Billete de ida y vuelta



Los vientos de la historia están cambiando de rumbo. Numerosas estrellas de la NBA están haciendo sus maletas para venir a jugar a Europa en una especie de éxodo bien pagado y mucho más cómodo que aquel, más forzoso, que vivieron irlandeses, italianos, polacos y tantos otros europeos en busca del sueño americano durante la primera mitad del siglo XX.

FIBA Europa está empezando a tomar medidas en previsión de que la llegada de estos grandes jugadores no sea más que un paripé, una medida de presión de los mejores jugadores que durará hasta que los representantes de las franquicias y de la propia liga cedan en sus pretensiones. Nada que redunde, por tanto, en un beneficio notable para las competiciones continentales.

En una época en la que quien más quien menos se cuestiona la eficacia de la mano invisible para gestionar la asignación de recursos en las economías occidentales, la flexibilidad contractual permite que se alcancen acuerdos que puedan quedar rescindidos toda vez se reanude la competición al otro lado del Atlántico. Desde el punto de vista mercadotécnico parece obvio que el fichaje de estos jugadores es rentable. Sin embargo, de producirse la esperada marcha, los clubes se verán obligados a reemplazar su ficha con jugadores que nadie ha querido o que se encuentran sin equipo en mitad de la temporada. Negocio arriesgado, no cabe duda.

Pero mientras se prolongue el cierre patronal, y ni siquiera está claro que se solucione, los equipos turcos y rusos, que no parecen entender de crisis, podrán presumir de contar en sus filas con los mejores jugadores de nuestro planeta.

Lo que sí podemos afirmar en medio de todo el aluvión de especulaciones es que la posibilidad de que la competición NBA se reanude más tarde de lo común ha sido el preparativo perfecto para que se esté labrando uno de los campeonatos de Europa más espectaculares de los últimos tiempos. Al menos, todas las selecciones contarán con sus máximas figuras en un torneo que, no lo olvidemos, reparte plazas automáticas y vía preolímpico para Londres 2012.

Pasado mañana, jueves, en las oficinas de la NBA se reabren las negociaciones para tratar de acercar posiciones entre las partes. Puede que para entonces, en las oficinas del Madrid, los directivos de cuya existencia sólo somos conscientes cuando se hacen fotos en las presentaciones de Cristiano o Kaká, hayan dejado ya de reír a carcajadas tras la disparatada petición de Kirilenko ofreciéndose al club blanco a cambio de cuatro millones de euros por temporada. ¿Quién se ha creído este tío? Si por el doble de eso podemos fichar a Altintop...

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

2 comentarios:

Iceman14 dijo...

Muy buena visión. Me ha gustado el post

Fervivaelbasket dijo...

Menudo cirio pascual se puede montar.
La situación económica de los rusos no la se, pero los turcos están pasando una época muy dulce,y pinta que va a crecer una barbaridad en lo deportivo.
Muy bueno el sarcasmo Kirilenko - Altintop, pero hay que reconocer que para basket FIBA lo que pide AK47 es una animalada.

Gran post como siempre

Saludos

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