendo su
expresión práctica. Y que la defensa también juega, mediatizando todo el
proceso de cognición, toda respuesta finalmente biomecánica. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Porque la
defensa también juega, este ha sido también otro de los mantras. Y puede ser
divertida cuando en vez de especular llama a la asunción de riesgos, al
esfuerzo solidario, a la intuición para adivinar el futuro</b>. En defensa hay
cinco chicos actuando sin balón, pero en función de él, sintiendo la
responsabilidad, pero también ese aire canalla que acompaña al robo y que debe
invitarnos a enseñar a usar las manos y a alterar ese principio que daba la
iniciativa, por definición, por el hecho de partir con el balón, a los ataques,
que pasarían a defenderse de nuestra defensa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>También he
disfrutado del semiprofesionalismo, que era semi en las condiciones y circunstancias,
pero profesionalismo sin matices cuando tocaba trabajar al lado de alguien como
Jenaro, un sospechoso habitual de campeonatos de selecciones y Euroliga, quien
sigue intentando que sus equipos se parezcan a aquellos, aunque solo sea en la
ambición y el empeño</b>. Cómo no recomendar este grado universitario que he podido
cursar a su lado, primero como alumno obediente y, cada vez más, como apuntador
de ideas e incluso rebatidor nato, al menos hasta que alcanzábamos, previo
acuerdo o no, la que debía ser nuestra certeza, la que debíamos transmitir sin fisuras
a los jugadores. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No los cito
porque son muchos y temo dejarme alguno</b>. También porque algunos no lo merecen,
en la medida en que no entendieron lo que significaba estar en un equipo y
ponerse al servicio de una causa apoyada por una ciudad, una afición y una
directiva. De todos aprendí, de todos me llevo algún recuerdo. Los hubo buenos
y muy buenos metiendo canastas, pasando el balón, pero me quedo con los que
fueron muy buenos ganando partidos, haciendo lo necesario, sin prestar atención
a la estadística particular, aunque luego, los cínicos de los entrenadores y
directores deportivos, será lo primero en lo que nos fijemos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No los cito
porque han sido muchos. Algunos ya han dejado el baloncesto, otros se han
cambiado de equipo. La mayoría sigue, a la espera de saber cuál será su equipo
el próximo año. Me refiero a los jóvenes jugadores de baloncesto, a esos niños
y adolescentes con los que he compartido unas cuantas horas de cancha</b>,
seguramente no tantas como nos hubiera gustado a ambos, tampoco de la calidad
deseada, mis perdones. Mi mayor deseo es que recuerden alguna anécdota de estos
años, que alguna metáfora les permita asociar y recordar lo aprendido; <b>confío también
en haber contribuido a forjar su carácter sin haberlo mediatizado en exceso. A
veces siento el temor de haber tratado igual a peces y aves</b>, pidiéndoles a
todos volar. Espero que me perdonen los primeros. Y que tengan tiempo para
hacerse con un par de alas (y ser peces voladores) antes de que alguien los
condene de por vida a reptar por el fondo marino. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Me voy de
Logroño cinco años y cinco días después pudiendo distinguir un vino joven, un
crianza, un reserva y un gran reserva</b>, conociendo las normas de la Denominación
de Origen Rioja y, sin embargo, más convencido que nunca de lo necesarios que
son todos aquellos que, conociéndolas, las ignoran para hacer vinos de autor,
caldos que emanan creatividad y frescura, que se alejan de la tradición sin
ningún ánimo de crear la suya propia, pues no pretenden trascender. Que simplemente desean que un paladar pueda
inundarse de sus matices, que alguien pueda disfrutar de ese simple gesto que es
levantar la copa. O armar el tiro. O esconder un pase. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN ACOMPAÑADO EN ESTOS AÑOS. </span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-30606287155988424972023-06-07T13:10:00.004+02:002023-06-08T10:00:37.451+02:00Demasiado pronto, demasiado tarde<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiZQJ7anoKzPINFNGAswtpwkZ8AsZxtCqCMcbiZGw7hB4Eu1UU0xV1CnmlCKiGuQCLIpQI2cpdbGpUPZrP6mSGWEMuKW47nezrYjoMWmXTDTs5IynKiRCVvoBjuyOGJS-Lj_oExEEEeQUtReZhRxN0NL93gYWJ3JcwQfMflYBPJG-bBbXuZEnqELbBC6Q" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="430" data-original-width="645" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiZQJ7anoKzPINFNGAswtpwkZ8AsZxtCqCMcbiZGw7hB4Eu1UU0xV1CnmlCKiGuQCLIpQI2cpdbGpUPZrP6mSGWEMuKW47nezrYjoMWmXTDTs5IynKiRCVvoBjuyOGJS-Lj_oExEEEeQUtReZhRxN0NL93gYWJ3JcwQfMflYBPJG-bBbXuZEnqELbBC6Q=w400-h266" width="400" /></a></div><br /><br /><p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No recuerdo un
año peor que el de Segundo de Bachillerato en términos académicos</b>. En una etapa
ideal para que florezca el pensamiento y se comparta con los contemporáneos,
para que surjan pequeñas comunidades de amantes de lo intrascendente o inútil,
para que se descubran vocaciones, aunque luego se demuestren erróneas, <b>dedicamos
nueve meses de nuestra juventud a buscar una calificación promedio y a preparar
una prueba que intenta diagnosticar una serie de aptitudes y actitudes propias del
aprendiz, pero que en realidad testa el grado de adaptación de este a un
sistema eminentemente lingüístico, lógico/racional y memorístico</b>, tres
capacidades reseñables, por supuesto, pero no superiores bajo ningún criterio
jerárquico a otras como la habilidad manual, la capacidad atlética, el
razonamiento creativo, el criterio artístico o la inteligencia social, que muchas
veces será la que coloque a esos disciplinados aprendices en algún centro de
trabajo y les permita, aquí o en el extranjero, planificar una vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La Ebau, como
antes lo hacía la Selectividad, así como las plazas limitadas que de alguna
manera más o menos objetiva hay que repartir, condicionan uno o dos años de aprendizaje</b>,
determinan el currículum, estrechan y acortan miras, tal vez por puro interés.
Lo mismo sucede cuando al final del camino o de una temporada se sitúan eventos
como los campeonatos provinciales, regionales o nacionales, algo que me parece
bien como aliciente o motivación para los deportistas, atletas que, al igual
que los antiguos griegos, quieren pasar de la potencia al acto, del
entrenamiento a la práctica, pero siempre que se haga con un cierto criterio y
con alguna autolimitación. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque <b>igual que
el profesor quiere presumir en las playas de Benidorm del porcentaje de alumnos
que acceden a la universidad, el entrenador de un equipo quiere presumir de
resultados en los múltiples campus en los que a partir de finales de junio se
reúnen</b>. Y eso afecta al currículum y a otra serie de decisiones que objetiva y
subjetivamente pueden dificultar el aprendizaje y el desarrollo de los
aprendices. <b>Si en el instituto nos privaron de aprender Filosofía o Literatura
a través del ejemplo o el diálogo, sin prisas y atendiendo a todos los matices
posibles, en los clubes pueden sentirse tentados a acelerar los procesos y a
dejar individuos descolgados</b>, tal y como se ha visto en todas aquellas pruebas
previas a la Selectividad en las que tantos equipos han presentado ocho, nueve
o diez jugadores, en función de la permisividad del reglamento. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Los Campeonatos
de España de clubes de Minibasket que se disputarán en tres semanas no ayudan a
nadie salvo a los que obtengan un beneficio directo de ellos</b>. Puede que generen
beneficios, diversión para los padres y una suerte de motivación hacia el logro
(sea cual sea este) en los participantes. No creo en su valor formativo, salvo
en términos de exigencia física y atencional, pero esto podría esperar a más
adelante. Los que se han quedado fuera han sido más conscientes que nunca de la
falta de expectativas depositadas en ellos. Los que lo jueguen, salvo los más
habilidosos, sacarán el kit de emergencia e intentarán sobrevivir siendo útiles
a su equipo, muchos de ellos asumiendo que no pueden tomar determinadas
decisiones. Los muy buenos, salvo los niños prodigio, harán una y otra vez lo
que mejor saben hacer, no es momento para pruebas: el entrenador está
concentrado, la grada ansiosa, hay mucho en juego. Demasiado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hace años, en el
advenimiento de la sociedad del espectáculo, definida por Guy Debord en los
años 70, uno creía que habría dos marcos que permanecerían al margen: la
política y la educación</b>. Que nuestros representantes públicos dialogarían en
las sedes de la soberanía nacional con argumentos sofisticados y no con sofismas
y eslóganes de baratillo. Que nuestros educadores, empezando por los padres, no
convertirían a estudiantes e hijos en joyas que exponer en el escaparate de las
redes sociales y los medios de comunicación: en fin, dentro de unas semanas,
siguiendo los cánones de las actuales reglas de la comunicación y el marketing,
conoceremos el nombre de los jugadores más destacados del Campeonato Mini,
desprovistos del gran escudo para su crecimiento que ha sido siempre la mezcla
precisa de discreción y anonimato. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>En fin, mi tesis
es que el campeonato de España Mini llega demasiado pronto en la carrera de
estos deportistas</b>. Deportistas, no jugadores de baloncesto, pues hasta los doce
años deberían estar enfocados en hacerse con los valores positivos que el juego
encierra, con las actitudes y aptitudes que definen a un atleta, en este caso
de un deporte de equipo: el esfuerzo, la generosidad, la capacidad de
concentración, una cierta disciplina… Esta carrera sin fin que puede acabar con
que veamos a bebés intentando meter un balón ante la orgullosa mirada de sus
progenitores afecta negativamente a los currículos, alimenta el juicio sobre
los jugadores (no la búsqueda de soluciones y alternativas para que puedan mejorar).
<b>Si un chico no rinde bien en este campeonato fácilmente podrá arrastrar
etiquetas inamovibles, estigmas sobre su capacidad para competir, para mantener
la cabeza fría…</b> Y los que no están habrán quedado fuera de un entorno de máxima
exigencia y altas expectativas, serán tratados con cierta condescendencia: muy
pocos se reengancharán a una rueda que, al excluirlos, los sentencia de muerte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, <b>mi tesis
es que ya es demasiado tarde y que una vez que alguna mente preclara de nuestro
baloncesto dijo que adelante con el campeonato de España de minibasket de
clubes es muy difícil dar marcha atrás</b>. Porque sea o no un éxito se venderá como
tal. Los aparatos de la sociedad del espectáculo son sofisticados y nada
autocríticos. <b>Todos ganan el día después de una contienda electoral y después
de un campeonato de estas características</b>: los hoteles facturarán, los padres
se habrán divertido, los niños vivirán una experiencia, no lo dudo, hacer la
Selectividad también lo fue. <b>Con este campeonato se inicia un camino de no
retorno que acabará con los defensores de retrasar la edad de especialización,
la exposición mediática de los deportistas y las selecciones basadas en las
necesidades presentes</b> (con pocas miras de futuro). Alguien lo tenía que decir. Os dejo con el siguiente modelo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/3zLPUD5xosU" width="320" youtube-src-id="3zLPUD5xosU"></iframe></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-25663421010047647892023-05-30T07:26:00.002+02:002023-05-30T12:24:05.814+02:00Individual... y ZONA<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCxBaSSEgHHxst6WCWqwN64B-xbA2tIncLMhzsDjakEyJJq-ciGGsvdXx4CvrByLuANHh451_pCOVbcktIB-8e7T5iX1pa4VTvtWbC10cgDZNOVaxG3bJLqRgTSaBbooWrsdPaQNO7isYPGJPh-WlSKpx7uPHzNOA6vix5WQeJG6Ycz5EVnCwx0tzlsA/s567/zona%20miami.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="319" data-original-width="567" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCxBaSSEgHHxst6WCWqwN64B-xbA2tIncLMhzsDjakEyJJq-ciGGsvdXx4CvrByLuANHh451_pCOVbcktIB-8e7T5iX1pa4VTvtWbC10cgDZNOVaxG3bJLqRgTSaBbooWrsdPaQNO7isYPGJPh-WlSKpx7uPHzNOA6vix5WQeJG6Ycz5EVnCwx0tzlsA/w640-h360/zona%20miami.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Del verano de las
mixtas a la primavera de las zonas. Así podría resumirse el presente curso
baloncestístico</b>, iniciado con el título europeo de la selección española y que
afronta su final con el Real Madrid como campeón de la Euroliga y los Miami
Heat como flamantes finalistas de la NBA. La variedad estratégica y táctica de sus
entrenadores ha determinado el éxito de sus proyectos tanto como la inclusión
de jugadores veteranos en sus plantillas para cerrar los partidos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>101 años suman Lorenzo
Brown, Sergio Rodríguez y Jimmy Butler, verdaderos clutch players, closers, que
dirían en el béisbol. 168 años suman sus entrenadores, quienes han actuado como
sabios generales protegiéndolos y resguardándolos hasta que llegó su hora</b>. A los
binomios Scariolo-Brown, Mateo-Chacho y Spoelstra-Butler habría que sumar la
capacidad para mirar para otro lado o esconderse, también el saber hacer de los
comandantes en la sombra, tantas veces criticados. El mejor es Riley, desde
luego, pero qué decir de José Ignacio Hernández y qué callar de Juan Carlos
Sánchez. En fin, que cada uno saque sus conclusiones, pero repártanse los méritos
con ánimo de justicia y no de venganza. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Porque tampoco
se trata de ninguna vendetta del baloncesto el modo en el que las variantes
estratégicas han redimido o liberado el papel de espacios abandonados, perfiles
de jugadores o estratagemas tácticas que parecían olvidadas</b>. Los Celtics no
supieron cómo atacar la zona abierta de los Heat, ajustada a pares, algo así
como una 2-2-1 en ocho metros que mutaba de forma adaptándose a cualquier formación
posible del ataque. Los Celtics no supieron cómo atacarla porque ninguno de sus
jugadores, salvo quizá Horford, era capaz de jugar en los espacios intermedios,
pasar antes de botar, mirar antes de recibir. Los Heat jugaron con la
desaparición del juego en la media distancia y con la ansiedad de unos Celtics
que, en vez de querer ganar un partido y jugar unas finales, pretendieron tentar
a la historia y remontar un 3-0. Nuevamente en vano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La zona 2-3 o
2-1-2 del Madrid, mucho más clásica, no pretende jugar con la ansiedad del
rival, aunque también, sino, en primer lugar, proteger piezas de faltas y
desgaste físico y evitar la exposición de otras que quiere a toda costa alinear
en ataque</b>. A falta de cambios de balonmano, Chus Mateo vio en esta formación
defensiva, a la que fue añadiendo ajustes y en la que suelen brillar, además de
la envergadura de Tavares, la inteligencia táctica y los desplazamientos
sigilosos de jugadores como Rudy o Causeur, una solución a todos los males que
aquejaban a su equipo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>En el caso de la
selección española, la defensa mixta pretendía, además de anular a los mejores
anotadores contrarios, montar, como ellos mismo admitían ante la ausencia de
normas claras o una ejecución limpia de la misma, “jaleo, jaleo”.</b> La mixta,
como también las zonas, pero en mayor medida, consigue que el rival se detenga
a analizar, deje de correr casi como respuesta automática de un cuerpo en
alerta. Y a fe que lo consiguieron, sobre todo con jugadores cansados (no así
con un Doncic fresco en los Juegos Olímpicos, quien poco a poco pudo descifrar
las claves de la misma). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Ante estas trampas
tácticas han caído como moscas equipos entrenados por grandes técnicos. A la
mayoría de estos conjuntos les ha podido la ansiedad, una ansiedad que solía
derivar en un cierto estatismo, en rigidez y dudas que se manifestaban a
posteriori en el acierto en los lanzamientos de triple, solución casi universal, cuando no única</b>.
