Verano del 99




Han pasado doce años, doce largos años. Por aquel entonces nuestro país crecía económicamente y en Sevilla se preparaban para albergar el Campeonato del Mundo de Atletismo en el que Michael Johnson batiría la plusmarca de los 400 metros. Ahora nuestra nación le debe dinero a todo el mundo y el Mundial de Atletismo lo tendremos que ver en Eurosport. Sí que hemos cambiado sí. 

En el plano personal yo era un chavalín a punto de cumplir doce años que aún concebía a las chicas como un incordio y a las chapas como el juego más ingenioso jamás inventado. En el ámbito "cultural" Matrix y el Sexto Sentido arrasaron en las carteleras y la canción del verano fue Mambo Number Five del mítico Lou Bega. Eso sí, la canción que yo más escuché fue la de "mándame un email que te abriré mi buzón". Ni facebook, ni twitter. Es más, creo que todavía llamábamos al timbre de la casa de los amigos para ver si bajaban al parque.

Aquel verano y por última vez hasta la fecha, el Eurobasket se disputaba justo después de que terminaran las competiciones de clubes. Sí, en junio. Recuerdo muy bien cómo el segundo partido de la fase de grupos ante Eslovenia fue emitido en diferido porque estaban pasando en la 2 el debate sobre el estado de la nación. La selección estaba entrenada por Lolo Sainz que llevaba como segundos a Imbroda y Aranzana.

Las expectativas eran más bien bajas pues a pesar de haber finalizado quinta en el Mundial de Grecia de 1998, nuestra selección parecía muy inferior a otras como Yugoslavia, Croacia, Lituania, Francia o la propia Eslovenia que llegaba con un Nesterovic que triunfaba en Bolonia. Tiro de memoria para recordar aquella plantilla.

Bases: Nacho Rodríguez, Iván Corrales y Nacho Rodilla
Escoltas y aleros: Alberto Herreros, Carlos Jiménez, Rodrigo de la Fuente, Roger Esteller y Alberto Angulo (pensaba que había estado Paraíso, alero estrella del Cáceres, pero no).
Pívots: Alfonso Reyes, Iñaki de Miguel, Roberto Dueñas e Ignacio Romero (para acordarme de éste he tenido que documentarme).

Alberto Herreros era el líder indiscutible, mientras que nuestro juego interior titular lo conformaban dos hombres que superaban los dos metros de manera muy apurada. Eso sí, lo de "qué huevos tienes Felipe" era igualmente aplicable para su hermano Alfonso, un zurdo de movimientos exquisitos en el poste bajo. Dueñas era un 2,21, pero su escasa movilidad le impedía defender a pívots más rápidos. Nuestros bases se complementaban a la perfección pues si Nacho Rodríguez era todo temple y oficio, Iván Corrales era un asistente genial con capacidad para reventar un partido desde el 6,25. Alberto Angulo no atravesaba su mejor momento, mientras que Carlos Jiménez ya jugaba como titular pese a ser aún muy joven.

En la primera fase vencimos a Hungría, perdimos con Eslovenia en el partido de las tantas de la madrugada y ganamos en un partido igualado a la Rusia de Panov y Babkov. Nos plantamos con dos victorias en la segunda fase y en ella fuimos apaleados por la Francia de Rigadeau, Risacher o Bilba y por la Yugoslavia de Danilovic, Bodiroga, Divac, Tomasevic, Rebraca,... En fin, todo según lo previsto. En el último partido ganamos a Israel a la hora de la sobremesa y hubimos de esperar a que Francia ganara a Eslovenia horas más tarde para sabernos clasificados. Un puto milagro, vaya.

Pongámonos, pues, en situación. Y es que la España de 1999 no se parece a la de ahora. Al baloncesto jugaban los cuatro patosos que no sabían jugar al fútbol, dos tipos raros que pasaban las noches con unos tales Montes y Daimiel y algún autista que encontró divertido eso de tirar una bola al aro. Vamos, que entre exageración y exageración pretendo decir que era mucho menos popular de lo que es hoy en día. No se sabía nada de la NBA, lo de la ÑBA ni se planteaba y de Gasol sólo se hablaba en la cantera del Barcelona para decir que jugaba en el mismo equipo que Navarro. Los periódicos le reservaban una de las cuatro últimas páginas. Pero vaya, que estábamos en cuartos, en los entonces míticos cuartos de final que se habían convertido en una barrera infranqueable para todos nuestros equipos nacionales. Jugábamos contra Lituania, contra un Sabonis que prometía arrasar la zona al más puro estilo King Kong.

Y sabrá Dios cómo ocurrió, pero ganamos aquel partido. Bueno, lo sabe Dios y lo sabemos todos los que aún lo recordamos. De Miguel le hizo un traje en ataque a Sabonis sacándole cuatro tempraneras faltas que le tuvieron fuera del partido durante largos períodos de tiempo. Aun así por Lituania jugaban un imberbe Jasikevicius, un tal Stombergas, Karnisovas,... Podéis ver aquí la crónica publicada por Marca en la que palabras como milagro o imposible se suceden sin remisión. Al final 74-72 y a vernos las caras con Francia en semifinales.

