Queda derogada la Ley de O´Neal



Escuchar a los Beatles o degustar las letras de sus principales temas, es siempre una sabia manera de llamar a la diosa inspiración, de rescatarla de ese abismo adimensional en el que a veces parece sumida. Máxime cuando hoy toca hablar de un mito de calibre sólo comparable al de la propia banda de Liverpool.


"Tú dices adiós y yo digo hola, hola, hola. No sé por qué dices adiós. Yo digo hola. (...) Tú dices por qué y yo te digo que no lo sé". Hello Goodbye de los Beatles resume en breves palabras el intenso diálogo que ha debido mantener en los últimos años Shaquille con los propios dioses de este deporte. Probablemente, a O´Neal se le aparecieran habitualmente en sueños los Jordan, Barkley, Chamberlain u Olajuwon, personajes que alargaron innecesariamente sus carreras disputando temporadas mediocres muy alejadas de su verdadero nivel. Las lesiones se suceden, se reproducen, se compensan y aparecen en otras partes del cuerpo. Es mejor despedirse a tiempo, pero qué quieren que les diga. Decir adiós siempre ha sido duro. Yo les entiendo.Por eso siguieron diciendo "hola".

Puede que O´Neal haya prolongado en exceso la agonía haciendo que muchos jóvenes lo identifiquen con un jugador sobrevalorado por nostálgicos y trasnochados veinteañeros que crecieron (crecimos) bajo la alargada sombra del Big Cactus (se hizo llamar así en su paso por Phoenix). Por suerte, ahora, los registros gráficos dan muestra, en diferentes formatos, del impacto que tuvo Diesel en la liga tras ser número 1 del Draft en 1992 tras haber sembrado el terror en la liga universitaria (como muestra los 17 tapones que puso en un partido). Cuando Jordan dejó el baloncesto en el verano de 1993 sólo Twister pudo llenar el vacío sobre todo cuando formó junto a Penny Hardaway una de las parejas más espectaculares de la liga. Fue entonces cuando en España se empezaron a ver sudaderas de los Magic, una franquicia nacida en 1989 y que pronto, en la 94-95, disputaría su primera final de la NBA. Los de Orlando fueron barridos y Shaq recibió una lección del bailarín de claquet del Cotton Club, Hakeem Olajuwon.


Del número 32 de los Magic al 34 de los Lakers, la franquicia en la que realmente se convirtió en leyenda especialmente a partir de la llegada de Phil Jackson con quien siempre mantuvo una relación excepcional. En Los Ángeles empezó a aplicar su ley de forma tiránica aprovechando, todo hay que decirlo, un período en el que los grandes pívots de los noventa (Olajuwon, Ewing, Robinson o Mourning) daban sus últimos coletazos ya fuera por edad o por lesiones graves e inoportunas (como la afección cardíaca del último de la lista).

Shaq no hubiera logrado nada sin la ayuda de sus compañeros y entrenadores. El Padrino, como fue bautizado por su manera de dominar la competición sin que nada pareciera escapar de su control, se puso ciego a títulos sí, pero lo hizo "con un poco de ayuda de sus amigos". De Kobe o Wade, (dos escoltas que pasarán a la historia) de Phil y Pat (dos de los cinco mejores entrenadores de siempre). Se supo rodear de gente fiel y lo pasó mal cuando le traicionaron. Y es que si algo caracterizó a Shaq durante sus 19 años de carrera no fue sólo su poderío bajo los tableros, sino sobre todo el gran corazón que demostró tener dentro y fuera de la cancha. Los All Star Games no serán lo mismo sin él. No habrá un showman de sus características aunque Howard lo intente con todas sus fuerzas.

Se declara, por tanto, derogada para siempre la ley de O´Neal. Ya saben, esa que decía "hago lo que quiero, cuando quiero y lo que me da la gana". Algunos respirarán tranquilos al no tener que cruzárselo en la zona. Sólo espero y deseo que al menos en dos pabellones cuelgue del techo la camiseta de este genio que tuvo la suerte o la desgracia de vivir dentro de un cuerpo de 2,16 y casi una tonelada de peso. 



UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

5 comentarios:

Explorador dijo...

Olvidaremos sus últimos años, que no han estado acordes con su importancia histórica, y volveré a recordar mis inicios en el baloncesto jugado y visto, al lado de Penny Hardaway en Orlando, cuando fueron el equipo más cool en mucho tiempo. Gracias, perro grande.

Como postdata y agradecimiento por poder comentar esta vez aquí ;) te digo que cada vez escribes mejor (es normal, la práctica nos hace mejorar) y me encanta que sigas animándote a hacerlo.

Un abrazo :)

Explorador dijo...

Vaya, se me olvidó comentar que una de esas sudaderas que proliferaron de los Magic era mía y aún la conservo, y que el tema de McCartney fue objeto de una agria polémica con Lennon, que lo detestaba, y ya estaban en la época en la que componían por su cuenta y competían para colocar sus composiciones como singles. Lo que Lennon sí admitía (como para no) es que la improvisación final es una maravilla.

Bueno, pues compenso la ausencia de comentarios en post anteriores :DD

Iceman14 dijo...

una pena, no digo más

Anónimo dijo...

Increíbles sus temporadas en LSU. Quizá el número 1 del Draft más indiscutible de la Historia porque Mourning estaba a años luz de aquel Shaq que intimidaba allá por donde iba. Aunque yo quizá hubiera escogido a Horry si supiera que me iba a asegurar tantos anillos. De hecho, hay que contarle como uno de esos "amigos" en los tres de los Lakers. Ese extraño elemento llamado Horry. Saludos.

NCAA fan

The Virus dijo...

Muy buena crónica y despedida a uno de los mejores pívots de la historia que afortunadamente hemos podido tener, pese a ser en su última etapa, en los Boston Celtics.

Publicar un comentario