Desde luego, a todos los equipos los ha conducido a una alteración en el ritmo
de juego, ha invalidado el valor de plantillas largas, ha sacado del partido a especialistas
defensivos sin suficiente amenaza. Ha castigado a equipos de élite como hubiera
hecho con equipos de cantera sin recursos técnico-tácticos suficientes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Eso sí, no
caigamos en el absurdo debate de trasladar esta táctica defensiva, orientada al
éxito en la élite, a la formación. Todo tiene su tiempo y todo parte, también
estas defensas zonales, de ajustes, mutantes o mixtas, de una buena técnica individual
defensiva</b>, de una adecuada comprensión de lo que está pasando, de los movimientos
del rival y de la implementación de una fluida comunicación entre todos los
jugadores. Y esto debe aprenderse, desde la base de una defensa de esfuerzo y
sacrificio (valores que deben primar en las etapas formativas), a través de
defensas individuales que poco a poco vayan añadiendo a la responsabilidad
individual la responsabilidad individual de ayudar al otro hasta crear redes
de cooperación mutua que las hagan invencibles y que, más adelante, podrán
devenir en estas defensas alternativas que conceden títulos solo cuando se
emplean al amparo de un plan estratégico global y en el marco de circunstancias
muy concretas que el buen general sabrá diagnosticar para luego intervenir. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La principal
invitación que nos hace este año de la zona es a no caer en dogmatismos, no
abrazar con la misma fe ciega de los primeros apóstoles la nueva religión de
los datos, las nuevas tendencias: el baloncesto es mucho más rico y complejo que todo eso</b>. El abuso del triple, el olvido de la media
distancia, la supuesta desaparición de los cincos, la presunta pérdida de
relevancia de los bases, han dificultado el ataque a estos sistemas defensivos.
Los sabios generales sabían lo que decían los números, cómo los jóvenes managers
y entrenadores, y los no tan jóvenes, configurarían sus plantillas, sus
sistemas de ataque, y opusieron viejas decisiones estratégicas y viejas
aplicaciones prácticas (la táctica) contra las que estos no se habían
preparado. Y les dieron la bola a sus lugartenientes aventajados, a los 101
años de Brown, Butler y Chacho, amparados por la zona, por Tavares, por
secundarios de lujo. Por la inteligencia de sus entrenadores. </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p><br /><p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-86834475728121320122023-05-21T21:34:00.003+02:002023-05-21T21:34:59.229+02:00Entre el Olimpo y el paro<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzInSGVM-55T-Sw8zFzda0mHv-3F89gZ81lxEE7LkwpmuQGdHzCK2KeIVzVp86bDJXWH2VeXh4WCTI2Eh7It0Lzvli3_6d1Wa2SeWEXXfueZtumH045szkJ3tE6lUEm3QwqSF5Bhv7yJJ__I5zN-sKyufNyL8FKI-4wMgXlEpYG1BkNVG_zvgiko8hEg/s1920/Chus%20Mateo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzInSGVM-55T-Sw8zFzda0mHv-3F89gZ81lxEE7LkwpmuQGdHzCK2KeIVzVp86bDJXWH2VeXh4WCTI2Eh7It0Lzvli3_6d1Wa2SeWEXXfueZtumH045szkJ3tE6lUEm3QwqSF5Bhv7yJJ__I5zN-sKyufNyL8FKI-4wMgXlEpYG1BkNVG_zvgiko8hEg/w640-h360/Chus%20Mateo.jpg" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>A falta de cinco
segundos con el balón de Llull en el aire, Chus Mateo estaba a la misma
distancia del Olimpo y el paro</b>. Un fallo y todo hubieran sido críticas por la
técnica de último cuarto, por mantener la zona mientras el reloj del partido se
consumía, por darle a Llull, inédito hasta entonces, la última bola. Pero salió
cara, y la bola entró. Y las penurias del otoño y del invierno son ahora loas y
alabanzas tras los cinco partidos seguidos que nos han dado, no me oculto, la undécima
Copa de Europa. Y Chus tiene contrato asegurado para el próximo año, ojalá que
para los próximos diez, y es ya leyenda del madridismo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Es posible que Chus
cojee en algunas parcelas que un buen entrenador debe dominar.</b> Que los
estándares de exigencia en el día a día no sean los de Olympiakos y Barcelona,
lo que ha pesado en determinados momentos de la temporada, en los que el equipo
iba corto de fuelle y esfuerzo en defensa y de cohesión y automatismos en
ataque. Puede que le haya costado siete meses dar con la química en el
vestuario, conseguir que calase su mensaje de calma, tranquilidad y fe en la
siembra. P<b>ero Chus domina una parcela que es clave en sus éxitos: la liga ACB
con Pablo Laso de baja y esta Euroliga: la ESTRATEGIA</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Chus es un sabio
general que ya en la final de ACB del año pasado supo maximizar los recursos
ofensivos (martirizando al Barça con el poste bajo de Deck) y sacar de quicio a
los ya de por sí desquiciados jugadores del Barça, especialmente a Calathes. Y
qué decir del giro de guion dado al equipo al término del segundo partido de la
serie con Partizan, cuando tocó hacer inventario y analizar a fondo las fortalezas
y debilidades de su equipo, las amenazas y oportunidades. Y en esto ha sido el
mejor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El Madrid quería
tener en pista en determinados momentos a Chacho, Llull, Rudy y Causseur. En
ellos reside el talento, la sabiduría y la experiencia que hacen falta para ganar
partidos importantes, pero no la capacidad física para poder emplearse en
defensa</b>. Para tapar estas carencias, propias de su edad, necesitaba mantener a Tavares
en cancha, un jugador muy pesado y con gran envergadura, lo que le suele costar
muchas faltas. Pues bien, para mantener a Tavares en pista debía congelar el
ritmo, evitar las rápidas transiciones y minimizar el número de ocasiones en las
que el caboverdiano quedara expuesto a hacer faltas en el fake show, en las recuperaciones
sobre el roll o en situaciones en desventaja en el cierre del rebote defensivo.
Hágase la zona. Ajustada a los movimientos rivales, con closeouts definidos y
riesgos calculados (sobre todo cuando ganas). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Chus ha ganado alineando
a un chico de 19 años en una final de Euroliga. Utilizando a jugadores de brega,
a jugadores de lucha, a veteranos con oficio y a otros con talento</b>. También a
dos chicos. Musa y Hezonja, que han tardado más tiempo de la cuenta en
comprender lo que significa el Real Madrid, pero que finalmente lo han entendido.
Todos, incluido un jugador que veía más cerca la retirada que otra cosa,
Anthony Randolph, han aportado minutos de calidad, trabajo y tiempo de descanso
para los que debían decidir el partido con la frescura necesaria. Chus y todo
su cuerpo técnico han movido el banco con precisión quirúrgica y le han dado la
última bola a Sergio Llull. Como toda la vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Este Real Madrid
ha tirado de veteranos y noveles, de épica, de filosofía estoica, también de
marrullerismo (de esto no presumo) y sobre todo de inteligencia y calma</b>. La
calma que nos desesperaba a los aficionados, mientras veíamos que se nos iba el
título defendiendo en zona. La calma que le ha llevado a pensar a los
aficionados de Olympiakos que no podían perder, pero que en realidad lo que ha
hecho es desmontar su particular estrategia, hacerles olvidar que eran mejores
y que debían haber apostado por un ritmo de posesiones superior para poder
desgastar a aquellos que finalmente los apuñalaron: a Tavares, a Chacho y a
Llull. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero repito, con
el tiro de Llull en el aire Chus Mateo (también con el de Sloukas) estaba a la
misma distancia del paro y del Olimpo. Salió cara. <b>Venció el Real Madrid, ganó
el trabajo silencioso, el entrenador de colegio que asciende paso a paso, sin
saltarse ninguno</b>. Ganó el entrenador que asciende humildemente, que escucha,
aprende y guarda silencio, que apoya y secunda a su primer entrenador hasta el
último aliento, incluido a Pablo Laso, hasta que estaba en su legítimo derecho
de aspirar al puesto que hoy ostenta. <b>Ganó Chus, ganamos todos con él</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-3895268262949232572023-04-24T11:27:00.000+02:002023-04-24T11:27:03.937+02:00Fleischmann vs Leonard<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyMUL8QZ_HgENFDwj9DhlIxpbNt3yeBQoKOLydBEGSDCKwMfYb0GWSYPXzTlOiOKtr19-S2ycQoZqMOsPlWox6XWLjzqA0AiErsZH3vC0R2HqJUoEa7Aj2frz6QWAX2iTVWeE5WhKZGporFdiaj5wdXYSvs6vAKg3SV8wQ19PQ8ZHHeBjqHZlprRDy5g/s300/Leonard%20y%20Fleischmann.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyMUL8QZ_HgENFDwj9DhlIxpbNt3yeBQoKOLydBEGSDCKwMfYb0GWSYPXzTlOiOKtr19-S2ycQoZqMOsPlWox6XWLjzqA0AiErsZH3vC0R2HqJUoEa7Aj2frz6QWAX2iTVWeE5WhKZGporFdiaj5wdXYSvs6vAKg3SV8wQ19PQ8ZHHeBjqHZlprRDy5g/w400-h224/Leonard%20y%20Fleischmann.jpeg" width="400" /></a></div><br /><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En el pueblo inventado
de Cicely, en el que se encuentra ambientada la serie <b><i>Doctor en Alaska</i></b>, conviven
un médico de carrera, el Doctor Fleischmann, procedente de Nueva York, y Leonard
(sin apellido), un chamán salido de una de las tribus indígenas que aún resisten
los envites de la megalomanía propia del hombre blanco. El primero es un gran
conocedor de la disciplina, un concienzudo estudioso de las últimas novedades
en el campo de la medicina, un firme creyente de las reglas de la causalidad y
un descreído, en cambio, de la espiritualidad o la relación entre el ser humano
y la naturaleza. El segundo también estudia, claro, pero dedica muchas más
horas a convivir con los pacientes, en cuyas viviendas se instala para comprender
mejor sus hábitos, acceder a su esencia y conocer sus relaciones antes de
ofrecer un diagnóstico. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Últimamente me
siento un poco Doctor Fleischmann, quizá porque la lista de pacientes se
asemeja más a la suya que a la de Leonard. Y me afecta especialmente leer y
reconocerme en la siguiente cita de <b>Ernesto Sabato</b>: <i>Hoy el hombre no se
siente un pecador, se cree un engranaje, lo que es trágicamente peor. Y esta
profanación puede ser únicamente sanada con la mirada que cada uno dirige a los
demás, no para evaluar los méritos de su realización personal ni analizar
cualquiera de sus actos. Es un abrazo el que nos puede dar el gozo de
pertenecer a una obra grande que a todos nos incluya</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Muchas veces me
veo desde fuera ofreciendo las recetas que nuestro conocimiento del baloncesto
nos invita a emitir. Velando por el equipo, ese poder abstracto que subyuga a
los individuos cuando estos no pueden expresarse, a favor del equipo, esto sí,
pero con cierto margen para la creatividad</b>. Hace unos días un chico talentoso,
inteligente, alto, coordinado, “hecho para jugar al baloncesto” dejó el equipo
junior que entreno por una serie de razones sobre las que simplemente podría
especular, pues, cual Doctor Fleischmann, en todo este tiempo me he dedicado
únicamente a operar como un médico de carrera, un entrenador de pizarra,
subsumido por una agenda que me impidió hacer lo que me hubiera gustado, ser
Leonard, el chamán, y haber anticipado lo que sucedía, aunque fuera para
determinar lo mismo, que quizá lo mejor de todo fuera que dejase el baloncesto.
Que el baloncesto no es la panacea ni la solución de todo y que, tal vez, esté
en lo cierto y lo mejor sea dejarlo, no seamos tan engreídos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>No sé si la responsabilidad
es de Iberdrola, del precio del alquiler o de mi mediocridad (que me impide
acceder a determinadas condiciones), pero acontecimientos como el abandono
repentino (repentino a mis ojos ciegos) de este chico y otras situaciones me
han llevado a replantearme mi posición dentro de este mundo</b>. Aceptar determinado
número de responsabilidades por llegar a fin de mes es deshonrar y faltar, tal
vez no al código hipocrático ni al engranaje, pero sí a la visión más holística
de lo que supone ser un educador y un entrenador. En este caso concreto, sin ir
más lejos, el entrenamiento del junior sucede al del infantil. Termino y
empiezo, como quien curte el cuero, sin esos milagrosos quince minutos previos
en que palpas y sientes el corazón de los chicos. Y al terminar el fiambre soy
yo. Luego no hay posibilidad para el diálogo, para la comunicación. Opero como
el Doctor Fleischmann, normal que Maggie, la señorita O´Connell, piense que soy
un tipo huraño. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Podría resignarme
y decir que son las condiciones, que lo tomas o lo dejas, pero tras haber apostado por hacer buenas mis
vocaciones, entrenar y escribir, aunque ambas sean por las renuncias que
implican, como dice un buen amigo mío, casi un sacerdocio, y tras haber
descartado juntar letras como quien pica carne, creo que <b>ha llegado el momento
de dejar de dar recetas en el consultorio de los banquillos y cambiar mi
aproximación al entrenamiento en baloncesto</b>, reduciendo el número de pacientes,
maximizando el tiempo que paso con ellos, ensanchando los horizontes,
profundizando en las relaciones. Y ya me las apañaré para vivir porque, como decía Julio Iglesias, me estaba olvidando de hacerlo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-7945648874442268202023-04-11T20:06:00.002+02:002023-04-11T20:06:23.622+02:00¿Así que quieres ser entrenador?<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7ToCrUXXjlrNhkI4iR5DSwPANcn02NizgDyDtGC9-XB5FnhgLZzYPFOHMSavhYTRqxerNGGMeKfyifJ9GObeihFULESgWKEzYB-nOfn_q8XOT7OkUKGdg4E094dyV1rToxLttRhjbQLZVMexbjNUfwp_RNerIazROR-xEJdFbWjQLhz7tKLv4RiNFfg/s474/Bukowski.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="355" data-original-width="474" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7ToCrUXXjlrNhkI4iR5DSwPANcn02NizgDyDtGC9-XB5FnhgLZzYPFOHMSavhYTRqxerNGGMeKfyifJ9GObeihFULESgWKEzYB-nOfn_q8XOT7OkUKGdg4E094dyV1rToxLttRhjbQLZVMexbjNUfwp_RNerIazROR-xEJdFbWjQLhz7tKLv4RiNFfg/w400-h300/Bukowski.jpg" width="400" /></a></div><br /><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esta entrada va
dedicada a todos los entrenadores con los que compartí el curso de nivel II de
la Federación Castellano y Leonesa de Baloncesto a lo largo del pasado mes de
forma virtual y este último domingo en persona. <b>Invirtiendo horas en su
formación dignifican el oficio, dan valor al tiempo de sus jugadores y se hacen
acreedores del respeto de su profesión, ojalá también del de sus empleadores y
clientes/padres</b>. Formarse, aunque sea en un campo tan gris y difuso como el de
la táctica en baloncesto, donde muchas ideas distintas pueden funcionar siempre
que caigan en terreno debidamente abonado y sean ejecutadas por jugadores
inteligentes, físicos y técnicos es también una declaración de amor al
baloncesto. <b>Y quien ama el baloncesto, como quien se entrega apasionadamente a
cualquier otra actividad con implicaciones sociales, ama forzosamente también a
las personas, con todas sus imperfecciones</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me hubiera
gustado terminar mi intervención del pasado domingo leyendo un poema ya
legendario de <b>Charles Bukowski</b>, escritor maldito perteneciente a la escuela del
realismo sucio norteamericano, un transgresor no sabemos si por vocación,
elección premeditada o necesidad urgente que en lo descarnado de sus letras
retrató nuestra verdadera cara, la que nos ocultamos incluso a nosotros mismos
para poder seguir viviendo. Pues bien, este poema, titulado <b><i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=7ncD9FTko1k">¿Así que quieres ser escritor?</a></i></b>, es <b>de recomendada lectura para todos aquellos
que, ignorantes de lo que significa juntar unas letras que vayan más allá del
mensaje de buenos días a su pareja o la típica parida del chat de amigos
solteros, piensan que es muy fácil escribir guiados por una idea equivocada, la
que tantas veces guía a los expertos en fútbol o sanidad: no haberlo hecho nunca.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><b> </b></span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Si no te sale ardiendo de dentro, a
pesar de todo, no lo hagas</span></i></b>. Entrenar no es una elección
consciente, una de aquellas que se toman un domingo de verano sopesando pros y
contras. Normalmente uno está delante de un grupo de jugadores antes de haberse
hecho ninguna pregunta. Y una vez allí se desenvuelve con todas sus habilidades
sociales, con su inteligencia lingüística, con su incipiente conocimiento del
juego y, sobre todo, con su genuina pasión para la educación y el liderazgo, no
necesariamente para el baloncesto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Si tienes que esperar a que salga
rugiendo de ti, espera pacientemente. Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra
cosa</span></i></b>. Aquí Bukowski apela a una suerte de facilidad natural, una
suerte de talento, en este caso para la pedagogía, la seducción y también para
la visualización de situaciones dentro de una cancha. También a una motivación
intrínseca, a un furor interno, no inducido por nadie que, en caso de no
existir, no conviene buscar fuera. Antes es mejor dejarlo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio</span></i></b>. En fin, cuesta creer si es un
poema dirigido a escritores noveles o una invitación a jubilarse para
entrenadores desprovistos de alma y pagados de sí mismos. No hay peor escritor
que el aburrido y pretencioso, pero este es un pecado aún más grave en el caso
de los entrenadores de formación, quienes se enfrentan cada día a chavales
estresados, con agendas de diplomático de carrera y cien alternativas de ocio a su alcance. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">A no ser que quedarte quieto pudiera
llevarte a la locura, al suicidio o al asesinato, no lo hagas</span></i></b>.