Como os había contado Francia nos había vapuleado en el partido de la segunda fase. Aun así, el hecho de haber vencido a Lituania tras haber llegado a cuartos de final de rebote espoleó la confianza de los nuestros, quienes se creyeron con capacidad para conseguir la hazaña. Y aquel, recuerdo, fue el mejor partido del campeonato con un Herreros (29 puntos) de nuevo en plan estelar. 16 años después del Europeo de Nantes España regresaba a una final que le enfrentaría a una sorprendente (en realidad no tanto) Italia que vencería a Yugoslavia en la segunda semifinal. 

Quizá, mi memoria no me alcanza, algún diario deportivo empezara a llevar entonces, en portada, el logro de la selección. Más que nada porque era julio y no había fútbol. Pero bueno, no importaba, a los que nos gustaba el baloncesto nos sobraba con poder ver las exhibiciones anotadoras de Herreros, el saber estar de Nacho Rodríguez, la defensa de De la Fuente o los movimientos interiores de Alfonso Reyes. Y al ser Italia la rival, para qué nos vamos a engañar, empezamos a soñar con el primer oro de la historia de nuestro baloncesto.

Pero no pudo ser. Aquella Italia era un auténtico equipazo. Al más puro estilo catarí sus dos mejores jugadores no habían nacido en la Península Itálica. Un escolta de londres, Carlton Myers, y un ala pívot esloveno, Gregor Fucka, eran los referentes de una selección, la transalpina, que además presentaba a Alessandro de Pol en el ala, a Alessandro Abbio como base y al hijo de Dino, Andrea Meneghin como martillo pilón desde el perímetro. Algunos nombres os resultarán familiares pues jugadores como Marconato o Basile ya daban sus primeros pasos como internacionales. Y no hubo partido. El resultado de 56 a 64 es engañoso pues las opciones fueron en todo momento remotas. Italia se mereció el triunfo y Fucka, por más que nos pesara en su momento, fue el justo vencedor al trofeo de mejor jugador. Eso sí, Herreros se erigió como máximo anotador del campeonato tras promediar más de 19 puntos por encuentro. 



Fue aquélla la historia de un éxito inesperado, de un equipo modesto que encontró el camino tras verse con los dos pies fuera del campeonato. Sin embargo, aquella generación de jugadores pronto sería reemplazada por unos juniors que tres semanas más tarde se alzaron con el oro sub 20 tras vencer a Estados Unidos en la final de Lisboa. El fracaso en los Juegos de Sidney fue el canto del cisne para muchos de estos hombres. La llegada de la nueva ornada, de los Gasol, Navarro, Raúl López y compañía, implicó un relevo generacional al que sólo resistiría en el largo plazo Carlos Jiménez. Sin embargo, para muchos de los que formaron parte de aquella selección, el del 99 fue el mejor verano de sus vidas.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

4 comentarios:

Juanpe Núñez dijo...

No recordaba los jugadores de esa selección... uffff vaya selección, y nos quejamos ahora de si tiene que ir este u otro...
No sabemos apreciar lo que tenemos!!!
De merito lo que hizo aquella selección

LaFura37 dijo...

Unas pocas pinceladas (de cosecha propia) sobre aquel Europeo.

- Que cojones le echaron De la Fuente y De Miguel (por aquel entonces, uno de los mejores pivots de Europa).
- Con Corrales en pista podía pasar cualquier cosa.
- ¡Que bueno era Herreros!.
- G. Galanda y M. Milic. El primero un A/P italiano de 2’08 m. que ya jugaba de “cuatro abierto” y el segundo, una “bestia parda” que maltrataba los aros sin compasión.
- Alvertis.
- Alemania presentaba en sociedad a un tal D. Nowitzki que venía de “hacer las americas”.
- El favor que nos hizo Francia (nunca lo he llegado a comprender).
- Que mala fue la final.
- Un novato que atendía al nombre de Pepe Sáez, alias “El Morenito” no paraba de chupar cámara y micro a la menor oportunidad (allí comenzó a fraguarse el “monstruo” actual).

Fervivaelbasket dijo...

Milagros como este pocos, pero yo ya nos veía con el oro.
De todas formas este fue el inicio de una gran serie de logros de la selección española, que pasaría de un equipo con poca calidad pero unos enormes "cojones" como aquella, a la actual en la que sobra clase, físico y de todo.
Por cierto, no tiene que ver con baloncesto pero es una auténtica vergüenza que no retrasmita TVE el mundial de atletismo.
Menuda televisión pública de mis cojones.

JJ Nieto dijo...

Pues sí JordanyPippen, mucho mérito y mucha suerte.

Gracias por compartir con nosotros, LaFura, tus recuerdos de aquel Eurobasket que básicamente coinciden con los míos. Desde luego aquel Milic no dio el nivel requerido cuando aterrizó en Madrid.

y sí, Fer, un puto milagro aquel y una puta vergüenza lo del atletismo. Hemos tenido que ver en Eurosport como Usain Bolt hacía una salida nula y era descalificado demostrando que en todas las casas cuecen habas dado que si el atletismo arriesga su prestigio por acelerar los trámites de las salidas de las carreras mal vamos.

Publicar un comentario