Parecía una tarde como las demás




Sí, soy un tipo afortunado. Todas estas tardes de verano, una vez que he recogido la mesa y fregado los cacharros me sumerjo, cual delfín, en las profundidades de una buena novela mientras suena jazz (Louis Armstrong, Duke Ellington por ejemplo) como música de fondo.

Hace dos días, sin ir más lejos, trataba de descubrir los misterios que envuelven la mente de un paidófilo capaz de enamorarse de una niña de 12 años en la obra maestra de Vladimir Nabokov, Lolita. Tras más de dos horas de lectura decidí poner la tele. A las cinco y media siempre emiten, cinco meses después, el torneo final del baloncesto universitario. Decidí tomar mi pequeño bloc de notas para anotar pequeños detalles o jugadas que me pudieran parecer interesantes y me senté ante el televisor. Normalmente, si el partido se muestra pestoso y poco atractivo retomo la lectura o voy a hacer bicicleta al gimnasio. Éste, al menos, prometía emoción.

Michigan State-Maryland, dos históricos. Los spartans contra los terrapins (tortugas de agua dulce). Magic Johnson contra Len Bias, (sí, aquel alero que debió cambiar la historia de los Celtics, pero que murió pocas horas después de su elección como número 2 en el draft por una arritmia cardíaca ocasionado por una sobredosis). Dos grandes de los banquillos: Tom Izzo y Gary Williams (entrará en el Hall of Legends del baloncesto universitario este mismo año). Había motivos para esperar que aquel no iba a ser un partido cualquiera en una tarde cualquiera de agosto.

Los Spartans empezaron muy fuerte llevando la manija del partido con ventajas de hasta 15 puntos gracias, principalmente, a los seis triples de un Durrell Summers que no había anotado en toda la temporada más de 2 triples en ningún partido.

Sin embargo, Maryland demostró una fe inquebrantable. Presionaron tras cada canasta anotada con cuatro jugadores en disposición de rombo obligando a los de Michigan State a recibir cerca de los laterales para encerrarlos con sucesivos 2x1 e incluso 3x1. Hubo varios robos, pero también, como es lógico cuando arriesgas tanto, canastas fáciles.

Kalin Lucas, una de las estrellas del equipo de Michigan se lesionó el tendón de aquiles dotando al acontecimiento de las pinceladas de dramatismo que todo gran espectáculo necesita.

Raymar Morgan dominó el partido en ambas zonas anotando 17 puntos, capturando 9 rebotes y limitando la aportación de Greivis Vásquez, el senior venezolano y gran estrella de la Universidad de Maryland, a 15 puntos en los primeros 30 minutos de juego.

Pero a los genios se les reconoce con facilidad. Son aquellos que pueden estar desaparecidos durante tres cuartos para, en los últimos minutos, hacer una demostración de carácter y echarse a todo un college a sus espaldas. El número 28 del draft por los Memphis Grizzlies (¿os acordáis de aquella primera ronda del draft que incluyeron los Lakers para obtener a Pau Gasol?) demostró ser uno de ellos dando un recital que me hizo levantar del asiento.

Anotó 11 puntos y dio 3 asistencias en el último cuarto. Desplegó inteligencia, un exquisito control de su cuerpo y una habilidad natural para anotar de muy diferentes formas. Tras encestar la que parecía canasta ganadora Vasquez se despidió de su carrera en el baloncesto universitario viendo como Korey Lucius anotaba un triple que atravesó la red con el reloj a cero. Ese triple hizo justicia a lo visto a lo largo de todo el partido (Michigan State fue mejor) y, sin embargo, nos dejó el regusto amargo de ver al héroe de rodillas sobre el parqué. Vasquez demostró ser un genio, sí, pero un genio mortal.

En definitiva pude observar un partido que merece pasar a formar parte de cualquier videoteca que se precie, uno más de esos “shining moments” que con un lazo se nos presentan como regalos al inicio de cada primavera en uno de los eventos más especiales del baloncesto mundial, el Torneo Final de la NCAA.


P.D. Justo antes de publicar este post he tenido noticias de la tángana organizada entre Serbia y Grecia. Ya sabíamos que en los Balcanes el baloncesto es algo más que un deporte, pero esto no lo hace más grande sino todo lo contrario. Como diría Ortega y Gasset refiriéndose a la II República “No es esto, no es esto”. El baloncesto no es esto. Una lástima.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Fue sin duda uno de los grandes partidos de este año.

Deberías mencionar que "One Shining moment" es un video musical que recopila los highlights del torneo. Un video precioso que muestra la risa y el llanto, la euforia y la decepción, es decir, ni más ni menos lo que significa el baloncesto en esencia, el que se juega cuando los futuros profesionales aún sienten que baloncesto y dinero no son la misma cosa.

Un abrazo y gran post,

NCAA fan

MILKO dijo...

Juanjo, no olvides a Dinah Washington ( unforgettable, I´ve got you under my skin,mad about the boy,...) INSUPERABLE...

on ella la inspiración para tu blog surigrá de forma casi espontánea...

JJ Nieto dijo...

Tomo nota MILKO, aunque te admito que la versión de I´ve got you under my skin que más me emociona es la de "La Voz", Frank Sinatra.

Iceman14 dijo...

me ha gustado la referencia a Gasset!(... a Ortega no le conozco).

Anónimo dijo...

Cojonudo video el de One Shining moment!!

Javi

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