Un poco tremendista, tal vez, pero muy atinado. Mi amigo Fernando siempre dice
que entrenar es una especie de sacerdocio laico por los votos que implica
contraer. Más vale que esta elección provenga, por lo tanto, de un amor
verdadero, de una pulsión irrefrenable, de un frenesí inicial que luego
convendrá domar, eso sí, en un ejercicio de sobriedad y prudencia, dos valores
fundamentales del buen entrenador. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido, sucederá por sí solo y seguirá sucediendo hasta que
mueras o hasta que muera en ti. No hay otro camino y nunca lo hubo</span></i></b><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">.</span></b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> </span>La carrera de entrenador es una llamada y,
aunque no creo en este carácter casi divino, sí creo que, ante las dificultades
que los profesionales afrontan en su día a día, no es una profesión para todo
el mundo. <b>También creo que uno es entrenador con independencia de que alinee a
Lebron James o a un alevín de primer año en el acta. Cambia el tipo de
baloncesto practicado, no la magia ejercida. Y no debería cambiar tampoco la
pasión. Y si cambia, amigos, ya saben, no lo hagan</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-43616812551183441542023-03-19T10:05:00.003+01:002023-03-19T11:24:04.550+01:00Homo Deus<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8zC6up4IRRXNxg3fUZT9KO_Uqb0a0l-3LSAlw7nzLlxvGi7iF1Str6zs-v0Y1ZCAtqBNqxt5ZAqGyALQZy2tUmISV0khnH-VOH6g4MSTU6XFYDglDyCj992bKksTlCeBYo51UP8a0V0SkKqfa169LyNXgdCIk2IgvJKtdA06UZsesaayhbLVsA4AKEg/s960/match%20point%20woody%20allen.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="960" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8zC6up4IRRXNxg3fUZT9KO_Uqb0a0l-3LSAlw7nzLlxvGi7iF1Str6zs-v0Y1ZCAtqBNqxt5ZAqGyALQZy2tUmISV0khnH-VOH6g4MSTU6XFYDglDyCj992bKksTlCeBYo51UP8a0V0SkKqfa169LyNXgdCIk2IgvJKtdA06UZsesaayhbLVsA4AKEg/w400-h214/match%20point%20woody%20allen.JPG" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Ayer fue una de
esas noches. Bajo el cielo estrellado del otro lado del parabrisas del autobús
de Riojacar que nos trajo de vuelta a Logroño en la madrugada, me vi como
Humphrey Bogart, Rick en Casablanca, reflexionando sobre lo poco que importan
los problemas de dos o tres, o cinco, pequeños seres en este loco mundo</b>. El
autobús avanzaba desde la nada y hacia la nada más absoluta, aunque en el
origen de su viaje hubiera un partido de baloncesto que ponía el punto final a
una larga semana de trabajo que, tras tres intensas prórrogas, culminó con una decisión arbitral que esta vez
no nos favoreció. Con el reloj a cero, los árbitros se vieron forzados a ser dioses y erraron como
seres humanos que son, guiados por las emociones, con el intelecto en suspenso,
de vacaciones, como cada vez que intervienen las emociones más primarias, puede
que esta vez fuera el miedo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El deporte tiene
estas cosas. Somos mercaderes de sentimientos, guías espirituales que intentan
racionalizar todo lo que sucede para que luego el azar (una rueda pinchada, la
cinta de una red de tenis), las decisiones de terceros o la genialidad de
algunos jugadores especialmente talentosos nos expliquen qué fue lo que pasó</b>
(aunque nuevamente juguemos, a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>posteriori,
a racionalizarlo todo, buscando causas y efectos donde solo hubo circunstancia
y acontecimiento). En una batalla como la de ayer, el entrenador a veces tiene
que ponerse de perfil y observar cómo sus huestes se emplean en el campo de
batalla regulando antes las emociones que la táctica, jugando a psicoanalistas
y adivinos. Tanto trabajo para jugar a ser chamanes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Las preguntas se
agolpan. <b>Lo hablaba con un compañero entrenador que ejerce el oficio de un modo
distinto, amateur. Cuando tuvo la oportunidad de dar pasos hacia un futuro como
entrenador profesional su visión cartesiana de la vida le recomendó no estar
sometido a todos estos vaivenes de la fortuna</b>. Quería desenvolverse en un marco
más predecible y a priori seguro. Él es ingeniero y ha montado su propia
empresa. Digamos que prefiere intentar ser dios antes que otros lo hagan por
él, digamos que quiere que los aros sean un poco más grandes y la pelota algo
más pequeña, trabajar a sesenta pulsaciones en vez de a ciento ochenta. Y en
noches como esta, en fin, cómo no voy a entenderlo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Cómo lo hubiera
hecho Raúl? Este es un lema que siempre tenía en mente de adolescente, viendo
al “7” del Madrid actuar en el campo con una actitud siempre modélica, mientras yo me volvía loco desde mi posición privilegiada como portero del equipo de mi colegio.
<b>Seguramente ayer tocaba dar la mano a los árbitros y desearles mejor suerte
para la próxima ocasión, sin rencor alguno, con absoluta naturalidad, asumiendo
que cuando la razón se ciega sus decisiones son tan imprevisibles como las de
la red de Wimbledon</b>. Pero estaba cabreado y les dije que su decisión era
humana, pero cobarde, que lo sucedido me parecía tan evidente que no entendía
cómo no podían haberlo visto. <b>Sentía rabia, pensaba en las horas de trabajo, en
las cinco horas de autobús que nos traerían de vuelta a Logroño para madrugar
de nuevo en domingo lejos de mi pareja y mi familia. Me olvidé de Bogart y de Raúl. Tendré
que ponerme otra vez Casablanca</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-32825683468480522672023-01-11T13:06:00.002+01:002023-01-11T13:08:21.159+01:00Ser o hacer, no he ahí la cuestión<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL32e8PODEpsOeCng6_Qm5QBmQU2oFknBzcMYTIoUhMSDp4PU0aIFbWlboT4v_sZ0fa4gHVn28eUZEZqbn_27wLqHSNVyoP8iKCosjZyK52L7JtPFvBWOnZ77zn5y29pQd_MBXIdqJvzTbNUeYBkzVFnlNRO0eRKgCXK7wfljPGB_MbGCTk6I7u06v0g/s645/chris%20jenkins.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="645" data-original-width="634" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL32e8PODEpsOeCng6_Qm5QBmQU2oFknBzcMYTIoUhMSDp4PU0aIFbWlboT4v_sZ0fa4gHVn28eUZEZqbn_27wLqHSNVyoP8iKCosjZyK52L7JtPFvBWOnZ77zn5y29pQd_MBXIdqJvzTbNUeYBkzVFnlNRO0eRKgCXK7wfljPGB_MbGCTk6I7u06v0g/s320/chris%20jenkins.jpg" width="315" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p style="text-align: right;"><i><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12.32px;">—Yo sé quién soy</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12.32px;"> —respondió don Quijote—, y sé que puedo ser, no solo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12.32px;">, y aun todos los nueve de la Fama</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12.32px;">, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron se aventajarán las mías. </span></i></p><p style="text-align: right;"><i><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12.32px;">(En: </span></i><span style="font-size: 12.32px; text-align: left;"><span style="color: #333333; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap05/default.htm)</i></span></span></p><p style="text-align: right;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Últimamente,
reflexionando sobre la necesidad de afiliarme a una asociación o sindicato de
entrenadores</b> que, efectivamente, defienda los derechos de nuestra profesión (y los míos) <b>he
estado pensando mucho en los fundamentos de la misma</b>, en lo que me une y separa
(o podría llegar a unirme y/o separarme) de los otros entrenadores y en cuál es
la verdadera dimensión de mi pasión por el oficio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Personalmente,
como buen ácrata, individualista y creativo (o eso intento) que exige de sus
jugadores todo lo contrario</b> (espíritu de equipo, cesión de la individualidad y
disciplina en la toma de decisiones), <b>me cuesta formar parte de todos aquellos
clubes que me acepten como miembro</b>. He aquí un Groucho Marx sin su talento y
probablemente también sin gran parte de su cinismo. Creo que la definición
acota y restringe libertades, aunque veo muy oportuno que se estandaricen unas
condiciones mínimas que dignifiquen nuestra profesión, eviten abusos o la
aceptación de los mismos por parte de pobres hombres que hacen un trabajo
honrado por una miserable limosna. Es decir, <b>detecto la necesidad de una
negociación colectiva, de que se sienten las bases de un convenio y comprendo
que la sindicación y la fuerza del número (eso es la democracia, la dictadura
del número) son imperativas para la consecución de estas condiciones mínimas</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora bien, sin
querer ser demasiado crítico, y sin pensar en nadie en concreto, <b>de vez en
cuando observo trabajos indignos, no planificados, que se ejercen con un total
desconocimiento del qué (el juego), el cómo (la metodología de la
enseñanza-aprendizaje) y el a quién (la psicología de los niños y adolescentes,
o de los adultos, vaya)</b>. Es decir, también comprendo que las empresas y sus
clientes debieran dotarse de mecanismos de control para no estar ofreciendo condiciones
dignas a trabajos indignos, lo cual, en ausencia de títulos que de verdad
acrediten un knowhow (que, en fin, tampoco sería una solución), sin más
baremos, muchas veces, que los resultados (peligrosísimo esto) para evaluar
determinados trabajos, sería difícil de determinar. <b>Un niño puede estar
satisfecho si su autoestima se ve reforzada, aunque su progresión objetiva en
el desempeño sea casi nula. Subjetivamente, pagaría de buen gusto una buena
cuota por formar parte de la organización o club en el que milita, pero</b>
¿merecería su entrenador cobrar lo que debe cobrar un entrenador de baloncesto
sin hacer lo que debería hacer un entrenador de baloncesto, si alguien se
atreve algún día a definir qué debe ser esto? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hasta aquí las
dificultades objetivas para definir el objeto de nuestra profesión y, por lo
tanto, también la concreción de sus objetivos y contenidos, luego también para
su evaluación</b>. Quizá suceda en más profesiones, pero a mí me parece más
evidente determinar cuál es la misión de un fontanero, un médico o un
electricista. Pero, en fin, ahora vienen las dificultades subjetivas pues,
aunque ninguna afiliación es irreversible, <b>integrarse en una asociación es
también asumir que eres lo que tal vez no eres por un proceso metonímico que me
parece peligroso</b>. Hay una identificación entre el hacer y el ser que limita al
segundo, por amplio que pueda llegar a ser el concepto “entrenar baloncesto”,
“liderar grupos”, “definir la estrategia de un equipo”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg44DvDm5onw_aY2VbsBYo4RTlEuWjv0Lv-RchOqpN0-NyOQTygVIbs6UT9-7ZqsI740FowcKrVLrkG037H7pRl2IynT73qkgYEm_vDQ2IroFs0CCylc2xdL8LF7AmczyV7cqLnyFtQiUNtNnhkKGm_ZRC4CWEMcok0ceeUI-DV3vEfnf3TH5YucN_wPA/s1920/el-gran-lebowski-bolera-1520464058.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1920" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg44DvDm5onw_aY2VbsBYo4RTlEuWjv0Lv-RchOqpN0-NyOQTygVIbs6UT9-7ZqsI740FowcKrVLrkG037H7pRl2IynT73qkgYEm_vDQ2IroFs0CCylc2xdL8LF7AmczyV7cqLnyFtQiUNtNnhkKGm_ZRC4CWEMcok0ceeUI-DV3vEfnf3TH5YucN_wPA/s320/el-gran-lebowski-bolera-1520464058.png" width="320" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, como
sugería anteriormente, tampoco me siento identificado con lo que muchos
entrenadores hacen. Siguiendo el silogismo de la identificación entre el hacer
y el ser, cada entrenador construye en cierta manera el baloncesto con sus
propias prácticas, deja un poco de sí en lo que podemos llamar la cultura del
baloncesto. <b>¿Siendo entrenador asumo por completo su tradición? Hay libertad de
cátedra, lo sé, pero también hay una serie de asunciones que han llegado para
quedarse por la vía de la costumbre y por el prestigio y la presunción de
verdad que se le concede a determinadas figuras, casi siempre a la estela de
sus triunfos</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Si soy
entrenador debo protestar a los árbitros, presionarles para que me piten mejor
apelando a su naturaleza humana, inestable, dubitativa? ¿Si soy entrenador debo
exprimir las capacidades, esconder las deficiencias de los jugadores desde
edades tempranas? Probablemente esto se escape a la pertenencia a una
asociación, lo determinan el juego y las modas y, afiliados o no, pequemos de
querer pertenecer a la masa, de falta de independencia y libertad de espíritu.
En fin, nada me gustaría menos. <b>No creo en el carácter positivo de la
distinción por la distinción, pero sí en el efecto beneficioso de observar a la
masa desde fuera, con cierta perspectiva</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, siempre
me ha costado saber lo que soy. Como buen sanchista (de Sancho, el personaje de
la literatura universal que sobrevivirá al paso del tiempo) no me interesan los
anhelos quijotescos, la fama o la gloria. Me gusta la indefinición, la
aceptación de nuestra transitoriedad, el trabajo bien hecho que aclara
conciencias sin alimentar anales, tertulias o enciclopedias. Creo que lo una
vez hecho no volverá a servir, pues serán otras las circunstancias, otros los
jugadores, aunque respondan al mismo nombre y apellido, de ahí que pueda darles
al cura y al barbero, sin pena ninguna, mis cuadernos de entrenador, registros
de lo que ya fue y nunca más será, para que los quemen junto a los libros
de caballería.<b> No creo en más hazaña que en la del próximo entrenamiento,
aunque para él hayan hecho falta miles de horas de reflexión y aprendizaje
previo</b>. ¿Seguiré gozando de esta libertad o deberé parecerme cada vez más al resto?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Es decir, por
aclararme yo. <b>No sé qué están llamados a hacer los entrenadores de baloncesto,
cuál es el objeto de su oficio. No sé si solo por ejercer lo son. No sé si yo
ejerzo como tal y si, ejerciendo como tal, automáticamente lo soy</b>. Y aun así
creo que me afiliaré a un sindicato que defienda los derechos, no ya del
entrenador de baloncesto, sino de la persona que llega a casa tras un viaje
interminable y cruza la mirada con sus padres, su pareja o sus hijos. El trato
digno, las condiciones mínimas no dependen de lo escrito hasta ahora, la distinción entre el ser y el hacer o la definición de entrenador, sino de
la condición humana. E incluso los que son o ejercen como entrenadores las
merecen. Incluso algunos que ahora sí tengo en mente, siempre que planifiquen, estudien el juego, los mecanismos de la enseñanza-aprendizaje, la sociología, la psicología, lean y discutan sobre filosofía, sean verdaderos líderes, también éticos, de las nuevas generaciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-51762416879974500302022-12-12T12:23:00.003+01:002022-12-12T14:17:46.484+01:00Tópicos que matan<p><br /></p><p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid2mQ-bwMArzBtGPENSB8o71yb6uXwvPx8ju0bhkXk1XcuItwXS6g_LhnhdEwCwrs7obMaVUD2ZhH6Ti3180jDw6Ho3OImjaHOFpOtphg3yw57AKHyCESJjAjaHQupB-1wTTkNROTiMdhpeKTSGw5l0k9BJCFQOPPMKR6lqTXX1H3nXGX2LaTlGsm9Lg/s1800/romeo-juliet-1548762756.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1302" data-original-width="1800" height="289" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid2mQ-bwMArzBtGPENSB8o71yb6uXwvPx8ju0bhkXk1XcuItwXS6g_LhnhdEwCwrs7obMaVUD2ZhH6Ti3180jDw6Ho3OImjaHOFpOtphg3yw57AKHyCESJjAjaHQupB-1wTTkNROTiMdhpeKTSGw5l0k9BJCFQOPPMKR6lqTXX1H3nXGX2LaTlGsm9Lg/w400-h289/romeo-juliet-1548762756.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Tengo la impresión de estar cerca de
muchos jugadores que quieren ser lo que no son alimentados por toda una serie
de fabulaciones y fantasías fabricadas por la propaganda posibilista</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span>que tan bien da de comer a
aquellos que orbitan en la periferia del sistema, tratando de reintegrar en él,
ya sea por la vía judicial o la de los medicamentos, a los individuos en la
rueda. El ser humano, para volar, necesitó, es cierto, del elemento imaginativo
de los primeros soñadores, pero también de los cálculos ingenieriles de tipos
con los pies bien asidos a la tierra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En el baloncesto
ocurre lo mismo. Y <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">todo
empieza por experimentos como los de la Minicopa, competiciones absurdamente
adelantadas en el tiempo y con un seguimiento mediático impropio de lo que hay
en juego y del material que se tiene entre manos</span></b>. Normal que algunos
niños se tiren por un precipicio, literal o figuradamente, confiando en las
alas que han pintado para ellos adultos mal informados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Nada me gustaría
menos que haber visto las mejores películas de la historia del cine con mi
edad. Me gusta mucho más la idea de poder verlas algún día, de saber que aún
quedan joyas por admirar. Pues bien, <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">a muchos de estos chicos se les ofrecen estaciones de destino
con 12 y 13 años, fiestas de cumpleaños en palacios que aún no merecieron pisar</span></b>.
Y es normal que muchos de ellos quieran ser estrellas del baloncesto, no se
juega una minicopa para ser, pocos años después, el chico de las toallas en
ACB, o un buen jugador de banquillo en LEB Oro, o un especialista defensivo que
puede tirar abierto en LEB Plata. O un buen jugador de liga EBA, vaya
mierda.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De ahí, entre otras cosas (el
sistema de oportunidades tampoco funciona), que el porcentaje de transformación
de los infantes en buenos jugadores de baloncesto sea tan pobre. Pero también
por toda una serie de tópicos que enuncio a continuación y sobre los que, si
queréis, podemos debatir abiertamente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"> </span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Es mejor ser un “1” que un “2”, un “3” que un “4”, un “4” que un “5”. </span></b>Agentes,
jugadores mal informados, aficionados de barra de bar, alimentan este tópico
que no puede ser más falso. Ojalá, con mi escasa estatura, pudiera defender a
5´s y poder actuar como tal para poder sacar partido a mi mayor dinamismo, a mi
visión de juego, a mi tiro exterior. Ojalá poder ser un “3” que defiende a
todos los jugadores en pista y puede atacar a jugadores más lentos, o más
pequeños, o menos ágiles. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Ojalá
ser Anteto y actuar como pívot para sacar todo mi potencial en las
continuaciones al aro</span></b>. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">O ser Draymond Green y poder pasar con la distancia que me ofrecen pares
más lentos quienes me conceden tiempo y espacio para leer el juego</span></b>.
Ojalá ser jugador de baloncesto y poder defender a cualquiera en la mitad
trasera y tener ventajas de todo tipo en la ofensiva. Déjense de desprestigiar viejas
posiciones de baloncesto en base a argumentos carpetovetónicos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6gMr4AFgEuO0GoEQ8i6fr5OXisxMZ4dE9l3K_AvdlrjhNWIKTgDQRhMNe_ICbkDp9O6VqQA9t09ghEHMj1KoT-MapYG1fzX2RQh8mWdlcUfGsKic0w48UGitWdFECT-mPvC-DNfpDXEc3fcWDdbGa3Lt_YfjmlSKCupOR0rpJmHnMJTFxUWnbM7b08w/s400/Luis%20Scola.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="375" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6gMr4AFgEuO0GoEQ8i6fr5OXisxMZ4dE9l3K_AvdlrjhNWIKTgDQRhMNe_ICbkDp9O6VqQA9t09ghEHMj1KoT-MapYG1fzX2RQh8mWdlcUfGsKic0w48UGitWdFECT-mPvC-DNfpDXEc3fcWDdbGa3Lt_YfjmlSKCupOR0rpJmHnMJTFxUWnbM7b08w/s320/Luis%20Scola.jpg" width="300" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><i><div style="text-align: center;"><i>*¿Qué hubiera sido de Scola si alguien le hubiera dicho que era mejor ser un 3 que un 4, un 4 abierto que un 4 más interior o un 5 pequeño y dinámico?</i></div></i></span><p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Hay que dar libertad para crecer</span></b>. En fin, quizá el símil sea
hiperbólico y reduzca la cuestión al absurdo, pero no creo en la posesión libre
de armas de fuego. Creo que hay que hacerse con una licencia, demostrar
sobradamente una capacidad intelectual y unas características psíquicas y
psicológicas que garanticen su buen uso. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Creo que hay que ganarse la libertad, porque el reverso de la
libertad es la responsabilidad</span></b>. Y no es responsable tirar si en los
entrenamientos no se ejecuta ese tiro con porcentaje. Menos aún si no se
entrena repetidas veces. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Ni
el equipo ni el baloncesto deberían permitir conductas tan irresponsables y
egocéntricas. Crecer se crece entrenando</span></b>. Otra cosa es que haya que
crear una atmósfera propicia para el error que conduce al acierto, pero siempre
después del esfuerzo, la concentración y la responsabilidad. Lo otro, señores,
es jauja. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Es mejor jugador el que puede hacer de todo.</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span>En un mundo ideal tal vez,
pero no en el baloncesto que veo por la tele, con creadores, facilitadores,
ejecutores y currantes. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Algunos
jugarán un papel y otros otro, igual que no todos pueden ser Romeo en la obra
de Shakespeare</span></b>. Pero todos quieren ser Romeo, aunque Romeo deba
morir. Incluso el jugador nada agraciado con la elasticidad necesaria para
levantarse sobre bote o para esquivar ayudas. Incluso los jugadores sin esa
gracilidad en la muñeca para vender una idea y hacer otra sobre bote. <b>Conócete
a ti mismo… Y acepta el</b> <b>veredicto</b> puede ser el mejor consejo posible
para que un jugador pueda llegar a ser la mejor versión posible de sí mismo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKc21_BWlVfDiNEs00DRZQhe_-AMknXru8WfV8JD7lMXRBXgy5106ySqav8cY-H-rB-86JU5mDQgJZMbR4lQXxaFrfijkXFoSk0I00bmlGgAy1rqIrGefyfiwjoecVVaeqYrA8kZ5n_6Ad_s8CbdJhovAzdH5ztfvdSRjhtoYIgahzzROpHatKtZ1y0A/s600/reggie-miller.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="400" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKc21_BWlVfDiNEs00DRZQhe_-AMknXru8WfV8JD7lMXRBXgy5106ySqav8cY-H-rB-86JU5mDQgJZMbR4lQXxaFrfijkXFoSk0I00bmlGgAy1rqIrGefyfiwjoecVVaeqYrA8kZ5n_6Ad_s8CbdJhovAzdH5ztfvdSRjhtoYIgahzzROpHatKtZ1y0A/s320/reggie-miller.jpg" width="213" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><i><div style="text-align: center;"><i>*Jugadores como Reggie Miller supieron entender qué podían hacer y qué no y se convirtieron en el mejor jugador que podían ser, sin aspirar a ser Jordan. </i></div></i></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">En fin, solo tres tópicos contra los
que luchamos los entrenadores, creo que en todos los niveles, a veces aceptándolos
sin más</span></b>. Tres tópicos alimentados por el sistema neocapitalista e
individualista y por algunos padres que, queriendo lo mejor para sus hijos, los
sumergen en un pozo de frustración tratando que sean lo que nunca podrán llegar
a ser privilegiando, además, sus derechos por encima de sus obligaciones,
cuestionando al apuntador, a Shakespeare si hace falta, por no hacer una obra
con tantos romeos como actores. <b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">En fin, no habrá igualdad hasta que no seamos todos hijos de Brad Pitt y
Angelina Jolie</span></b>. O del Fary y quien se les ocurra, no voy a exponer a
este blog, con más de diez años de historia, a un posible cierre por
incorrección política. Y en fin, también voy a seguir diciéndoles a todos los
jugadores que son buenísimos, tampoco quiero dejar de entrenar, al menos por
ahora. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-74974136826486161282022-12-08T11:04:00.001+01:002022-12-08T11:04:20.551+01:00Boston Celtics: el paradigma<p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaOsi4bkM30w9F__yWcH9cnnpfQKVcAof0RLfpG8w41hdcw3I_5cqhP9OwH3KpIMJc2OFzbtGfHfNiemfqpe0eX5UkMIqXDYV_jtQ0Oxzd0NEPzqUqbU8n25R64lVGYKAXq85kPNmqiKygnrlbygZTXsv8b09l5HeXEh1KaBLnsp7tOa8klLV_82_taQ/s1200/Celtics1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaOsi4bkM30w9F__yWcH9cnnpfQKVcAof0RLfpG8w41hdcw3I_5cqhP9OwH3KpIMJc2OFzbtGfHfNiemfqpe0eX5UkMIqXDYV_jtQ0Oxzd0NEPzqUqbU8n25R64lVGYKAXq85kPNmqiKygnrlbygZTXsv8b09l5HeXEh1KaBLnsp7tOa8klLV_82_taQ/w400-h266/Celtics1.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Empecé
siguiendo a los Celtics cuando el baloncesto era muy distinto, en aquellos
remotos inicios de siglo XXI en los que aún había bases y pívots, un grado de
especialización muy alta, roles muy bien definidos</b>. Cuando se jugaba con dos
o tres marchas menos, a un baloncesto más posicional en el que brillaban las ágiles
caderas de <b>Allen Iverson</b>, los hombros bailongos <b>de Kevin Garnett</b> o
los infinitos amagos de <b>Kobe Bryant o Paul Pierce</b>. Empecé a seguir a los
Celtics cuando <b>Shaquille O´Neal</b> era el jugador más dominante de la liga
y lo sigo haciendo ahora cuando tengo infinitas dudas sobre el valor que tendría
una figura tan portentosa como la de Shaq en un baloncesto como el actual en el
que, honestamente, creo que no podría jugar por la velocidad a la que se
practica y la múltiple amenaza de tiro de todos los jugadores en cancha, lo que
evita que puedas resguardar a una sola pieza en la pintura sin que le saquen continuamente
los colores. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Andrés
Montes, la añorada voz de aquellas noches de NBA, llamaba “Siglo XXI” a Tim
Duncan, valorando su versatilidad como un activo nunca visto antes</b> (aunque
para mí rompieron muchos más moldes en su época Bill Russell por su omnipresencia
defensiva y Magic Johnson por su capacidad para crear juego desde sus más de 2
metros). Y, sin embargo, <b>jugadores como Duncan, Garnett o Nowitzki, a pesar
de sus enormes fundamentos, son ya casi piezas de museo arqueológico</b>, pues estamos
viendo cómo jugadores de su estatura actúan ahora como aleros, se crean tiros
desde cualquier posición de la cancha y se mueven como humanos de 1,80. <b>La
revolución ha venido desde el campo de la preparación física, también desde la
selección de los mejores biotipos a edades cada vez más tempranas y no deja de
ser una apuesta de los reclutadores de talento</b>, tanto en el baloncesto
europeo, como en el universitario, como finalmente en la NBA. <b>El baloncesto es
lo que es porque Giannis, Durant, Lebron o Tatum fueron formados, con la
paciencia suficiente, en todas las artes del baloncesto, no únicamente en la
que su mayor tamaño parecía indicar a priori</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hoy en día, a
fecha de 8 de diciembre de 2022, los Boston Celtics presentan el mejor récord
de la NBA</b> a pesar de no haber podido contar con su mejor jugador defensivo,
Rob Williams, y con la aportación que hubiera podido ofrecer Danilo Gallinari.
Lo están haciendo con una apuesta que, bajo mi punto de vista, representa,
junto a la de otros equipos, el paradigma del baloncesto moderno, además de un
caso extraordinario de atmósfera de equipo volcado en la consecución de los
objetivos, con un alto grado de tolerancia al error de los compañeros y una
clara vocación de servir a los jugadores estrella, empezando, tal vez, por un entrenador
interino, Joe Mazzulla, que interviene de manera calmada, con indicaciones a
buen seguro muy valiosas, en el quehacer del equipo, lo que revela una primera
diferencia con <b>el modelo europeo, de cine de autor y baloncesto de
entrenador</b>. <b>En USA siguen mandando los estudios, en este caso las
franquicias, cuyos objetivos están muy por encima de los de un solo mortal, se
llame Obradovic o Jasikevicius</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En cualquier
caso, las mayores diferencias entre épocas las marca la apuesta por una
conformación de plantilla bastante novedosa. <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Brad Stevens entiende que la dirección de juego debe ser una
tarea compartida</span></b>, entre otras cosas porque una decidida apuesta por
la transición ofensiva reduce el peso del juego posicional. Así pues, <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">su base no es un base al uso</span></b>,
con mando en plaza, que asuma gran parte de los bloqueos directos y todo se
genere a partir de ahí, sino que <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Marcus Smart es, ante todo, un excelso defensor capaz de asfixiar al
portador del balón y cambiar sin graves consecuencias en los bloqueos directos</span></b>.
Es decir, si habláramos de perfiles, la apuesta sería por <b>el base más físico y
completo disponible, con amenaza exterior suficiente (esto se lo pide al 90% de
su plantilla) y carácter ganador que tome buenas decisiones sin un alto uso de
balón</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La mayor parte
del salario de los Celtics está invertida en sus aleros. <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sus estrellas son dos jugadores
diferentes, pero a priori intercambiables, en el sentido de que ambos pueden
defender a cualquier jugador rival y anotar ante cualquier oponente, siendo sus
recursos casi inagotables</span></b>. Ambos miden más de 2 metros, son buenos
defensores de 1x1 y capaces de admitir cambios, son imparables en transición
(rebotean mucho en defensa), meten triples con consistencia, van a la línea de
tiros libres con mucha facilidad y son capaces de generar tiros para sus
compañeros. Perdónenme si piensan que blasfemo, <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">pero la dupla Tatum-Brown, más aún teniendo en cuenta que
tienen 24 y 25 años, es la mejor dupla exterior desde la famosa Jordan-Pippen</span></b>.
E igualmente se puede observar una cierta rivalidad interna, y que no todo
fluye como debería, pero todo parece ser un mal menor. Por lo tanto<b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">, si habláramos de perfiles, en las
posiciones exteriores se buscaría el talento más completo y grande posible</span></b>.
Si un jugador de 2,03 hace lo mismo que uno de 1,95, en fin, la respuesta viene
dada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHIgYXpEqayzQ1u4a80YID_3Uk93iQfa1owfu-CLE1O3Y0m0k0hEYqY_JOIVF0U-m6acfOiXBP7OCan9J-85KwOaqaPGEfHMKPp_iYAqb2Wpby4-XIiXYrCFoRdpYvElLDSomlWyfCppeIWxMsJj1C4l7Lnv1OU4J7JjvA10W7bw_lYwQI7leFfUWEpA/s1200/Celtics2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHIgYXpEqayzQ1u4a80YID_3Uk93iQfa1owfu-CLE1O3Y0m0k0hEYqY_JOIVF0U-m6acfOiXBP7OCan9J-85KwOaqaPGEfHMKPp_iYAqb2Wpby4-XIiXYrCFoRdpYvElLDSomlWyfCppeIWxMsJj1C4l7Lnv1OU4J7JjvA10W7bw_lYwQI7leFfUWEpA/w400-h225/Celtics2.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Avanzamos con el “4”, una extensión de los
aleros, un jugador igualmente versátil, fuerte, que ayude en el rebote. Si ya has
reunido tanto talento exterior en el 2-3 no es necesario que este también
brille en el apartado ofensivo, pero <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">su amenaza debe ser total y suficiente</span></b>. Es decir, <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">debe conocer el juego y ser capaz de
tirar o poner el balón en el suelo en función de las necesidades</span></b>.
Debe ser, a cambio, <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">un feroz
defensor y competidor</span></b>. Es el caso de Grant Williams o el de un Al Horford
rejuvenecido que volverá a ocupar esta posición cuando Rob Williams vuelva de
su lesión. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En el cinco
caben dos perfiles. El de un <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">undersized
rocoso que mate por cada </span></b><b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 150%;">balón </span></b><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">y abra el campo</span></b> o el de un <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">físico imponente que, si no tiene amenaza de tres, es capaz de
jugar por encima del aro en ambas mitades del parqué</span></b>. En defensa,
eso sí, debe poder hacer múltiples esfuerzos, o lo que llamo el DIR: <b>Disuadir,
Intimidar, Rebotear</b>. Y si además es móvil, es capaz de puntear tiros tras
cambios defensivos aprovechando parte de lo anterior, en fin, es una auténtica
joya que el equipo debe saber utilizar incrementando la agresividad en primera
línea, contestando duro cualquier intento de lanzamiento exterior a sabiendas
de que atrás habita, y utilizo una expresión acuñada por mi amigo Fernando
García, <b>el famoso león de la sabana</b>, cuya mejor expresión humana es, sin duda,
<b>Rob Williams</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La apuesta para
el banquillo ha sido la de jugadores con un alto basketball IQ, buenos
defensores de perímetro (sin el tamaño de los titulares, claro, no hay dinero
para todo) y con una amenaza potencial y real de lanzamiento exterior absoluta</b>.
La segunda unidad viene a ser, por tanto, una réplica de la primera renunciando
en algunos casos a la estatura, en otros casos al talento para la generación de jugadas, pero en casi ningún
caso a la capacidad defensiva, a la amenaza de tiro exterior y a la inteligencia
baloncestística. <b>Los Celtics llegaron agotados a la serie final ante los
Warriors la pasada campaña y han entendido el valor que tiene el banquillo a la
hora de mantener vivos parciales, ganar la batalla ante la segunda unidad rival
y complementar a la perfección a los jugadores fundamentales</b>. Malcolm
Brogdon, Derrick White, Blake Griffin, Luke Kormet, Sam Hauser, Payton Pritchard
y Danilo Gallinari están en Boston para ganar un anillo y conforman un supporting
cast extraordinario para completar la misión. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, como sostengo
desde el inicio del artículo, <b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">creo que los Boston Celtics representan un extraordinario caso de estudio
para los directores deportivos de la NBA y el resto de ligas profesionales</span></b>.
Obviamente, aunque cada cual en su escala, su modelo revela la existencia de
una visión, una misión y una estrategia definitivamente enfocada a la victoria,
amparada, a buen seguro, en la estadística avanzada y construida a partir de
una inteligencia superior como la de Brad Stevens, no solo como un reflejo del pasado,
sino también como un anticipo de lo que será el baloncesto en un futuro a corto
plazo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-37006939372777443802022-11-17T12:54:00.002+01:002022-11-17T12:54:29.855+01:00Cómo formar beduinos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuVZA8mNIiv9jtaE3eII6WQ6ot0E02rnRcdRDSw83sUPSWnjR8u0IK9tjLB1A_P5sxZzp6Z4MuyZ-0eEvaVlr67xDvZ-XLBflf21dct3NstVEkdfnbfgUlN5QSDF_ZJTSllt5ro4imUgvC-39C4jSxKN8IYEpUI__EwyR0m4pac5AUjR3HLQzImqKZA/s1100/San%20Antonio%20Spurs%20wcf1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="733" data-original-width="1100" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDuVZA8mNIiv9jtaE3eII6WQ6ot0E02rnRcdRDSw83sUPSWnjR8u0IK9tjLB1A_P5sxZzp6Z4MuyZ-0eEvaVlr67xDvZ-XLBflf21dct3NstVEkdfnbfgUlN5QSDF_ZJTSllt5ro4imUgvC-39C4jSxKN8IYEpUI__EwyR0m4pac5AUjR3HLQzImqKZA/w400-h266/San%20Antonio%20Spurs%20wcf1.jpg" width="400" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b><i>Me acuerdo de
algo que había dicho Bruno</i>, nos dice Ernesto Sabato en su obra La
resistencia: <i>siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y
seguramente solo, pues hay en él algo trágico, quizá hasta de sagrado, y a la
vez de horrendo y vergonzoso</i></b>. Por su parte, Saint Exupéry, en el relato
sobre dos “naúfragos” en el desierto, relata las palabras de uno de ellos tras
haber sido salvados por un beduino después de tres días vagando tras haber
aterrizado de emergencia su avioneta. <i>Todos mis amigos, todos mis enemigos
en ti marchan hacia mí, y no tengo ya un solo enemigo en el mundo</i>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">En fin, <b>el
baloncesto como escenario en el que se representan actos aislados de la gran
comedia humana no es ajeno a la tendencia general de fragmentación de la
comunidad y del sentimiento colectivo</b>. Con independencia de la categoría, cada
jugador es un proyecto de presidente de gobierno o astronauta, o de Michael
Jordan o Kevin Durant. O de mejor hijo del mundo. O de mejor escolta o alero de
su categoría o de futuro jugador del primer equipo del club (en el que, según
él y sus padres, merecía estar desde alevín). Una marca en sí misma, así de
horrenda es la dialéctica neocapitalista que hemos ido asumiendo desde la
ignorancia y, peor aún, desde la pereza. También abrumados con nuestra pequeñez
ante el tsunami de mensajes e informaciones de tipos tan brillantes como
desalmados y desprovistos de toda ética que se arrogaron de un púlpito del que
tardamos en echarlos a pedradas. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Los anunciantes,
los asesores de los políticos, los mismos políticos, conocen la cartografía de
sus mensajes, su origen cínico e hipócrita, su lógica sofista, pero se sienten
bien porque creen que hay un bien mayor detrás de los mismos: su sueldo, su puesto o su
gloria. Así, poco a poco, entre su falta de escrúpulos y nuestra pereza
intelectual, nuestra carencia de lecturas y nuestro exceso de televisión,
nuestro miedo y nuestra vagancia, la sociedad se ha ido transformando en un
supermercado donde cotizan a la baja la empatía y el cuidado y en el que todos
estamos en venta. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b>El trabajo
absorbe nuestras energías y consume nuestros espíritus como nunca lo había
hecho, no porque trabajemos más que en el siglo XIX, sino porque lo hacemos
todo el tiempo, desde cualquier lugar</b>. La sociedad, y no me parece mal, ha
perdido a las grandes maestras y enfermeras, las madres, y las ha suplido con
criados y canguros, sin ningún afecto natural (sí profesional, claro, no lo
dudo. Los educan, pero no son sus hijos) por las criaturas que cuidan, quienes,
en el futuro, no lo duden, transmitirán también esta indiferencia recubierta de profesionalidad, que es a lo máximo a lo que aspiramos en medio de este monocultivo del trabajo, en esta lógica de la supervivencia económica y emocional. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b>Hemos cambiado
los rezos, las lecturas colectivas en torno al fuego, por un sinfín de
experiencias, tantas como esqueletos, narradas en primera persona a través de
las redes sociales</b>. De hecho, ya no importa la lectura, importa nuestra
experiencia como lectores, lo que el relato o libro nos generó. Se muere un
genio y colgamos la foto que nos hicimos con él en un aparente homenaje a su
figura que en realidad lo es a la nuestra, por lo demás insignificante. Hay una guerra y lo que cuenta es nuestra
reivindación como pacifistas, como antirrusos o poseedores del carné de europeo
o humanista. Qué exceso de yo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b>Lo observo, y
eso que estoy contento con los grupos humanos que entreno y dirijo este año,
cada día</b>. Escucho juicios sobre otros de los que pretenden hacerme partícipe
mientras yo callo y lloro por dentro: siempre empiezan por sus defectos, pocos
se detienen en alabar los talentos de sus compañeros. <b>Mis propias correcciones
son asumidas por los otros como un señalamiento del interpelado, no como una lección
general, un consejo dado con la intención de mejorar de la que todos pueden
extraer una ayuda para su juego, que es el de todos</b>. Quizá yo mismo esté
cayendo en esto que critico con la redacción de este párrafo, con la diferencia
de que en mi caso procuro reflejar compasión y piedad, no celo o envidia. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><b>La cuestión es
cómo crear equipos, palabra tan grandilocuente como vacía de significado en sí
misma en este contexto en el que cada individuo es una trinchera</b>. Si el
baloncesto, un deporte de cooperación-oposición no lo logra por sí mismo, con
sus magníficas reglas concebidas para alentar este espíritu de colaboración, si
la elección de deporte de los chicos y sus familias no facilita este hecho
(suponer que la apuesta por un juego de equipo lo es también de sus
presupuestos y principios es mucho suponer, ya lo hablábamos en el pasado: el
germen es otro), <b>¿qué podemos hacer como entrenadores? </b><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"></p><ul><li><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Elevar los niveles de sacrificio colectivo</span></b>: en la agonía el
ser humano se muestra más humilde; <i>si sigo vivo</i>, decía hace poco Carlos
Boyero en una entrevista, <i>es porque he pedido ayuda</i>. Cuanto más duro el
entrenamiento, más colaboración se van a prestar entre sí los miembros del
equipo. <b>Sufrir unidos en la persecución de un objetivo lleno de sentido es
terapéutico y refuerza el nosotros</b>. </li><li><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Dar importancia al fundamento del pase</span></b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> </span>como elemento clave del respeto que se prestan
unos a otros. Limitar el número de botes, dar por perdido cualquier pase que
llega desviado, invita a dar importancia al juego sin balón y a la precisión
con la que se comparte el móvil, objeto en el que reside la energía del equipo,
energía, por cierto, que se pierde con cada bote de más, con cada tiro contra
dos defensores, con cada compañero solo obviado por un arrogante poseedor que
piensa que es mucho más capaz que este para resolver con éxito una acción. </li><li><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Diseñar tareas y dinámicas que solo puedan resolverse favorablemente con
la participación de todos</span></b>. Retos para todo el equipo, retos
deliberadamente alcanzables que generen una autoestima grupal. </li><li><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">4.<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Rituales que sustituyan a los rezos comunitarios</span></b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> </span>(corros, cánticos, recibir en
pie a los compañeros sustituidos), que recuerden a la íntima relación entre una
unidad de infantería o una hermandad, pero sin esa carga simbólica o religiosa.
<b>Lo dice alguien que no cree en Dios ni en sus sustitutos (ídolos,
instituciones…), pero sí en los indudables beneficios de caminar de la mano</b>. </li><li><span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-list: Ignore;">5.<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";">
</span></span></span><!--[endif]--><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Un mensaje coherente y un millón de veces repetido que ponga en valor lo
necesitados que estamos del otro</span></b>, lo necesarios que somos también
para él. Establecer vínculos, crear una red de cuidado mutuo. Desdramatizar el
error, celebrar los progresos de unos y otros, corregir con una visión
universalista en grupo y de manera más personalizada en privado para evitar el
efecto imitación de una corrección airada, la sensación de que todos puedan
sentirse jueces severos del comportamiento del otro. </li></ul><!--[if !supportLists]--><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="line-height: 150%; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">También crear relatos como el de Saint Exupéry que hagan ver a los chicos
que cualquier día su avión puede tener que aterrizar de urgencia en el desierto
y que, a punto de fallecer por la ausencia de agua y alimento, ellos, que se
creían tan autosuficientes, pueden llegar a necesitar de ese beduino que no
juzgó su apariencia ni su color de piel, que simplemente los atendió y los
llevó hasta el oasis más cercano.<b> Para que sean conscientes de nuestra
debilidad y, sobre todo, para que deseen ser ese beduino. Todos los días. No a
la espera de ninguna recompensa o zanahoria colgante. El premio es ser el
beduino</b>. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS<o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-83421996915687310842022-11-03T11:17:00.000+01:002022-11-03T11:17:01.751+01:00Baloncesto preinfantil. La resistencia. <p><span style="font-family: verdana;"><i><br /></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i></i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYi1fZcdokamJN_pZ3dmiG2paw_cBKzzQi5MacdA3udmYFN1PxyrK7ZKnIxCEua9AMNZ7JKQvZyEmjRbXkYJ71f_EhFN8oIqGP-g76LWO6RKI9zCEShKmDEOczJr90t_x9E_bof7UeCYzczE-Xo75JC25cSS_eYJU5weEXkcfISDDLGDtpoTgnN2ijrA/s1600/foto%20para%20blog.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYi1fZcdokamJN_pZ3dmiG2paw_cBKzzQi5MacdA3udmYFN1PxyrK7ZKnIxCEua9AMNZ7JKQvZyEmjRbXkYJ71f_EhFN8oIqGP-g76LWO6RKI9zCEShKmDEOczJr90t_x9E_bof7UeCYzczE-Xo75JC25cSS_eYJU5weEXkcfISDDLGDtpoTgnN2ijrA/s320/foto%20para%20blog.JPG" width="320" /></a></i></span></div><span style="font-family: verdana;"><i><br /> </i></span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><i><span style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><b>En el deporte no existe el principio democrático, no hay una igualdad real de oportunidades y de su reglamento y actual evolución no podemos esperar concesiones</b>. Tampoco existe el engaño o la opacidad: las reglas son conocidas, las canastas están siempre, o casi siempre, a la misma altura del suelo. Tampoco es una meritocracia estricto sensu, no se engañen: la planta de los equipos, la capacidad natural de sus miembros para la resistencia, el desarrollo de la fuerza (la velocidad, el salto, los empujes…) o para asimilar el entrenamiento no son siempre las mismas, menos aún en equipos o escuelas donde no se llevan a cabo procesos de selección. </span></i></span></p><span id="docs-internal-guid-1e07af58-7fff-7376-94ab-cd4829df30b7"><span style="font-family: verdana;"><b><br /></b></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Normalmente, como sucede en tantos otros campos, los mejores en determinadas capacidades lo serán siempre, más aún cuando nuestras horas de entrenamiento son tan pocas comparadas con las que se emplean en la adquisición de habilidades musicales o artesanales, insuficientes en todo caso para alterar el orden natural</b>. Muchas veces siento que no somos agentes de cambio, sino notarios de la realidad. Inevitablemente nos gusta más la asistencia que la pérdida, el triple que entra limpio que el que cruza de lado a lado convirtiéndose en el primer pase del contraataque rival. Y de alguna manera lo hacemos saber. Y quizá deba ser así. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Por este motivo pienso que nuestra principal función es la motivadora, antónima del “no pasa nada” y del “pasémoslo bien” que tanto desprecia el tiempo invertido y que, además, más daño hace a los jugadores menos aptos, a los menos capaces de partida, provocando que se lo pase mucho mejor el que ya sabe</b>. Nuestra segunda función es la de incitadores o provocadores del intento por aprender algo nuevo, una auténtica prueba de fuego para la autoestima del chico o chica que lleva poco tiempo jugando al baloncesto a través del condicionamiento del contexto (forzar que se produzcan determinadas conductas). Ante el más que probable fallo, debemos reaccionar con mesura, creo que tampoco ayudamos cuando acudimos al “fracasa mejor” de Beckett porque el jugador nos toma por un trasnochado después de fallar una bandeja o de quedarse corto por atender a nuestras demandas. Y eso lima la confianza si no hay una correcta pedagogía detrás: una llamada a la humildad y a la paciencia que debe enseñarse a través del ejemplo (¿somos humildes y pacientes?). </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheOGiTLXw_qzIppadyFhu6VnWrAHD-G6JXyj-QGKegBN591lKJiS8SjjFgiIy6SDejBbD9HzWSQ6UpeVxCIYuZZYEX5MkWfGNLb_InyuhzGViTwYI0aPUwUeBSUGDJtr8mkFGhVHuoZYIZJhmDVgiXd7LUw3v45QhM-d-kRbyHcPv3bsr2Au74SORCKw/s640/campus%20santa%20marta.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheOGiTLXw_qzIppadyFhu6VnWrAHD-G6JXyj-QGKegBN591lKJiS8SjjFgiIy6SDejBbD9HzWSQ6UpeVxCIYuZZYEX5MkWfGNLb_InyuhzGViTwYI0aPUwUeBSUGDJtr8mkFGhVHuoZYIZJhmDVgiXd7LUw3v45QhM-d-kRbyHcPv3bsr2Au74SORCKw/s320/campus%20santa%20marta.JPG" width="320" /></a></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Este año, entre otras tareas, entreno a un grupo infantil, la categoría más salvaje para los niños y niñas, quienes ven cómo cambian repentinamente las condiciones</b>: el volumen y la masa del balón, la altura de la canasta, las dimensiones del campo… <b>En un deporte sin especialistas </b>(en el que Yao Ming sabe lo que tiene que hacer, al igual que Muggsy Bogues) <b>y sin demasiadas normas espaciales y temporales asumidas, sin una técnica individual asimilada</b>, sin, en muchos casos, sobre todo cuando en mini se dedicaban a pasarlo bien, un bagaje motor suficiente, <b>la pista de baloncesto se convierte en una gymkhana</b> en la que saldrán victoriosos aquellos con la mejor combinación posible de cineantropometría, inteligencia y conocimiento del juego, una sabiduría que a edades tan tempranas va a depender fundamentalmente de los entrenadores que hayan tenido, una elección muchas veces azarosa tomada por unos padres que no tienen tiempo de hacer un análisis concienzudo (después de hacerlo de todos los profesores, de las academias y los conservatorios) de las aptitudes del profesor de baloncesto. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">Desde luego, <b>el reto es monstruoso</b>. En mi equipo hay jugadores que se caen hacia adelante por llevar el peso del cuerpo desplazado en esa dirección, hay jugadores que botan el balón delante del tronco, otros que son incapaces de desplazarse entre bote y bote porque no hay nada de gasolina en sus piernas o porque hay algo de exceso de peso en su tren superior o porque tienen los pies planos. Jugadores altos que no saben qué hacer con sus extremidades, silenciosas compañeras de viaje con las que llevan años conviviendo sin conocerse. La mayoría no podrían ver América en la proyección Mercator al observar únicamente lo que queda a la derecha de su nariz y muchos tendrían que comprar un billete de avión para separarse del suelo, incapaces de desencadenar el mecanismo del salto vertical. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>No sé si hacemos bien poniéndolos a jugar y me cuesta comprender cómo la experiencia puede resultarles gratificante</b>, supongo que desde su punto de vista todo es distinto, y que a pesar de ello les resulta divertido. No tengo nada en contra de los que defienden las ventajas de la competición, pero creo que esta solo es maestra a partir de un determinado grado de habilidad adquirida. En las artes marciales se retrasa el inicio de las competiciones, el el rugby se empieza jugando sin contacto, en el volley hay muchas alturas distintas de red, en el fútbol se juega a 7 hasta determinadas edades, y en el baloncesto (y es peor en otros países) los mandamos a la guerra en partidos que más bien parecen de balonmano. <b>Los invitamos a hacer lo que puedan para que, como sucederá también a los 18 años gane, como siempre sucede, el mejor: el niño mejor hecho por sus padres</b>. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">En fin, todo esto para decir que <b>yo entrenaría los sábados </b>(abierto a los padres, por si les apetece asistir al ensayo y no a la función), que <b>jugaría menos, con menos jugadores a la vez, con la canasta a 2,90, con un balón tamaño 6 y algún que otro ajuste reglamentario sobre los que no me quiero detener</b>. Esto si quisiéramos avanzar hacia un principio meritocrático más relacionado con el esfuerzo y la capacidad de sacrificio que con la combinación natural de dones, aunque no termino de tener claro si el esfuerzo y el sacrificio no son también virtudes heredadas o aprendidas en casa, lo que fosilizaría el determinismo contra el que los tontos románticos luchamos sin demasiado éxito. <b>Los partidos antes de la práctica y la asimilación de conceptos son, apenas, una ecografía del <i>nasciturus</i></b>. Cualquiera podría decir quién era el mejor el año pasado y quién lo será el próximo si no abandona su actividad. Otra cosa es que nos resulte divertido. Y que no pueda ser de otra manera (porque siempre ha sido así). </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS</span></span></p><div><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-19778611589420063072022-10-26T11:31:00.002+02:002022-10-26T11:32:12.540+02:00La ley del banco<p><span><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"></span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMdHfe-L2mSbNpjnYh7Ry9u-kMuB4AFKDgb64jiQ40D0NX8BzlVPm6qk47HGXCBFPtbByg4XG3wVmk604qzSLQVfWgX9RfZ1aEx1ya7wowV6_zIIImijkP7FdHU2IEvLi5sUYTiNYzN0eWBZbjHG9jm-hkhGo9QwPFcsoGJtV1imHTqqY6zw4-VLMOjw/s720/tiempo%20muerto%20equipo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="720" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMdHfe-L2mSbNpjnYh7Ry9u-kMuB4AFKDgb64jiQ40D0NX8BzlVPm6qk47HGXCBFPtbByg4XG3wVmk604qzSLQVfWgX9RfZ1aEx1ya7wowV6_zIIImijkP7FdHU2IEvLi5sUYTiNYzN0eWBZbjHG9jm-hkhGo9QwPFcsoGJtV1imHTqqY6zw4-VLMOjw/w400-h266/tiempo%20muerto%20equipo.jpg" width="400" /></a></div><br /></span><p></p><p><span id="docs-internal-guid-c57aff9e-7fff-4b08-a95b-5d130ea68645"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><i>Vigente en todos los espacios y épocas, su validez se renueva año a año como garantía del buen funcionamiento de los equipos y las sociedades. Prohibida en mini por temor a la falta de capacidad de los llamados a aplicarla y en previsión de posibles abusos o erróneas interpretaciones, y muchas veces suspendida en el ámbito profesional por hallarse sus ejecutores secuestrados emocionalmente (cuando solo es emocionalmente) por los administrados (o los dueños) o, simplemente, pensando en otra clase de beneficios más allá de lo ético y estético, <b>la Ley del Banco seguirá siendo una de las mejores herramientas del entrenador para sancionar lo prohibido, reprochar lo incorrecto, llamar a la reflexión sobre lo desviado o erróneo y, a través de ello, instituir en el equipo toda una serie de valores a promover, repetir y reafirmar</b>. </i></span></span></span></p><span id="docs-internal-guid-eb686c74-7fff-babb-77c1-e12b912b8183"><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Este otorgamiento de competencias y poderes engendra en el entrenador una gran responsabilidad</b>. Lo obligan a ser un atento observador, lo que no evita que se le pasen muchas cosas; un juez ecuánime (en la medida de lo posible) que no evalúe individuos, sino conductas (no sea que al malo lo pille con mayor frecuencia que al bueno, en fin, esta nos la sabemos todos); es más, lo obligan a comprender la visión tomista de la justicia, que no es tratar a todos igual, sino dar a cada uno lo suyo, algo que exige un alto conocimiento de todos y cada uno de los jugadores. Le exigen ser didáctico en la explicación de los porqués, a actuar desprovisto de rencor, a abrazar, literal o figuradamente, al jugador equivocado en su camino al banquillo, al que explicará los motivos e invitará a reflexionar para que en su vuelta al campo no se repita la conducta. Lo encomiendan a ponderar un equilibrio virtual entre las necesidades individuales y las del equipo. En fin, lo obligan a ser Dios por 150 euros al mes. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>La ley del banco no encierra un mensaje coaccionador, sino uno de corte posibilista: actúa siguiendo los valores que el equipo quiere representar (honestidad, respeto, sacrificio) y jugarás hasta que la resistencia ceda, o hasta que sea el momento de que otro compañero salte a la pista y pueda él también practicar lo entrenado</b>. La ley del banco está basada en un ideal de justicia que es también un ideal meritocrático: los minutos en pista representan un bien escaso y hay que ganárselos entrenamiento a entrenamiento, pero también minuto a minuto, con una actitud ejemplar, haciéndose merecedor del apelativo de jugador de baloncesto, algo que puede no significar nada o, al contrario, que puede serlo todo, al igual que las palabras soldado o caballero. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>En mi caso distingo tres faltas merecedoras de la aplicación, ya digo que sin rencor, de la ley del banco. Las primeras son de respeto</b>, ya sea a los árbitros (con los que procuro que los jugadores que entreno no hablen, también por un tema de atención y concentración que mencionaré más adelante), a la figura del entrenador (con quien pueden hablar, pero no a voces ni con ademanes exagerados), a los compañeros (a los que no reprocharán nada en absoluto) o, por supuesto, a los rivales, habiendo diferentes gradientes, alguno de los cuales, obviamente, puede suponer el no retorno al partido. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Las segundas son de concentración, atención o falta de sacrificio y humildad</b>. Estas también tienen que ver con el foco o la falta de control, pues se basan en estar pendientes de aspectos que no deben interesarnos, pero también tienen que ver con la autopercepción del jugador y la visión de sí mismo dentro del conjunto del equipo. <b>Un jugador que opta deliberadamente (aquí reside una gran dificultad de juicio) por terminar contra dos defensores juzgando este tiro como mejor que el que podría hacer un compañero sin defensa, es un jugador que se pone por encima del equipo, del progreso que también deben llevar a cabo sus compañeros y de la concepción del baloncesto como deporte de equipo (¿se equivocó de deporte?)</b>. Esto en términos generales y habilitándose las debidas excepciones. Lo mismo sucede con el exceso de frustración motivado, generalmente, con un “cómo puedo fallar” (si soy tan bueno) que debemos combatir por ser opuesto a la humildad que se requiere para seguir aprendiendo. Aceptar el error y estar en lo siguiente es también algo de buen jugador. No hacerlo debe suponer minutos de reflexión en el banco. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6SmwnjWMagScEN36BqoKR8byRKkyYF0chMR6fCPmOqUjvgiHEC1eHgHe7onKiWbIRbwYldho9mN61vYT0DWnV8CVzmsWjMI-Unjxa-nKDt2yoRHhpc9oya85BssqZw5bzLs4Esuv47QGVVoVZYrW2x-ZGE0NDh6p7M9ZdC78JeOEngvY4k_qZUS4Q0g/s675/boston%20garden.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="675" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6SmwnjWMagScEN36BqoKR8byRKkyYF0chMR6fCPmOqUjvgiHEC1eHgHe7onKiWbIRbwYldho9mN61vYT0DWnV8CVzmsWjMI-Unjxa-nKDt2yoRHhpc9oya85BssqZw5bzLs4Esuv47QGVVoVZYrW2x-ZGE0NDh6p7M9ZdC78JeOEngvY4k_qZUS4Q0g/s320/boston%20garden.jpg" width="320" /></a></div><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Finalmente, hay faltas de concepto ligadas a una carencia de comprensión, a la escasa atención durante los entrenamientos, pero, también, probablemente, a cuestiones o limitaciones de los propios individuos</b>. Con estas, así como con las malas decisiones ocasionadas por una natural cobardía o retraimiento, tenemos que ser mucho más prudentes como entrenadores y tratarlas de manera más discreta. Ahora bien, si los errores son continuos y dificultan el buen funcionamiento del juego colectivo, esto es, también el crecimiento baloncestístico del grupo, es posible que haya que actuar aplicando la ley del banco por motivos de fuerza mayor, pero desde el compromiso del entrenador por brindar un mayor apoyo al jugador insuficientemente preparado en este momento. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><b><br /></b></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Hasta ciertas edades, categorías y niveles, la ley del banco no debería atender a las diferencias de nivel existentes siempre que se consiga el objetivo de competir:</b> el equipo esté en partido, bien organizado y practicando lo entrenado pudiendo ofrecer suficiente resistencia al rival (de aquí la importancia de las ligas) y viceversa. Y, desde luego, debería aplicarse sin miramientos, sin atender al resultado si fue el jugador más capaz o competente el que incurrió en una falta de estas características. <b>En fin, como ya adelantaba, la Ley del Banco nos pone a prueba primero a nosotros, los entrenadores, a nuestro ego y también al de todos aquellos que esperan victorias en el marcador, sin importar las manchas que dejan en el espíritu, para siempre, los comportamientos incorrectos no sancionados</b>. Estoy seguro de que la corrupción, por ejemplo, es un vicio que se mama en casa, una conducta equivocada que se aprueba por acción u omisión en la más tierna infancia. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">En fin, todo esto para poner de manifiesto la importancia de la dirección de partido en categorías inferiores, en los patios de colegio y los modestos pabellones de barrio, lugares en los que saldrá algún jugador de liga zonal o nacional y, ojalá, muchos jugadores de baloncesto, ciudadanos ejemplares, individuos investidos de valores que ganarán cada día partidos mucho más importantes si entienden el valor del respeto, del trabajo bien hecho, de cuidar al otro o de manejarse con humildad por esta puta vida. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS</span></span></p><div><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-63249041764592481282022-10-19T14:52:00.004+02:002022-10-19T14:58:04.826+02:00El Código del entrenador<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSIaZLee0IiJP2lANpp4wdiDldYgqht-7QEAk5gWoTXCUlajY9qUDqY5tVdPxZDzh8ltmCXygaOFaOiDwuj4ZOObKYNo4QTrpJr_9_P4kO90xoDz8wspFymybIUdu8sKT_ufNIb29-SjTcrP0p4ZF1oj5fhwnvBFYdfeD7flBmjHy9QdkBYmQFBk7H1g/s644/coachkbobknight.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="362" data-original-width="644" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSIaZLee0IiJP2lANpp4wdiDldYgqht-7QEAk5gWoTXCUlajY9qUDqY5tVdPxZDzh8ltmCXygaOFaOiDwuj4ZOObKYNo4QTrpJr_9_P4kO90xoDz8wspFymybIUdu8sKT_ufNIb29-SjTcrP0p4ZF1oj5fhwnvBFYdfeD7flBmjHy9QdkBYmQFBk7H1g/w400-h225/coachkbobknight.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Existe una
tentación cada vez mayor, yo mismo la siento, por caer en una suerte de nihilismo
que resta peso e importancia a los valores, a las creencias e incluso a los
hechos</b>, en eso que se conoce como posverdad o visión alternativa, tan cierta en
la mente de sus creadores como la probada o cierta a ojos de la ciencia o los
sentidos. Ante la sucesión de acontecimientos que nos recuerdan nuestra
pequeñez, la insuficiencia de nuestra voluntad particular ante la avalancha de
procesos que se nos imponen, es natural invocar el nada importa nada o el si
total… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Pero nos debe
quedar el baloncesto. El baloncesto como cualquier otra actividad que recuerde
de alguna manera a aquellas desempeñadas con espíritu caballeresco (o damesco,
en fin), en las que las formas sigan constituyendo un fin en sí mismo</b>, en las
que veamos al oponente como un compañero de juego que simplemente comparece en
la batalla con intereses opuestos, aspirando a lo que nosotros tenemos, protegiendo
lo que deseamos. Una actividad que nos devuelva la esperanza en las nuevas generaciones,
para que no solo sean más preparadas para procesar información, tomar
decisiones basadas en cálculos fríos o manejar nuevas herramientas, sino para
que estén dotadas de humanidad, compasión y valores éticos compatibles con la
convivencia profunda y afectuosa con el otro. También con las herramientas para
sobrevivir, con la humildad, la curiosidad y, sobre todo, el tesón, que
conducen al aprendizaje y la maestría. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Sin embargo,
como entrenadores, antes de ponernos ante un grupo, de liderar una
colectividad, esa pequeña aldea en la que la unión no procede de la
consanguinidad que es un equipo, debemos autoevaluarnos</b>. La verdad, siento pena
por algunos modelos que se nos imponen a través de las pantallas. Siento que la
norma sea apretar al árbitro, desestabilizar a los contrarios o tratar como animales
de carga a los empleados, llámense en este caso jugadores de baloncesto. Podría
poner nombres y apellidos, pero no se trata de esto, primero porque ellos se
desenvuelven en entornos de máxima competencia (y lucha por la supervivencia) y
segundo porque coincido con Eleanor Roosevelt: los hombres pequeños hablan sobre
los demás.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><br /></p><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIFPLVZsoMNjb9-neiFySjp9GRftZncj8_7iOwppKDF_6C7eZopIqjHmDzc0PoTXBnwbT84u2WIVOoKjFNQFGyvehiQPksooT6plXt5HkHfWhqxE_SdXUyVjMRaajavg7BOVgDFJsQ5TsZ2fZnm9g57TcCUGqW65LUatYRudVCHWvx4naxdfj8_lPw1g/s512/el%20ambicioso%20Brad.jpg"><img border="0" data-original-height="336" data-original-width="512" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIFPLVZsoMNjb9-neiFySjp9GRftZncj8_7iOwppKDF_6C7eZopIqjHmDzc0PoTXBnwbT84u2WIVOoKjFNQFGyvehiQPksooT6plXt5HkHfWhqxE_SdXUyVjMRaajavg7BOVgDFJsQ5TsZ2fZnm9g57TcCUGqW65LUatYRudVCHWvx4naxdfj8_lPw1g/w400-h263/el%20ambicioso%20Brad.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quede el
aprendizaje, el debate de ideas. Sirva para que los entrenadores, a los que en
los cursos solo se les habla de formar deportivamente o de ganar, <b>no seamos simplemente
unos frikis de la técnica individual o de la táctica colectiva</b>, unas
bibliotecas andantes de jugadas, un cofre de situaciones en las que seres
humanos se convierten en ejecutores dentro de una gran maquinaria ajena a
estados de ánimo, problemas personales o valores universales relacionados con
la templanza, la bonhomía o la ya mencionada humanidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Urge, de esta manera,
operar con códigos, es decir, con una legislación autoimpuesta que si la
profesión, quizá por no ser tal, no la exige, sí lo haga, en cambio, nuestra
conciencia, nuestro sentido del honor y del deber</b>. Andar por la vida sin ellos,
sin códigos de conducta o valores a vigilar, es hacerlo borracho al volante de
un deportivo en medio de la noche. Es decir, poniendo en peligro a todos los
que se cruzarán en el camino. Y en nuestro caso no serán ciervos o jabalíes. En
fin, las temporadas están recién iniciadas o a punto de comenzar, así que,
entrenador, si aún no lo tienes, revisa tu formación, recuerda las palabras de
tus padres y abuelos</span><span style="font-family: verdana;">, acude a las lecturas sagradas o profanas que iluminan tu
espíritu y hazte con un código. Aquí algunas normas del mío, siempre en constante
revisión.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">¿Y si sí?</span></b> En la fábula de
Pedro y el lobo yo siempre creeré a Pedro. Como creeré siempre, tras haber reclamado
desde el primer día su honestidad, la palabra de los jugadores. Será un modo ingenuo
de acercarme a ellos, pero nada más dañino para una relación de confianza que
el prejuicio o la presunción de dolo, engaño o reserva. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En fin, con esta postura también me ayudo a mí
mismo. Puedo vivir siendo engañado, no soy rencoroso, pero no podría vivir no
habiendo creído las palabras de un jugador en el caso de que estas fueran
ciertas y mi descrédito le condujera a una situación peor. En mi código de
conducta como entrenador, la presunción de veracidad y honestidad de los
miembros de un equipo no se discute. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"></span></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib2PukCIhwKM2ITMlR0L8NJjZjZ4jHUQudRVy1NJhK2cZ52_2IsWGT0V-LDA5LDM7s7bNPODA16VkWhi1OTzg4OIKf0EGMS1N_5-zPn1xzDYKY4_EkMPFz5s9Lt34Fi_QY32d4oOQFQSilsu4Mm8RRK3wYsgE2viQhNvKRvYMvUQwocCUYxi60kPYTiA/s600/cuento-pedro-lobo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="260" data-original-width="600" height="174" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib2PukCIhwKM2ITMlR0L8NJjZjZ4jHUQudRVy1NJhK2cZ52_2IsWGT0V-LDA5LDM7s7bNPODA16VkWhi1OTzg4OIKf0EGMS1N_5-zPn1xzDYKY4_EkMPFz5s9Lt34Fi_QY32d4oOQFQSilsu4Mm8RRK3wYsgE2viQhNvKRvYMvUQwocCUYxi60kPYTiA/w400-h174/cuento-pedro-lobo.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /> </span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span lang="EN-US" style="font-size: 14pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: EN-US;">Hard on the issue, soft on the person</span></b><span lang="EN-US" style="mso-ansi-language: EN-US;">. </span>Duro con el delito, suave con el delincuente. Así adaptó las
palabras de Henry Cloud la magnífica Concepción Arenal. Esta es una llamada a terminar
con las relaciones de causalidad precipitadas (falló una vez, fallará siempre)
que conducen a etiquetas limitadoras y a pensamientos excesivamente rígidos. En
un régimen de derecho como en el que creo no hay nada peor que el derecho penal
de autor, asociar a una persona los prejuicios que pesan sobre un grupo o
colectividad, asumir que el pasado determina hasta tal punto el presente de un
individuo que le está prohibido tener un futuro distinto. Seamos educadores. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Nada de lo humano me es ajeno</span></b>.
En el momento en que al entrenar piense únicamente en el equipo como en una
maquinaria o institución al margen de sus miembros, en el que la masa ingiera al
individuo hasta despojarlo de sus cualidades e impedirle pensar por sí mismo, habrá
llegado el momento de dejar este modesto oficio. <b><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Humano soy, nada de lo humano me es ajeno</span></i></b>,
es una buena traducción de la máxima de Terencio, como también es una buena
traducción de los versos de John Donne la siguiente: <b><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">la muerte de cualquier hombre me
disminuye porque estoy ligado a la humanidad, así que no preguntes por quién
doblan las campanas: doblan por ti</span></i></b>. Quede dicho. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">Un Samurai es cortés incluso con sus
enemigos</span></b>. Creo firmemente en el valor del respeto, en que nuestra
calidad humana se demuestra en el modo en que tratamos a todos los agentes
involucrados en un equipo o competición. En primer lugar, con el compañero, con
el que debemos aplicar dosis añadidas de compasión ante el error, pues él mismo
está experimentando su propio proceso de aprendizaje. Ser ejemplo en este punto
es, desde mi particular punto de vista, clave. Y el rival o los árbitros son
también compañeros. Entre todos hacemos posible el juego, esta divertida herramienta pedagógica. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHrXqFrLov-ryKSVm_y_kRv0aVJlAZeDHNw26vx71ehZBJKbiyDM9JkGx-nEPPn-clIYuYL1D6OGkWPXLtPThzbTbLf9s_Ac6p5YH4wY0Nym27KCA0CylMNKZMLOMGw2iyg6EJfbEgLrLkiOT3uJkVC-gxRW-4ezVznl1BpTJ9FsqFfIMXnxs30Ce4Vg/s640/bushido.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="640" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHrXqFrLov-ryKSVm_y_kRv0aVJlAZeDHNw26vx71ehZBJKbiyDM9JkGx-nEPPn-clIYuYL1D6OGkWPXLtPThzbTbLf9s_Ac6p5YH4wY0Nym27KCA0CylMNKZMLOMGw2iyg6EJfbEgLrLkiOT3uJkVC-gxRW-4ezVznl1BpTJ9FsqFfIMXnxs30Ce4Vg/w400-h225/bushido.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">No sin un plan</span></b>. Luego el
azar dictará sentencia, pero ni siquiera Alonso Quijano dejó aquel lugar de la
Mancha sin un propósito. O Cervantes, aunque en su idea inicial aquello no
pretendiera ser más que una <i>nouvelle</i>. Cuando se nos confiere la responsabilidad
de liderar un equipo debemos prefigurar para él un plan, una idea.<b> Necesitamos
divisar un destino, describir una misión. Nos viene a decir Kavafis que Ítaca
fue el viaje, pero el viaje de Ulises no hubiera existido sin Ítaca, así que, si no la
tenemos, tendremos que inventárnosla</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS </span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-1235182858486603992022-09-19T08:03:00.002+02:002022-09-19T08:15:42.049+02:00Al Fer lo que es del Fer<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX_HmI7VbkxtBVsuvTDElEm7KgFQxwydDyiKzFOeFSIPtVDybsqgg_P3P1XAnSeVP1z8ySIqcB71ZbvWJHD6cuVZN4P56waUJJEqJmawAIc-vxzS4SI3TEyAnP7y3FlCEf1e1o6G--PUKPG37kXEgGtWQtcapCyCfLl2_w1HxTFR8f_iiP6SjClkzbMA/s1200/pi%C3%B1a%20selecci%C3%B3n%20ok.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX_HmI7VbkxtBVsuvTDElEm7KgFQxwydDyiKzFOeFSIPtVDybsqgg_P3P1XAnSeVP1z8ySIqcB71ZbvWJHD6cuVZN4P56waUJJEqJmawAIc-vxzS4SI3TEyAnP7y3FlCEf1e1o6G--PUKPG37kXEgGtWQtcapCyCfLl2_w1HxTFR8f_iiP6SjClkzbMA/w400-h225/pi%C3%B1a%20selecci%C3%B3n%20ok.jpg" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Al Fer lo que es
del Fer. Y hablo de mi amigo Fernando, Fernando García, un estudioso y sabio
del baloncesto que no deja cabo suelto cuando se trata de hacer un análisis a
fondo de lo sucedido y por suceder</b>. Al Fer lo que es del Fer, digo, porque él era
de los pocos optimistas que hace más de un mes, incluso tras caer con estrépito
ante Grecia, veía mimbres suficientes para competir en este Eurobasket siempre
que se dieran las circunstancias adecuadas, lo que se resume en “siempre que el
cuerpo técnico hiciera su trabajo de manera maravillosa”, tal y como ha sucedido.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>En los tres
años, aproximadamente, en que llevamos hablando</b> con frecuencia de lo divino y
lo humano (poesía y baloncesto), lo propio y lo ajeno (baloncesto específico y
general en jerga más precisa), <b>uno va descubriendo por qué a Fernando le
obsesiona lo que le obsesiona y cómo lo que le obsesiona tiene mucho que ver
con el resultado final de los equipos</b>. Y en este campeonato no ha sido distinto:
las obsesiones de mi amigo Fernando también podrían llamarse a sí mismas claves
de la victoria de España en este campeonato. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La primera de
ellas es la involucración o integración de todos los miembros</b>, hacer que todo
el mundo se sienta partícipe de lo sucedido y tenga un hueco razonable en la rotación.
Y no solo por la "piña", otra de sus obsesiones, sino porque <b>"ocho minutos son muchos minutos"</b>, como me recuerda a menudo, pensando en la
aportación de un eventual décimo o undécimo jugador. Más vale que sienta que
este tiempo es importante, más vale que salte a la pista bien escoltado y no en
pelotas frente a la audiencia. Esto debe quedar incluido en el plan de partido:
¿cuándo y con quién va a salir al campo el jugador joven a dar minutos de
descanso imprescindibles a la estrella veterana que debe terminar el partido? ¿A
qué vamos a jugar entonces? ¿Cómo vamos a defender? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La segunda es la
diversificación que conduce a la incertidumbre</b>. Y aquí España, al menos en la
fase de juego que se corresponde con la defensa posicional, ha estado de diez.
De los errores se aprende y de salir a porta gayola contra Eslovenia en los
pasados juegos, enseñando una mixta que Doncic no tardaría en comprender y
aniquilar, España ha pasado a manejar tres y cuatro defensas distintas cada
partido y, además, las ha ejecutado con diferentes niveles de presión e
intensidad en función del quinteto propio y rival en pista. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>La tercera es la
fluidez e intencionalidad del juego ofensivo</b>, cuya ausencia ha coincidido con
los peores minutos de juego de la selección, generalmente cuando a Lorenzo se
le agotaban las muñecas de tanto amasar el balón. Sin embargo, cuando España ha
jugado mejor, como insistía también Pepu Hernández en las retransmisiones, es
cuando ha sabido apurar las opciones de la transición, con Brown, precisamente,
como ejecutor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Parece evidente
que nuestro éxito en los deportes de equipo de invasión (cooperación/oposición)
tiene que ver con las dimensiones estratégico y táctica. <b>Ayer me dio la
sensación de que los franceses, en la víspera de la batalla, se sentaron junto
al fuego a beber champagne y contar anécdotas particulares, cada uno la suya</b>. Siendo un equipo
más completo, apenas aprovecharon sus ventajas. Siendo un equipo más profundo, salieron
a especular y permitieron que Brown o los Hernangómez llegaran frescos al final
del partido. En cambio, en el campamento español se sacaron los tableros y los
ordenadores y se estudió al más mínimo detalle el plan que nos llevaría a la
victoria. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Esta
superioridad estratégico-táctica es la que viene a explicar este verano
glorioso para la marca FEB</b>, su presidente y, sobre todo, su director deportivo,
mi paisano José Ignacio Hernández, la definición de un ganador. Tras los
distintos confinamientos, los franceses, por ejemplificar en ellos lo sucedido,
siguen siendo más altos, más fuertes y completos que los españoles, pero no han
evolucionado en la comprensión de lo que hace que un equipo gane a otro después
de cuarenta minutos, más allá del talento, el acierto o la suerte. Esto es la
estrategia, la táctica y, también, por qué no, un espíritu competitivo que se
alimenta de estas dos primeras dimensiones, pues <b>no es lo mismo luchar cada
balón en un marco de improvisación o mediocridad intelectual que por una causa
bien argumentada</b>, en la teatralización de un guion escrito y reescrito durante horas.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Creo que es en
esta parte donde cobra más sentido el trabajo de un entrenador. En la
concepción de la estrategia y el relato, en la guionización de lo que va a
suceder</b> no a partir de la magia o la adivinación, sino a través de un estudio
concienzudo del juego, un análisis experto que parte de la recogida y selección
de datos y que, a través del procesamiento de estos, alcanza unas conclusiones
que el necio califica de inmutables y el sabio de provisionales y transitorias.
De ahí que a mi amigo Fernando, y repito esta fórmula desde el orgullo que me
provoca emplearla, también le obsesione <b>la capacidad de adaptación, la
flexibilidad ante un cambio en las circunstancias o ante un cambio en el
observador de las circunstancias</b>. Y aquí nuestra selección volvió a estar de
diez, incluso desde la polémica convocatoria o la respuesta a la lesión de
Llull. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">ENHORABUENA A TODOS
LOS INTEGRANTES DE LA SELECCIÓN <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-5121284317009000952022-08-17T19:39:00.001+02:002022-08-17T19:39:28.889+02:00Focus, entrenador, Focus<h1 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></h1><div><span style="font-family: verdana;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA2YGbJt6ynOlSL_yLZ-xcG5i0gcBQ4ChFMoB23NlnIJWQ8QHe7eneZt5RRm-TgE57mxBAEPgpmR9QPaZS63f1V395cfaGPnVmDGMLCakSylM6lZigzU_Bjw6OoyDqqAG5qmEkLHXrb6TjTU7zpnebGLW0x2A0-p11gxfvkWa_UlmpM5Sy3baA6_rsVQ/s4608/IMG20220809104129.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="3456" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA2YGbJt6ynOlSL_yLZ-xcG5i0gcBQ4ChFMoB23NlnIJWQ8QHe7eneZt5RRm-TgE57mxBAEPgpmR9QPaZS63f1V395cfaGPnVmDGMLCakSylM6lZigzU_Bjw6OoyDqqAG5qmEkLHXrb6TjTU7zpnebGLW0x2A0-p11gxfvkWa_UlmpM5Sy3baA6_rsVQ/w300-h400/IMG20220809104129.jpg" width="300" /></a></div><br /><span style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></div><h1 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></h1><h1 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; text-align: justify; white-space: pre-wrap;">No se engañe, querido lector, se dispone a hacer una lectura diagonal de este artículo. Es decir, va a cometer dos errores: por un lado ha seleccionado esta entrada entre el millar de artículos mucho más interesantes sobre esta temática y, por otro, va a dedicarle unos minutos de escasa atención, incurriendo en una lectura pobre, versión hermanada con la escucha pobre, uno de los males que señala Daniel Goleman en su obra Focus, de imprescindible lectura (lectura atenta y concentrada, me refiero), esta sí. </span></span></h1><span id="docs-internal-guid-9c7bb3ff-7fff-eb44-5c58-dea43a64cf98"><span style="font-family: verdana;"><br /><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">De esta obra se pueden sacar innumerables conclusiones relacionadas con el funcionamiento del cerebro humano, esto es, del ser humano, en la medida en que a través de este órgano se programan todos los razonamientos y conductas, ya sea de una manera meditada o de otra más visceral. <b>Una lectura atenta podría servirnos para la programación y planificación de las temporadas, los mesociclos, los microciclos y las sesiones,</b> en la medida en que nos permite comprender el modo en el que se recibe una indicación y se gestiona la información, pero yo prefiero quedarme con todo lo que tiene de guía para los propios entrenadores, es decir, como manual de autoentrenamiento. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Somos perezosos por naturaleza, ahorradores, si lo prefieren, pues por pura supervivencia tendemos a optar por la fórmula que demanda menor energía</b>. Los entrenadores y el resto del mundo, sobre todo los aquejados de falta de pasión y de voluntad. De ahí que prefiramos seleccionar solo aquella información que confirma que estamos en el buen camino, que nos reafirma y mantiene nuestros niveles de agitación bajo control. Sin embargo, Goleman insiste en que <b>el proceder propio de los expertos lucha, precisamente, contra la automatización de los pensamientos y la adopción de rutinas</b> pues persigue, entre otras cosas, el ajuste de los modelos o esquemas mentales, algo que, si usted se detiene en la lectura de este párrafo y no ha pasado por encima, seguro que reconoce. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Bueno, quiero decir, seguro que reconoce en la medida en que practique y se eduque en la autoconciencia, uno de los secretos del éxito que menciona <b>Alan Stein</b> en su obra </span><span style="font-size: 11pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><b>Raise your game</b></span><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">. La autoconciencia suele ser dolorosa y suele exigir, además, un grado de libertad de pensamiento muy elevado que Goleman define a través de la metáfora de <b>la brújula interna</b>. De lo contrario, es muy posible que caigamos en el gregarismo y que adoptemos de manera acrítica pensamientos grupales. Y es que huir de estos pensamientos grupales, y cito literalmente, </span><span style="font-size: 11pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">requiere de metacognición, es decir, conciencia de la conciencia, de arrojar luz sobre lo que un grupo ha sepultado bajo la alfombra de la indiferencia o la represión</span><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /><b><br /></b></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>En todo caso, debemos admitir la dificultad de nuestra empresa</b>. Muchas veces, ser un buen entrenador implica activar circuitos cerebrales contrapuestos, como los que refuerzan la concentración en estados de estrés emocional y aquellos otros, en cambio, que habilitan la empatía emocional y la intuición social. Por otro lado, <b>los mecanismos de la percepción, también los emocionales, suelen ser ciegos a los sistemas</b>, dificultando los análisis, la captación, comprensión y aplicación de información relevante. <b>Qué difícil ser estrategas militares y tutores de jóvenes</b>. Qué difícil manejar el estrés, tomar decisiones, mantener un nivel de concentración óptimo y, al mismo tiempo, contar con una conciencia abierta que nos permita evitar la reactividad más animal y los juicios precipitados. Liderar, en definitiva, en un sentido muy amplio de la palabra. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">De liderazgo habla también este libro de lectura obligatoria. Y <b>la primera clave de un buen líder es acertar en la elección del marco, del enfoque</b>, en la medida en que este va a determinar la realidad no solo del líder, sino de todo el grupo. Suya será la elección de la visión y los valores que motiven al conjunto de la organización y sus integrantes; suya también la determinación de la estrategia o atención grupal: qué metas perseguimos, cómo las vamos a materializar. Todo a través del análisis de una serie de datos a los que conviene interrogar sobre su procedencia y sobre las propias creencias que encierra el algoritmo que nos los proporciona. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;"><b>Vuelva aquí, entrenador, aléjese de la especulación infructuosa, del chismorreo propio de las redes y reflexione de manera productiva</b>, no al hilo de este artículo sobre el que ha posado su vista de manera anárquica, sino a través de la lectura del libro de Daniel Goleman, un libro que le hará comprender mejor los mecanismos aún poco explorados de la mente, en qué consiste una práctica inteligente o en qué debe basarse la intervención de un entrenador, por ejemplo, durante una sesión de entrenamiento. Un libro que comprenderán mejor si se toman el tiempo que yo no me he tomado en operar con el foco abierto (tras haber mantenido una atención cerrada) y dejar paso a los hallazgos fortuitos, las intuiciones creativas, aquellas de las que nos priva el día a día, “la catástrofe completa de la vida”, como cita literalmente su autor. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Aprovechen que todavía es agosto y autoentrénense sin olvidar que las mejores organizaciones funcionan mejor bajo la ratio de <b>2,9 sentimientos agradables por cada sentimiento desagradable</b>. Luego, hayan leído o no con la concentración necesaria este artículo, no se preocupen en exceso y hagan caso a Van Gogh: </span><span style="font-size: 11pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">encuentra bello todo lo que puedas</span><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">. </span></span></p><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS</span></span></p><br /></span>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9213001252760918292.post-50432216910787172192022-06-30T07:59:00.003+02:002022-06-30T08:00:05.995+02:00Curso 21-22. Pensar o no pensar<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMQSULCwFe4IoVmpW3u7VTJNn57S735XsuP4K17EdbkdyrtY4EZ4ulDhmrvZd0eV6NcyhO_ai8EP6ibcgLRflSB5nhEFhqYge51rQ_pNo-C5Rvnec-DJRHlFcQir5UpnmbeL1UsutFY_rXcR0od4upWzI9xPgjUgrRb0L3xtMpAiB5ohN8YjA_-fcTA/s850/artesan%C3%ADa.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="850" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMQSULCwFe4IoVmpW3u7VTJNn57S735XsuP4K17EdbkdyrtY4EZ4ulDhmrvZd0eV6NcyhO_ai8EP6ibcgLRflSB5nhEFhqYge51rQ_pNo-C5Rvnec-DJRHlFcQir5UpnmbeL1UsutFY_rXcR0od4upWzI9xPgjUgrRb0L3xtMpAiB5ohN8YjA_-fcTA/w400-h235/artesan%C3%ADa.png" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Retomo aquí las
conclusiones sobre la temporada que llega a su fin. Hoy, 30 de junio, se finiquitan
los contratos de numerosos profesionales, no solo jugadores, y se da el inicio
oficial a unas vacaciones que tendrán aroma de <i>thriller</i> para los que aún no
saben dónde van a jugar o entrenar y de comedia chusca para quienes observan
desde fuera los movimientos de todos los actores que intervienen en estos
vodeviles típicos del verano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Los jóvenes, por
otra parte, afrontan un período clave en su formación, una sexta parte del año
astronómico en la que los clubes y escuelas, salvo excepciones, no pueden
asumir en primera persona su formación deportiva</b>. Sus mejoras quedan en manos,
en función de la edad, de su motivación, y la de sus padres, del grado de autonomía
para operar por su cuenta y también de las opciones que se les brinden en forma
de campus o competiciones callejeras, aunque ya saben que aquí somos grandes
amantes de la informalidad y su valor en el ensanchamiento del bagaje motor de
los chicos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Se hace vital,
por lo tanto, la siembra de interés y autodisciplina durante el año. Cobra especial
relevancia no tanto lo que se haya enseñado como lo que se haya invitado a
aprender</b>. Es evidente que cunde más el trabajo de un profesor que incita a sus
alumnos a investigar por su cuenta que el que se empeña en la transferencia
instantánea de un conocimiento concreto, descontextualizado y al que cuesta
otorgar un sentido. En el primer caso, es posible que el alumno termine
enamorado de una materia. En el segundo, lo más probable es que el conocimiento
sea temporal y caduque cuando lo haga también su función. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDT-sKu9tTJuEkoVVsypBBat1EQFZ2rcCkX81GniNSirN-npO_-s534vNFLL2P956KK2D2jMAF8Ht-trM0GmPCGi5VGRJ4iauGRpwmz8F6wZjW44NpI1MblfkOwxbnvLaK74OzFrN_mnP8xTJP34BQL8qhbRAc8ajNsNcAAP-_R-3keT8KCorqOgczA/s400/El%20artesano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpDT-sKu9tTJuEkoVVsypBBat1EQFZ2rcCkX81GniNSirN-npO_-s534vNFLL2P956KK2D2jMAF8Ht-trM0GmPCGi5VGRJ4iauGRpwmz8F6wZjW44NpI1MblfkOwxbnvLaK74OzFrN_mnP8xTJP34BQL8qhbRAc8ajNsNcAAP-_R-3keT8KCorqOgczA/s320/El%20artesano.jpg" width="240" /></a></div><br /><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Decía Hannah Arendt
que las personas que producen cosas no conocen lo que hacen, y regreso de nuevo
a <b>El artesano, de Richard Sennett</b>, para ilustrar este debate que he mantenido
durante todo el año conmigo mismo. Ello para introducir<b> la distinción entre el <i>animal
laborans y el homo faber</i></b>, una distinción que ha llegado para quedarse y que
se basa, principalmente, en el hecho de que, mientras el primero solo se
cuestiona el cómo, el segundo introduce la importancia del <span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">«</span>por
qué<span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">»</span>
y el <span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">«</span>para
qué<span style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">»</span>.
Trasladado al baloncesto, y a la comunicación que mantenemos con nuestros jugadores,
parece importante determinar cuál es el grado de información que precisan los jóvenes
que entrenamos, en qué medida debemos comunicar el cómo y en cual el porqué. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Coincido en una
de las conclusiones que Sennett incorpora en este pequeño tratado de artesanía
y, a la postre, organización de grupos humanos, del trabajo y, en fin, de
tantas cuestiones relacionadas con la enseñanza, es la siguiente: <b><i>Despertar
la autoconciencia es, precisamente, la manera de impulsar al trabajador a que
mejore su trabajo</i></b><i>. </i>Esto nos obliga a desentrañar y poner en
palabras el conocimiento expreso, pero también el conocimiento tácito que hay
detrás de lo que hacemos, todos aquellos ademanes, todos esos movimientos que
podrían pasar inadvertidos y que constituyen, en cambio, la base del
conocimiento acerca de una disciplina. Solo a través de una comprensión total y
una verbalización o demostración <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de lo
que no es fácil entender podemos mejorar la calidad de los ensayos de los
aprendices y alcanzar ese ideal tan preciado que linda con la máxima del
violinista Isaac Stern: <b><i>cuanto mejor es la técnica, más tiempo puede
ensayar uno sin aburrirse</i></b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cita Sennett a John
Ruskin de la siguiente manera: <b><i>Puedes enseñar a un hombre a dibujar una
línea recta, a trazar una curva y a moldearla con admirable velocidad y
precisión; y considerarás perfecto su trabajo en su estilo, pero si le pides
que reflexione acerca de cualquiera de esas formas, que vea si puede encontrar
otra mejor de su invención, se detiene, su ejecución se hace vacilante, piensa
y lo más probable es que piense mal, lo más probable es que cometa un error en
el primer toque que como ser pensante dé a su trabajo</i></b>. He aquí el
dilema, el exceso de autoconciencia, la paralización que provoca la comprensión
parcial, la reflexión que termina haciéndonos conscientes de nuestra ignorancia
y provoca esas dudas que el juego, vertiginoso por definición, castigará. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero me
contradigo una vez más, aun cuando comprendo todo lo que de coreografía tiene
un deporte como el baloncesto en lo que se refiere a la relación entre cuerpo y
balón, entendido este como una extensión del primero. En este proceso de
conocimiento del propio cuerpo, de adquisición de habilidades motrices y en la
capacidad de sincronizarlas con ese elemento extraño llamado pelota, es posible
que haya que suspender el pensamiento, el razonamiento o la reflexión, pero,
sin embargo, creo que no debemos olvidar que <b>hay en el juego, en sus reglas y
en su evolución histórica, huellas impresas del tipo de animal que somos, incansables
urdidores de conceptos a los que les gusta mear en cualquier terreno virgen que
nos encontramos</b>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Por eso se hace
impensable poder jugar bien al baloncesto sin conocer sus reglas actuales y sin entender la evolución de las mismas, sin comprender los conceptos que, aunque sea
por su tozudez, hoy parecen indisociables de la idea original del juego</b>, aunque
solo sea para cobrar ventaja frente al que ignora las reglas y los conceptos. Aunque
sea para ir al límite de las primeras, jugando, por ejemplo, con las
capacidades de la percepción humana, en este caso del árbitro, o para desafiar
a los segundos, por considerarlos rígidos elementos que ensucian un paisaje
mucho más amplio del que quieren encerrar tras sus barrotes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, <b>puede
que, como entrenador, hiciera mejor en suspender la reflexión y regresar a la
acción que implica también nuestro oficio</b>. De alguna manera, todos estos dilemas
se resolvieron durante años bajo el paraguas de la disciplina y a través del seguimiento
de toda una serie de rituales. Algunos equipos universitarios todavía rezan.
Otros se llenan de supersticiones mientras se proclaman antirreligiosos. Los
compromisos se dan de dos maneras, nos recuerda Sennett: como decisiones y como
obligaciones. <i>En la primera, juzgamos si vale la pena llevar a cabo una
acción particular o dedicar tiempo a una persona en particular; en la otra nos
sometemos a un deber, a una costumbre o a la necesidad de otra persona. El
ritmo organiza el segundo tipo de compromiso; aprendemos a cumplir un deber una
y otra vez. Como han señalado los teólogos hace ya mucho tiempo, los rituales
religiosos, para hacerse convincentes, deben ser repetidos día tras día, mes
tras mes, año tras año. Las repeticiones procuran estabilidad, pero en la
práctica religiosa no pierden por ello frescura; en cada oportunidad, el
oficiante anticipa que algo importante está a punto de suceder</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En fin, supongo
que los equipos que entreno no tienen nada que hacer contra aquellos otros que
piensan lo justo y siguen rituales que explican por sí mismos el seguimiento de
unas órdenes. <b>Los seres vacilantes y reflexivos están llamados a sucumbir ante
el fervor religioso del que mataría por Dios, o por su entrenador, ante el que
se santigua esperando que su dios sea más fuerte que la razón, al que le guían
motivos que no cuestiona</b>. Pero seguiré haciéndolo de esta manera, no por
romanticismo, sino por interés. Desde luego, me motiva mucho más la indagación
que el rezo, la reflexión que la plegaria. Y no niego que esto sea solo otra
forma de religión. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: verdana;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS</span><o:p></o:p></p>JJ Nietohttp://www.blogger.com/profile/12302059776155422260noreply@blogger.com0